Festeja Diócesis de Saltillo 50 años de la Pastoral Penitenciaria en México
COMPARTIR
Robert Coogan agradeció a Dios la oportunidad de profundizar en la capacidad de servir a la población detrás de los muros
Como “una bendición”, así definió el sacerdote Robert Coogan los 50 años de la Pastoral Penitencia en México celebrados el pasado 12 de octubre.
Durante un festejo, al que asistieron coordinadores y agentes de esta organización católica en Saltillo, se compartieron experiencias y anécdotas conmovedoras de lo que ha sido llevar la Palabra de Dios a quienes viven tras las rejas.
Robert Coogan, capellán de la Pastoral Penitenciaria en Saltillo, y que ha dedicado más de 21 años de su vida a evangelizar a los encarcelados y encarceladas de Coahuila, agradeció a Dios la oportunidad de profundizar en la capacidad de servir a la población detrás de los muros.
“Tan querida por Dios. Me alegro que me toque a mí estar en la pastoral en este aniversario. Veo cómo Dios toca los corazones de las personas con el deseo de ayudar a los encarcelados. Confío que Dios ayude a las personas encarceladas a soportar todo lo que les toca aguantar y mi gran deseo es que la sociedad sea más consciente de los sufrimientos de los encarcelados...
“Peo ahorita estamos de fiesta y hay mucho por qué dar gracias a Dios: cómo Dios ha ayudado a muchas personas en situación de encarcelamiento y dar gracias a Dios por todas esas lindas personas que quieren hacer la voluntad de Jesús en la tierra, no participan por conveniencia o por lucir bien en la sociedad, tienen un gran hambre de Dios en sus vidas”.
Y externó su anhelo de que mientras la pastoral de todo México festeja este jubileo, las personas privadas de su libertad sientan que algo especial está sucediendo y que no están olvidados.
En una oración colectiva que, precedió la cena de gala por los 50 años de la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia Católica a nivel nacional, agentes de esta agrupación pidieron por aquellos hombres y mujeres presos que se encuentran sufriendo y en aflicción.
RECUERDAN AL OBISPO
FRANCISCO VILLALOBOS
Sergio Martínez Ramírez, agente de pastoral, reconoció la obra del fallecido obispo Francisco Villalobos Padilla como impulsor de este movimiento en Saltillo.
“Que conformó este grupo de laicos comprometidos, aventados, valientes que empezaron a chambear con este apostolado, con esta obra de misericordia. Nosotros que en este momento tenemos la estafeta de la pastoral en los distintos centros nos sentimos muy contentos, buscando que esto pueda hacer eco en otras personas”.
Y expresó que la verdadera libertad es encontrar a Dios en el amor.
“Gracias Señor por rodearme de muchos amigos, gente buena que todavía existe en este mundo y que abre su corazón a los encarcelados”, dijo Enrique “N”, uno de los habitantes de la Casa de los Hermanos Libres, auspiciada por el padre Coogan.
Agentes y coordinadores de la pastoral reconocieron la labor del padre Robert tras 21 años de llevar consuelo a quienes, por alguna u otra razón, perdieron su libertad.
“Así como dice el padre, que nuestro Señor ama mucho a los encarcelados, el padre Robert también, porque me doy cuenta de todo lo que está trabajando ahorita Saltillo con el apoyo del Obispo y todo lo que están haciendo y me da mucho orgullo. Dios les siga dando esa fortaleza y ese ímpetu para que siga trabajando por nuestros hermanos encarcelados. Gracias padre Robert por su entrega”, dijo Dora Alicia Valdés, alias “Chiquis”, coordinadora provincial de esta pastoral.
Cabe señalar que la Diócesis de Saltillo, a través de la Pastoral Penitenciaria, atiende cinco centros de reclusión, en los cuales vive una población aproximada de 4 mil 300 internos.
“Le digo a toda la comunidad católica que es más felicidad para nosotros visitar, que a las que visitamos. Ellas se sienten muy felices con nuestra presencia y nuestros acompañamiento, pero nosotras salimos más alegres”, declaró Rosa María Salazar, coordinadora de la pastoral en el Cereso Femenil.
Elena Estrada Rodríguez, coordinadora general de la esta pastoral conformada por 30 agentes y que pertenece a la Provincia de Monterrey, detalló que una de las misiones de esta organización que nació en México en 1972, es que las y los encarcelados sientan que la Iglesia libre los tiene siempre presentes.
“Y que fuera de los centros penitenciarios la iglesia se sensibilice con estas personas que van saliendo para poder lograr una buena reinserción social”.
La ‘Casa de los
hermanos libres”
Desafortunadamente —dijo Elena—, las personas salen de las cárceles y se encuentran con retos y estigmas.
“La sociedad no los apoyó lo suficiente, salen y no tiene quién los ayude”, agregó.
Comentó que por eso mismo la Pastoral Penitenciaria trata de hacer presencia en la vida de las personas que quedan en libertad y no tienen acompañamiento de nadie.
Actualmente la pastoral tiene el proyecto de la “Casa de los Hermanos Libres” que realiza este servicio.
“Nuestra intención es ayudarles a tener sus documentos en orden, a conseguir un trabajo y que se puedan establecer”, finalizó.