Exceso de alumnos en salones propicia indisciplina y acoso escolar, señala diputada coahuilense
Está comprobado que en los salones de secundarias técnicas que tienen cerca de 39 alumnos o más, aumenta de manera significativa la indisciplina y los casos de bullying, por lo que deben mantenerse grupos más pequeños para generar un entorno educativo más seguro y propicio para el aprendizaje.
La diputada y maestra Magaly Hernández Aguirre (Morena) señaló que lo apropiado es tener 28 estudiantes por grupo para cuidar la calidad educativa y preocupa la fusión de salones que se ha implementado en Coahuila.
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“Esta acción no solo complica el trabajo del personal docente, sino que también dificulta y merma el aprendizaje de nuestros jóvenes. Establecer un rango mínimo de 28 alumnos por grupo evitará que los salones operen cerca o incluso por encima del límite de 39 alumnos, como sucede actualmente en algunas escuelas secundarias del estado, afectando negativamente la educación que reciben nuestros jóvenes.”.
“Además, no podemos ignorar que este rango mínimo también beneficiará a las y los profesores, quienes son afectados cuando se fusionan los salones. Mantener grupos más pequeños no solo mejora la calidad educativa, sino que también crea un entorno de trabajo más manejable y efectivo para nuestro personal docente”.
Cuando se fusionan grupos con cerca de 39 alumnos se dificulta el aprendizaje, el problema de indisciplina y acoso escolar se incrementan conforme hay más alumnos y se dificulta concentrarse en el aprendizaje, lo que afecta el rendimiento académico.
“Ante este complejo escenario, el personal docente se ve obligado a dedicar la mayor parte de su tiempo a mantener el orden en clase e intentar retener la atención de los estudiantes”.
“Los principales afectados por la fusión de clases son los alumnos, quienes estarán lejos de recibir una educación personalizada y enfrentarán mayores dificultades para desarrollar sus habilidades y su potencial. Necesitamos grupos más pequeños para asegurar que cada estudiante reciba la atención y el apoyo necesarios para prosperar académica y personalmente”.
La fusión de grupos también provoca que se subutilicen salones y que los conocimientos y la experiencia de muchos maestros sean desaprovechados y tienen que ser asignados a tareas distintas a las de estar frente a grupo, como labores administrativas que no favorecen su desarrollo profesional o son resignados a otro plantel, indicó.