Llama obispo de Saltillo a luchar contra la desesperanza como ‘vacuna de prevención’ contra el suicidio
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En el Día Internacional de Prevención del Suicidio, reconoció la importancia de la esperanza en medio de desafíos como la ansiedad y la competencia, y alentó a buscar ayuda y apoyo en momentos difíciles
En el marco del Día Internacional de Prevención del Suicidio, el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González, hizo un llamado a la sociedad a seguir construyendo esfuerzos y a “luchar contra la desesperanza”.
Luego de que en los últimos años, las incidencias de suicidio han cobrado centenares de vidas en la entidad y se ha vuelto más compleja y multifactorial, el Obispo aseveró que se han fortalecido los esfuerzos conjuntos por parte de todos los sectores de la sociedad para buscar respuestas que prevengan la problemática.
“Desde hace algunos años estamos aquí preocupados por ese tema en Saltillo; las autoridades, instituciones de salud, académicas y religiosas quienes tenemos trabajo en común para las personas que estén en esta situación o que piensen en esta tentación”, expresó después de su misa.
En ese sentido, reconoció que aunque el problema acarrea múltiples factores, actualmente el tema de la competencia es uno de los que más pueden afectar al desarrollo de las personas en una vida de plenitud, por lo que llamó a fortalecer el sentido de la esperanza.
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“Sabemos que hay un tema difícil de ansiedad, depresión, mucha competencia que son situaciones que invitan o que llevan a pensar en el suicidio; como iglesia siempre hemos dicho: la esperanza”, dijo.
Así también, informó que la pastoral juvenil y pastoral universitaria han tenido ya acercamientos con instituciones académicas para realizar acciones al respecto, y dijo que están brindando opciones accesibles para personas que estén buscando ayuda.
“Lo peor es quedarse encerrado. Salir a platicar con alguien de confianza que también sea discreto; y en ese sentido, los sacerdotes y coordinadores creo que tienen esa posibilidad para orientar”, expresó.
“Vemos que hay esa tendencia y esa situación difícil. Como iglesia seguimos animando a tener esperanza porque sabemos que quien llega a cometerlo trae una serie de complicaciones psicológicas y afectivas. Hay que comprender a esas personas, todos tenemos situaciones difíciles”, reiteró.
En ese sentido, dijo que ahora, desde la perspectiva de la Iglesia sobre lo que ocurre con las almas de las personas que cometen suicidio, ahora ya todo es poner el tema en “las manos de Dios”.
“Ahorita la ponemos en manos de Dios”, dijo.