Hotel La Torre de Saltillo: viejas glorias, abandono y un futuro prometedor (video inédito)

Con casi 50 años de existencia, el Hotel La Torre ha visto crecer a Saltillo desde las alturas, mientras esta ciudad parece haberlo olvidado. VANGUARDIA entró a sus instalaciones, antes de que comience su etapa de remodelación y transición para convertirse en un subcentro urbano

Coahuila
/ 1 julio 2023
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Todos en Saltillo te conocen. Son famosas tus historias de viejas glorias, de actos horrendos, de abandono, de promesas. Ahora, por ejemplo, se cuenta que en unos meses dejarás de ser el legendario Hotel La Torre de Saltillo para convertirte en un subcentro urbano de vivienda vertical.

Sacaron el agua de tu alberca, tus elevadores no funcionan, no tienes puertas, hay huecos donde debería haber focos, se robaron tu cableado, ni las camas dejaron.

Quien te vea ahora sólo puede imaginar el bullicio en tus pasillos, la energía de tus fiestas en el salón, la locura de las copas y los tragos en el bar, lo cómodo de tus habitaciones.

Lo único que no te han quitado, que quizá nunca podrán arrancarte, son esa fachada imponente estilo modernista y las vistas casi aéreas desde tu doceavo piso.

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$!Testigo mudo del tiempo, en mí se reflejan los sueños y olvidos de una ciudad en constante transformación.

Hoy, para llegar ahí, primero hay que atravesar escaleras envueltas en penumbras, capas de polvo, decenas de documentos viejos que tapizan el suelo. Se alcanzan a ver puertas caídas, piezas de baño hechas añicos, ventanas con vidrios rotos como cicatrices del olvido.

El tercero de tus niveles, por ejemplo, tiene toda una habitación abarrotada de comandas de tu restaurante, memorandums para tus empleados, órdenes de pago, cheques, recibos de huéspedes, tarjetas de presentación y registros de las propinas de tu personal.

Tu creador, el arquitecto Javier Peña, colocó bultos de arena en tu interior durante varios meses después de tu apertura para probar la resistencia de tus pisos y tu estructura. Así lo cuenta en 2023 Freire Serna Rodríguez, excompañero suyo.

Ah, el lejano 1976. La fecha en que tus puertas se abrieron al público. Entonces todavía no existía el bulevar Fundadores. Lo que se extendía frente a ti era la carretera federal 57. Documentos te ubican en el kilómetro 869, apartado postal 92 con teléfono 2-10-10.

Cuántas cosas han cambiado. En su momento sólo la Catedral de Santiago era más alta que tú.

Por cierto, en aquella época no te conocían como La Torre, sino como el Rodeway Inn, operado por Rancho Hotel Los Magueyes SA.

$!Mis paredes susurran historias olvidadas, mientras espero ser redescubierto en el horizonte del progreso.

Rentar una de tus habitaciones costaba 300 pesos la noche. Sólo una comparación rápida: una habitación de hotel en 2023 va desde los 800 pesos, cuando muy económico.

Quienes recorrieron por años ese bulevar Fundadores pudieron ver cómo de tus ventanas colgaron un maniquí, simulando a un trabajador de limpieza que daba mantenimiento a tus afueras desde las alturas.

Tu nuevo dueño, Alejandro Villarreal, te compró en 2019 y buscará convertirte en un subcentro urbano.

$!En mis paredes descansa el eco de voces apagadas, anhelando ser escuchadas en un nuevo capítulo.

Hasta ahora se dice que tus instalaciones podrán ser ocupadas por oficinas o unidades habitacionales particulares. Aún no se sabe quién comprará cada piso. Lo que sí es que tu piso 12 volverá a ser restaurante bar. Y la vista será inmejorable: la sierra de Zapalinamé.

A propósito de eso, la comanda 27265 fechada el 29 de septiembre de 1976, escrita por un mesero de nombre Luis para la mesa 4, nos deja ver un poco de tu vida cotidiana.

