Monaguillos, una tradición litúrgica que no pasa de moda en Saltillo

Coahuila
/ 7 agosto 2022

El término “monaguillo” viene de “monjecillo” o “pequeño monje”, esto como fruto de la actitud de servicio y espiritualidad en la labor pastoral de estos niños.

Aunque se pudiera pensar que en la actualidad ya no existe una participación activa de acólitos o monaguillos en las celebraciones litúrgicas que ofrecen iglesias y parroquias de la Diócesis de Saltillo, en realidad existe una concurrida participación de niños y niñas, además de jóvenes en el servicio de apostolado.

Así lo señaló el padre Plácido Castro Zamora, párroco de la Catedral de Santiago, quien además apuntó que al menos en esa iglesia hay 10 acólitos que sirven durante ceremonias eucarísticas y litúrgicas.

De hecho, la Catedral de Santiago es el templo que cuenta con un mayor número de monaguillos puesto que en otras iglesias tan solo se requiere el servicio de uno, dos o tres, dependiendo de las necesidades de cada parroquia.

LAS LABORES

“Los acólitos son individuos que no tienen órdenes clericales, que pueden actuar en situaciones extraordinarias como ministros, administrando la eucaristía y cumpliendo funciones en el altar”, dice el religioso.

También explica que, desde tiempos antiguos, los acólitos eran jóvenes que escoltaban a los obispos en su camino al altar, y que pretendían acceder al mundo eclesiástico.

Sin embargo, estas labores también las pueden llevar a cabo los laicos, quienes son personas adultas que prestan sus servicios ante el altar de los templos católicos.

De acuerdo con información proporcionada por la Diócesis de Saltillo, en la región existen cientos de acólitos ya que tan solo en Saltillo existen 63 parroquias, 17 rectorías y más de 300 capillas en todo el obispado, donde suelen servir acólitos y monaguillos.

“Hay una participación activa por parte de la feligresía, en cada parroquia, capilla o rectoría pueden servir hasta 10 o más acólitos en todos los servicios que ofrecen las iglesias, pero es cuestión de cada lugar”, explica Plácido Castro a VANGUARDIA.

Gran número de sacerdotes, seminaristas, laicos comprometidos... en su infancia y adolescencia fueron monaguillos. Existen numerosos testimonios de vida que demuestran que pertenecer a un grupo de monaguillos, es pertenecer a una escuela de formación cristiana y vocacional.

El término “monaguillo” viene de “monjecillo” o “pequeño monje”, esto como fruto de la actitud de servicio y espiritualidad en la labor pastoral de estos niños.

Monaguillo puede ser todo niño o adolescente cristiano que busque tener una mayor cercanía con Jesús. En algunos lugares se les pide a estos niños haber recibido su primera comunión para que participen más plenamente de la celebración eucarística a la que sirven con tanto amor.

Todo aquel niño o joven que, enamorado de la Eucaristía y de la Iglesia, busque tener una relación estrecha con Jesús y seguirle puede convertirse en un monaguillo. Ésta también es un llamado que Dios puede poner en el corazón de los más jóvenes.

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