¡Cuídate! Dieta del mexicano, principal detonante de la Enfermedad Renal Crónica
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Alto consumo de grasas, azúcares y refrescos dispara padecimientos como diabetes e hipertensión, principales detonante de la ERC
La dieta típica de millones de mexicanos, caracterizada por un alto consumo de grasas, azúcares y refrescos, está contribuyendo significativamente al incremento de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, dos de los principales detonantes de la Enfermedad Renal Crónica (ERC), advirtió la nutrióloga Aidee Luna.
Este padecimiento afecta actualmente al 12.2 por ciento de la población mexicana, según datos recientes.
Luna, gerente de nutrición en Médica Santa Carmen, una institución especializada en enfermedad renal, destacó que la diabetes no controlada puede llevar a complicaciones graves, como la ERC, la cual se ha convertido en un problema de salud pública creciente en el País.
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“El elevado consumo de refrescos en México, con un promedio de 163 litros al año por persona, coloca al País en el primer lugar a nivel mundial, lo que incrementa los riesgos de desarrollar diabetes e hipertensión”, afirmó.
La experta subrayó que el exceso de azúcar y sodio en la dieta de los mexicanos está directamente relacionado con el deterioro de la salud renal. “Cada vez más pacientes presentan daño renal como resultado de hábitos alimenticios poco saludables. Esto podría prevenirse con una orientación nutricional adecuada”, aseguró Luna.
En 2023, Coahuila, Nuevo León, Ciudad de México, Jalisco y Estado de México, concentran el 71 por ciento de los casos de enfermedades renales crónicas.
En nuestro Estado, los registros previos a la pandemia y durante 2021, indicaron que anualmente se realizaban 130 cirugías de trasplante de órganos, en promedio, y los de riñón representaban entre el 60 y 70 por ciento. Durante 2021, 52 personas fallecieron por enfermedad renal crónica y 55 por enfermedad renal hipertensiva en la Región Laguna.
La insuficiencia renal es la pérdida gradual de la función renal. Los riñones filtran los desechos tóxicos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina; regulan la hidratación del organismo y la concentración en la sangre de sustancias como el sodio, el potasio, el calcio, el fósforo y el bicarbonato.
La obesidad, que está estrechamente vinculada con la diabetes y la hipertensión, agrava aún más la situación, pues contribuye a un mayor deterioro renal.
Aidee Luna señaló que, al igual que la lucha contra la obesidad, la prevención de la Enfermedad Renal Crónica debe ser una prioridad en las políticas de salud pública.
“La salud renal debe abordarse de manera conjunta con la prevención de la obesidad, ya que ambos problemas están íntimamente relacionados”, enfatizó
Luna también destacó la importancia de la nutrición personalizada para los pacientes con riesgo de ERC o que ya padecen la enfermedad. “Diseñar planes alimenticios adaptados a las necesidades individuales no solo ayuda a frenar el daño renal, sino que en algunos casos puede incluso revertirlo”, explicó.
Esta atención personalizada implica un control riguroso de la ingesta de sodio, azúcares y proteínas, ajustado a las condiciones particulares de cada paciente.
“Es crucial que las personas con diabetes o hipertensión no solo sigan una dieta saludable, sino que sea diseñada específicamente para su condición, optimizando así su impacto en la salud renal”, concluyó.
La especialista hizo un llamado a la población para que se informe sobre la importancia de la prevención a través de una dieta equilibrada, y exhortó a las autoridades a fortalecer las campañas de educación nutricional para combatir estos problemas que afectan la calidad de vida de millones de mexicanos.