Al menos así lo demuestran tres whiskys, dos vampiros, un brandy, dos cubas, cuatro jaiboles (bebidas en vasos altos y al ras que suele llevar whisky escocés, agua mineral y hielo), un refresco y dos cigarros.

$!De los escombros del olvido, emergeré como un faro de esperanza, iluminando el horizonte de la ciudad.

El total fue de 680 pesos, ya contando 65 de la propina. La comanda que se quedó vacía en la columna de alimentos agradece la visita a tus huéspedes en español, con la frase “muchas gracias”, y en inglés comiéndose una letra con la leyenda “thank you and come back”.

Volviendo al ahora, dentro de ellas existen balcones con vista a Saltillo. Tus primeros pisos, sin ser los más exclusivos, ya permiten una vista inigualable.

Nadie, aún con lo que ha crecido la ciudad y los nuevos desarrollos de vivienda vertical, permite a sus visitantes tener un panorama tan amplio y sin obstáculos desde el oriente.

$!Como un libro olvidado, mis páginas se llenan de historias perdidas, aguardando ser leídas de nuevo.

Por fin podremos volver a acompañarte, desde las alturas, a ver el Valle de Saltillo con los automóviles en su abarrotamiento usual, que contrasta con una paz que se percibe sólo desde un sitio al que no le llega tanto ruido, como al Centro, y desde donde ya comienza a verse en el horizonte una fina capa de smog.

Quien no te haya visitado no puede ni imaginarse esa perspectiva de la ciudad.

En lo que tus pisos se venden enteros como oficinas o departamentos, y tu bar vuelve a servir sus tragos, repasemos algunas anécdotas que ocurrieron en épocas donde Saltillo era otro.

$!En mis entrañas guardo secretos del pasado, pero anhelo renacer como un nuevo símbolo de esperanza.

TESTIGO DEL ‘CASO SALTILLO’ EN EL MUNDIAL DEL 86

El campeonato de la Copa Mundial de Fútbol se celebró otra vez en México en 1986. Y por los partidos celebrados en Monterrey, dos equipos del Grupo F se hospedaron en la altitud de Saltillo pensando en avanzar a la siguiente fase a disputarse en el entonces Distrito Federal.

Enfrente tuyo, en el Camino Real, se hospedó la selección de Inglaterra con Gary Lineker como goleador estrella y con Peter Shilton –que a la postre terminaría rebasado por la mano de Dios de Diego Maradona en el Estadio Azteca– como capitán.

$!Desde mis alturas, fui testigo de crecimiento y abandono, esperando ser reavivado por manos amorosas.

En tus habitaciones se quedaron los portugueses con figuras como el delantero Paulo Futre y el portero Manuel Bento.

Crónicas periodísticas en el país europeo cuentan que desde el viaje la cosa pintaba mal para tus hospedados por lo largo –y consecuentemente cansado– del mismo, pues de Lisboa viajaron a Frankfurt, luego a Dallas, pasando por Ciudad de México, luego a Monterrey y por tierra a Saltillo.

Si algo caracteriza a la ciudad que viste crecer es la inclinación de su orografía, hecho que al parecer la Federación Portuguesa no consideró a la hora de hacer el itinerario.

$!El polvo cubre mis recuerdos, pero aguardo pacientemente el momento en que vuelva a brillar con vida.

Ya en Coahuila la preparación deportiva para el Mundial no fue la mejor. Se dice que la Selección de Chile cobró una buena cantidad de dinero para jugar partidos amistosos.

Periodistas argentinos y portugueses llegaron a rumorar que tus empleados tuvieron que salir al quite y jugar contra tus huéspedes.

Todo se salió de control cuando Bento tomó el liderazgo de la delegación y declaró en una improvisada rueda de prensa una huelga por los premios económicos prometidos, provocando entrenar sin playera para no mostrar los patrocinadores y no jugar un amistoso contra Tigres.

