El arte de las vencidas o lucha de brazos
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Tino Vallejo es un competidor profesional de origen saltillense que comparte su historia
El Arm Wrestling o lucha de brazos, como se le conoce en Latinoamérica, también referido en algunos lugares como vencidas, pulsos o gallitos, es un deporte en el que dos competidores se enfrentan en una mesa para poner a prueba su fuerza.
En los torneos convencionales los participantes colocan su codo sobre una almohadilla y se sujetan de una palanca de metal. Dos jueces son los encargados de verificar que ambos competidores estén en las mismas condiciones previo a iniciar.
Una vez que están listos, el objetivo es llevar al contrincante hacia el lado contrario tratando de que este toque una almohadilla conocida como pad. En esa acción los jueces observan algunos detalles como el que no saquen el codo de la almohadilla o que no suelten la palanca.
Ambos competidores pueden inclinar su cuerpo por completo siempre y cuando no bajen sus hombros del nivel de la mesa. Las condiciones, reglas y clasificaciones varían de acuerdo a cada torneo. Los premios van desde trofeos y medallas, hasta grandes cantidades de dinero en efectivo.
Talento y poder local
Celestino Vallejo, conocido como Tino, o “Lobo Vallejo” en Estados Unidos, es un atleta saltillense de 33 años que compite en Arm Wrestling o lucha de brazos desde el 2014. Su interés por la lucha de brazos inició desde la infancia, cuando por mera recreación jugaba con su papá y tíos.
Durante la secundaria y preparatoria siguió jugando con amigos, sin imaginar que para su hobbie existía un deporte como tal. Siempre estuvo involucrado en la actividad física, fue velocista y también se desarrollaba en peleas. Sin embargo, las lesiones de ambas disciplinas lo obligaron a retirarse.
El duro golpe llegó a los 17 años cuando perdió la vista de su ojo izquierdo y esto le impidió por completo seguir peleando. “Mi vida se frustró, no sabía qué hacer”, compartió Tino.
El saltillense agregó que este deporte se ha convertido en una alternativa para ex futbolistas, ex atletas, ex boxeadores, ex powerlifting, entre otros. “Ellos encuentran vida nuevamente en este deporte, vuelven a sentir que son competidores”, señaló Vallejo.
Fue estando en medio de sus crisis, cuando Tino supo de un torneo de lucha de brazos del Tecnológico de Monterrey. A pesar de que no fue un torneo oficial, este evento resultó ser la catapulta que Tino necesitaba para retomar el sentido y amor al deporte.
En esa, su primera competencia en una mesa profesional, logró un segundo lugar frente a alguien 40 kilos más arriba que él. Su primer evento nacional fue en 2014, y poco a poco se fue relacionando en el medio para aprender cómo entrenar específicamente para el Arm Wrestling.
“Amo competir y amo a mi país”, explicó Tino, quien actualmente compite en Estados Unidos. Tino relató que sentir el apoyo de los compatriotas siempre es un impulso muy importante.
En una ocasión durante una competencia se encontró con personas provenientes de Rosita, Coahuila, quienes lo apoyaron incondicionalmente. “Sentí tantas ganas de llorar y sentía la necesidad de ganar para ellos, fue algo hermoso”, externó Vallejo.
Tino continúa desarrollando su pasión por este deporte junto a su pareja Claudia A., quien también es competidora.
Cualquiera puede competir
Se trata de un deporte inclusivo en el que pueden participar personas que incluso no tengan un brazo o pierna, pues existen eventos especiales. También hay eventos no profesionales, para aquellos que no puedan dedicar todo el tiempo posible a este deporte.
Pero si se quiere dar un enfoque profesional, es necesario contar con un entrenamiento especializado. Aunque se trabaja todo el cuerpo, la mayoría está enfocado a los antebrazos, bicep, espalda, hombros, manos, agarre, muñeca y dedos.
Actualmente, las redes sociales son un gran canal para conocer sobre la lucha de brazos y hacer conexiones con gente del entorno así como para saber de próximos eventos. Además, existen organismos y asociaciones especializadas.