Empresarios de Coahuila, preocupados por aranceles que Trump aplicó al aluminio y al acero

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La reciente imposición de aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos ha generado incertidumbre en la industria mexicana, especialmente en Coahuila, donde estos sectores representan una parte fundamental de la economía. Empresarios y líderes del sector han manifestado su preocupación por las consecuencias de esta medida impulsada por el presidente Donald Trump.
Miguel Monroy, director general de Coparmex Coahuila, señaló que esta medida no solo afecta a la industria automotriz, sino también a diversos sectores industriales que dependen del acero y el aluminio.
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“Vemos con preocupación esta medida. Todos sabemos que el fondo de esto es una estrategia de negociación de Trump, pero la realidad es que ya tiene un impacto en muchas empresas. A final de cuentas, el consumidor estadounidense también pagará los costos de esta decisión”, indicó Monroy.
El directivo explicó que muchas inversiones están detenidas y que los niveles de producción en varias empresas han disminuido considerablemente. Además, advirtió que estas acciones podrían derivar en una recesión económica en Estados Unidos si continúan las medidas proteccionistas.
“Ya hemos visto caídas en la bolsa y una desaceleración en la economía estadounidense. Esta situación no solo afecta a México, sino también a los propios ciudadanos norteamericanos”, agregó.
El panorama es preocupante, especialmente porque Estados Unidos también ha aumentado aranceles a productos europeos como el champán y bebidas alcohólicas, lo que podría desencadenar una guerra comercial de mayores proporciones.
Sobre la postura del gobierno mexicano, Monroy mencionó que, si bien no ha cedido por completo ante las presiones de Trump, la estrategia de negociación contrasta con la de países como Canadá, que ha mantenido una postura más firme.
“No se ha dicho sí a todo, pero tampoco se ha respondido con la misma dureza. Existe un tratado de libre comercio y estos aranceles no deberían existir. Trump fue quien aprobó el T-MEC y ahora dice que no le beneficia”, señaló.
En cuanto a las expectativas para los próximos meses, Monroy advirtió que el impacto de estos aranceles podría extenderse a nivel global. “Esto podría generar una desestabilización no solo en Norteamérica, sino también en los mercados internacionales. Si la situación sigue escalando, el costo será alto para todos, incluyendo a los consumidores estadounidenses, que están acostumbrados a cierto estilo de vida y precios accesibles”.