$!Silenciosas, mis habitaciones guardan memorias efímeras, anhelando un renacer en tiempos prometedores.

Además, la cancha que se colocó en las instalaciones del Deportivo de la Sección 38 del SNTE estaba inclinada con la pendiente de las faldas de la Sierra y se cuenta que el balón rodaba solo.

Pronto te dejaron de llamar “La Torre” y los propios futbolistas te llamaron “La Fortaleza”, por la cantidad de policías que resguardaban la sede.

Paulo Futre contaría años después que mujeres adineradas llenaron de regalos e invitaciones a fiestas privadas a todo el equipo. Taxis fueron y vinieron, y fueron y vinieron y fueron y vinieron.

$!Testigo de la decadencia y la resiliencia, mi pasado se disipa, dejando espacio para un futuro renovado.

La seguridad pronto se vio rebasada y tu lobby se llenó no solo de fanáticas e invitadas fugaces, sino también de reporteros que hicieron llegar la noticia de la fiesta hasta Lisboa.

Recibiste múltiples llamadas telefónicas de esposas enojadas, pidiendo reforzar la seguridad y que sus maridos dejaran de socializar, quién lo diría, con las esferas de la capital coahuilense.

$!Entre polvo y nostalgia, espero ser rescatado del olvido, para brillar una vez más en el horizonte urbano.

A menos de 100 kilómetros, en Monterrey, la selección lusitana quedó en último lugar de su grupo en la Copa del Mundo, por debajo de Inglaterra, Marruecos y Polonia.

El enojo de federativos, familiares y los propios jugadores, por lo que pasó en tus habitaciones y tu salón de fiestas, hizo que el escándalo de tu torre fuera calificado por la Federación de Fútbol de Portugal como el “Caso Saltillo”.

$!¿Y mi pasado? Lleno de gloria.

ENTREVISTAN A VICENTE LEÑERO

Si hablamos de personalidades importantes del periodismo y la literatura del México del siglo pasado, la figura de Vicente Leñero se alza de inmediato.

Para 1988 todavía no escribía El Crimen del Padre Amaro ni La Ley de Herodes, pero ya tenía en su autoría obras como El Evangelio Según San Lucas, Los Albañiles y La Mudanza.

En ese año se hospedó en una de tus habitaciones. En Saltillo se estrenaba entonces su obra más reciente, “Jesucristo Gómez”, que se pondría en escena en el Teatro de la Ciudad. En tu amplio lobby, Leñero fue entrevistado por el historiador local Carlos Recio.

$!Aquí, el esplendor y la decadencia convergen.

El saltillense describió a tu huésped como una persona sencilla y católica. De ahí que su obra estuviera basada en El Evangelio de Lucas Gavilán; otra historia de Leñero que imagina la vida de Cristo en el México del siglo XX, naciendo en una vecindad y muriendo a manos de la policía.

Pudiéramos decir que durante casi 30 años tuviste una vida llena de reflectores y anécdotas, pero después te obligaron a ser más discreto.

$!Te invito a sumergirte en mis pasillos vacíos y maravillarte con las vistas desde lo alto.

VARIOS MILES DE HABITANTES DESPUÉS

Saltillo creció con dirección hacia ti. Cuando te construyeron, nadie vivía por esa zona. Todo era yermo, con la serpiente de concreto conduciendo hasta la Ciudad de México.

$!Ahora soy un lugar olvidado, pero pronto me transformaré en un subcentro urbano de vanguardia.

Hoy no es así. Desde cualquiera de tus habitaciones se pueden ver las nuevas colonias que te han rodeado. El crecimiento de algunas asombra a los propios habitantes. A Mirasierra hasta le apodan “ciudad” de tan grande y vasta, porque se dice que ahí tienes todo y no necesitas dejar sus confines para hacer tu vida. Y mentira, mentira, no es.

