Exceso de ruido puede provocar daño temporal o permanente, asegura médico saltillense
La doctora Carolina Jasso, especialista en Audiología y Otoneurología, advirtió que las personas diabéticas, hipertensas y con padecimientos cardiovasculares son más sensibles al ruido excesivo, lo que puede causar daño auditivo leve, moderado o grave, temporal o permanente, dependiendo de varios factores.
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“Mientras más aumenta la intensidad de los decibeles a los que te expones, menor es el tiempo que debes estar en el lugar”, expuso.
Para sufrir daño auditivo leve, moderado o grave, temporal o permanente, la exposición al ruido debe ser frecuente y continua, y las consecuencias se presentan con el tiempo. También influye si se padece una enfermedad crónica, ya que el riesgo varía con la edad y la condición física de cada persona.
Asimismo, expuso que las personas que trabajan en la feria o están allí muchas horas son las que pueden resultar más perjudicadas por esa exposición al ruido. “Todos tenemos diferentes niveles de tolerancia al sonido, por lo que quienes visitan estos lugares pueden experimentar mucha molestia auditiva porque el sonido supera su tolerancia”, acotó.
DAÑO PUEDE SER MOMENTÁNEO O PERMANENTE
Hay personas mucho más susceptibles al elevado número de decibeles, quienes al salir de un lugar ruidoso reportan sentir un zumbido en los oídos, manifestando el daño inmediato, un trauma acústico que puede ser momentáneo o permanente.
En la feria, el ruido es generado por los juegos mecánicos, micrófonos, equipo de sonido y música en vivo, lo que resulta en una alta exposición al ruido. Una señora reportó que acudió a la Feria Saltillo 2024 y su dispositivo móvil le alertó que el ruido excedía los 100 decibeles, un riesgo para la salud.
Los 100 decibeles superan el silbato de un tren, las sirenas de bomberos y una perforadora cercana, por ejemplo.
“A veces, si usted va a un concierto y mide los decibeles, puede encontrar que superan los 140, lo que puede provocar un daño acústico. No hay regulación de los eventos ni una normativa sanitaria encargada de medir los niveles de ruido y hacer recomendaciones tanto para los visitantes como para el personal”, dijo la especialista.
EL OÍDO DEJA DE TENER TOLERANCIA AL RUIDO
“El oído percibe los sonidos, que son vibraciones. El sonido es el producto de la vibración de moléculas de viento o de aire. Cuando esos límites se exceden, el oído deja de tener tolerancia al ruido, ya que al percibir un sonido fuerte, entran en acción mecanismos de protección que permiten que el ruido no entre directamente”, apuntó.
Pero cuando el tiempo de exposición supera esa tolerancia, el oído deja de protegerse porque es muy difícil mantener la protección de forma constante, y el ruido pasa directo.
“¿Cuál es el efecto directo del ruido? Se liberan sustancias tóxicas llamadas especies reactivas de oxígeno, que provocan daño en las células ciliadas. Las primeras en dañarse son las células ciliadas externas, que se van deteriorando y perdiendo sus funciones. Estas células se encuentran en el oído interno”, explicó.
