Orgullo y pasión, así es el Ballet Folklórico Ixtle Coahuila

Ramiro Moreno, el bailarín que conoció el ballet folklórico hace 15 años, no ha parado un solo día de bailar. Oriundo de “Las Esperanzas”, ejido de Ramos Arizpe, desde niño tuvo el deseo de decirle al mundo que está orgulloso de ser mexicano nacido en Coahuila; ya lo hizo en varios países de Latinoamérica, en más de 20 estados del país, zapateando frente a miles de personas.
De sus 30 años, la mitad la ha dedicado a ensayar en promedio 4 horas diarias; dice que no es fácil mantenerse y que las puertas se abran, por dos años formó parte del Ballet Folklórico Amalia Hernández, ahora dirige orgulloso, exigente y con pasión el Ballet Folklórico Ixtle Coahuila.
Al aire libre, en un teatro, en una feria, incluso en los cruceros, Ramiro encuentra un escenario para mostrar al mundo su pasión, su dedicación al bailar y su temple para forjar a nuevos bailarines. Junto a sus 30 integrantes, este fin de semana bailará en el Festival de la Eterna Primavera en Cuernavaca, Morelos, donde los invitaron a representar a Coahuila.
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Pero es tal su insistencia en mostrar su orgullo por ser mexicano que se nota mientras dirige con enjundia a algunos de sus integrantes en el crucero de Venustiano Carranza y Periférico LEA.
Mientras bailan los seis jovencitos la sonrisa enmarca sus rostros, y una vez que pasan a recoger una moneda o un aplauso, se observan los olanes bien planchados, los listones amarrados a la trenza, el sombrero bien puesto y la botas bien boleadas.
Cuando consiguen una sonrisa o un elogio por parte de los conductores, María, Lucy, Cristy, Orlando, Diego, Sandy y Ramiro, saben que su objetivo se cumplió: decirle a Saltillo que representan las costumbres de nuestro país.
Las monedas que reciben las guardan en una mochila, y las usarán para viajar a donde los inviten, pero los aplausos y los cumplidos los guardan en el corazón para seguir haciendo lo que aman.