$!Solo espero mi transformación, escribiendo una nueva historia en mis muros.

Ah, el paso del tiempo. En 1976, la población de la capital superaba apenas los 200 mil habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Y para el censo de 2020 la capital de Coahuila se situó como la ciudad número 14 más poblada del país, con más de 864 mil personas.

$!Como un tesoro olvidado, espero ser redescubierto.

Pero todos los cambios no son meramente estadísticos. Como en buena parte del país, con los años, la violencia se extendió de forma silenciosa, como una enfermedad que no se quiere aceptar o complicada de diagnosticar. Y golpeó Saltillo con fuerza. Y tú fuiste uno de sus escenarios.

La violencia llegó y te tocó ser testigo inevitable de ella.

Ante el azote de los grupos criminales, en 2012 fue creado el Grupo de Reacción Operativa del Municipio de Saltillo (GROMS). Tus instalaciones se convirtieron en su centro de operaciones.

Es difícil hablar de lo que pasó exactamente en tu interior esos años. Sobran rumores, faltan testimonios comprobados. En toda la entidad, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Coahuila (CDHEC) documentó quejas y emitió cinco recomendaciones por 14 víctimas por desaparición y tortura en contra del GROMS.

$!Un legado de historias y promesas que perduran.

De 2013 a 2017 se registraron 56 quejas por abuso de poder, detenciones arbitrarias, privación de la libertad y agresiones contra los detenidos. El 57 por ciento (32 quejas) concluyó por la falta de interés y falta de acreditación de los hechos.

Algunos testigos que platicaron con Vanguardia hace años, optando por el anonimato, dijeron que durante el tiempo que el grupo policial estuvo en tu edificio te apodaron “el cuartel de la tortura”.

Cuando la corporación dejó de operar, según reportes de prensa, se llevaron tus puertas y cableado. Un saqueo del que todavía hoy quedan vestigios.

Lo que realmente pasó ahí, solo tú lo sabes.

$!El emblemático Hotel La Torre. ¿Pronto se levantará?

UN FUTURO PROMETEDOR

Tu figura es un ícono de la ciudad. Te han hecho ilustraciones, stickers y no escapas de que te usen como base para experimentar con inteligencia artificial.

Es aquí donde un futuro prometedor se asoma. Como ya se dijo, el ingeniero Alejandro Villarreal te convertirá en un subcentro urbano de vivienda vertical.

$!Soy una joya arquitectónica que aguardo mi renacimiento.

De acuerdo con varias fuentes y expertos, este concepto se refiere a una zona con varios edificios de pisos numerosos diseñados con el propósito de crear comunidades autosuficientes y compactas, donde los residentes puedan encontrar la mayoría de los servicios, comercios y espacios públicos necesarios en su vida diaria a poca distancia.

José Ruiz, de la Asociación Mexicana de Urbanistas en Coahuila, el urbanista Héctor Laredo y los arquitectos Armando Chávez y Moisés Morales coincidieron en que las ciudades, y en particular Saltillo, deben priorizar precisamente los centros urbanos.

El crecimiento vertical, tal como ya se ha explorado, más que una tendencia es una necesidad para evitar seguir expandiendo la mancha urbana, evitar que las personas tengan que recorrer grandes distancias y eficientar los espacios públicos y privados, además de disminuir la contaminación de manera indirecta.

Así se vislumbra el futuro inmediato: con personas viviendo, trabajando y recreándose en el mismo espacio, o cuando menos en puntos no tan alejados.

$!Aquí, los susurros del pasado se mezclan con la promesa de un resurgimiento.

En serio, quién lo diría, casi 50 años y a pesar de tus heridas logras ponerte en el mapa como una opción para el futuro. Como si te fueras a quedar en Saltillo para siempre. Esperemos que los aires no cambien y termines convertido en zapatería, como el Cine Palacio, o derrumbado como otros inmuebles que creíamos intocables.

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