INAH comenzará a restaurar cuatro iglesias y zona de pinturas rupestres saqueadas en Cuatro Ciénegas

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El INAH también restaurará la Catedral de Saltillo y el templo de Guadalupe en Torreón, afectados por fenómenos meteorológicos
CUATRO CIÉNEGAS, COAH.- Fue a inicios de enero de este año cuando se denunció públicamente el saqueo de una pintura rupestre en una cueva de Cuatro Ciénegas, Coahuila. El daño, calificado como “barbarie” por el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el estado, Francisco Aguilar Moreno, consistió en el arranque violento de una pintura milenaria, perteneciente a un estilo gráfico único conocido como “Cuatro Ciénegas”.
La escena, que dejó una cavidad vacía donde antes había una representación gráfica de alto valor histórico, fue descubierta por el propio dueño del predio, quien notificó a las autoridades.
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El sitio afectado, ubicado dentro de un cañón con al menos siete cuevas, presenta evidencia de ocupación humana que abarca más de dos mil años. En esas paredes, distintos pueblos dejaron marcas superpuestas con el paso del tiempo. “Es como un libro pintado por generaciones que nunca se conocieron”, explicó Aguilar.
Aunque los trabajos de restauración aún no inician, el INAH ya organiza la intervención, que estará a cargo de la restauradora Sandra Cruz Flores, perito del instituto y especialista en patrimonio gráfico-rupestre. Durante una visita preliminar al sitio, Cruz Flores detectó miles de fragmentos esparcidos en el suelo, los cuales podrían permitir una reintegración parcial de la pintura. Se prevé una temporada de campo de al menos cinco meses, con un equipo de restauradores que vivirá en el sitio durante la intervención.
La investigación del caso fue atraída por una unidad especializada de la Fiscalía General de la República y, según señaló Aguilar, hay confianza en que pueda haber avances importantes.
Cabe mencionar que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas establece penas de tres a diez años de cárcel para quienes cometan este tipo de delitos, además de multas que van de 200 a 3,000 días de salario mínimo, dependiendo de la gravedad del caso. Esto se traduce en sanciones económicas que oscilan entre los $50,000 y $750,000, según el salario mínimo vigente.
Además de sanciones, Aguilar advirtió que la posesión o comercialización de piezas extraídas de sitios arqueológicos también constituye un delito federal. Como ejemplo, recordó un caso ocurrido en el aeropuerto de Torreón, donde un ciudadano extranjero fue detenido por transportar una pieza arqueológica.
“Lo detuvieron y terminó cumpliendo cuatro años de cárcel en un penal federal. La ley es clara: estos bienes no pueden venderse, ni comprarse, ni tenerse en casa si no están registrados. Y no puedes registrar algo que robaste”, explicó.
RESTAURARÁN TAMBIÉN TEMPLOS RELIGIOSOS
En paralelo, el INAH trabaja en la restauración de cuatro templos religiosos en Coahuila que fueron afectados por fenómenos meteorológicos recientes. Se trata de la Catedral de Saltillo, la Capilla del Santo Cristo y el templo de San José en Los Cerritos, todos en la capital del estado; además del templo de Guadalupe en Torreón y la capilla de San Juan de Sabinas, donde un muro colapsó tras una tormenta.
Estas intervenciones serán cubiertas por el seguro federal de bienes nacionales, el cual permite atender inmuebles propiedad de la nación sin necesidad de que el estado o los municipios destinen recursos. El monto total estimado para las obras asciende a entre dos millones y medio y tres millones de pesos. En San Juan de Sabinas, por ejemplo, el proyecto superará el millón de pesos por la gravedad del daño estructural. En otros casos, como el templo de San José en Los Cerritos, la inversión será menor —entre 150,000 y 200,000 pesos—, pero igualmente significativa para comunidades que no cuentan con recursos propios para su restauración.
“El seguro cubre tanto los materiales como los traslados de los arquitectos restauradores. Nosotros damos seguimiento técnico para asegurarnos de que se respeten las normas de conservación”, detalló el delegado.
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Aunque el impacto del saqueo en Cuatro Ciénegas fue grave, el proceso de restauración representa una oportunidad para reflexionar sobre la fragilidad del patrimonio y la responsabilidad colectiva de protegerlo. Para el INAH, no basta con intervenir físicamente los sitios; también se trabaja con comunidades, escuelas y autoridades locales para fortalecer la conciencia social.
“La seguridad no alcanza para cubrir más de 1,500 sitios arqueológicos que tenemos en el estado. Lo que sí puede alcanzarnos es la educación, el respeto y el orgullo por lo que tenemos”, señaló Aguilar. Mientras se afinan los últimos detalles logísticos para iniciar los trabajos en la cueva, el INAH insiste en el mismo mensaje: lo que se destruyó a la fuerza solo podrá recuperarse con paciencia, técnica y compromiso.