Padece México de una cultura democrática débil: ENCCÍVICA
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Órganos electorales han planteado como resultados que la sociedad incremente su conocimiento en cuanto a derechos y obligaciones
El Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en México reveló la debilidad de la cultura democrática de los mexicanos, lo que desde 2017 llevó al Instituto Nacional Electoral (INE) a generar una estrategia que, basada en verdad, diálogo y exigencia, pretende que la ciudadanía se apropie de sus derechos y su espacio público.
La Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023, refiere que las expectativas ciudadanas puestas en las instituciones y autoridades surgidas de las urnas, derivan en decepción ante la capacidad de respuesta y la debilidad del estado de derecho.
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“La debilidad de la cultura democrática de las y los mexicanos que se expresa con la distancia que los separa de los procesos de toma de decisiones sobre la vida pública, de la desconfianza en el cumplimiento de las normas y del desencanto con los resultados entregados por las instituciones públicas”, reconoce la autoridad electoral en el documento.
La cultura cívica aspira a generar un cambio en el paradigma de la ciudadanía en el que el ciudadano no sólo sea partícipe en la democracia cada vez que haya elecciones, sino que se convierta en un defensor del reconocimiento, ejercicio y protección de sus derechos, libertades e igualdad.
“Que comprenda y practique sus responsabilidades democráticas; que sea un vigilante de la actuación de sus representantes; que exija cuentas de los órganos de gobierno; que demande la generación y la difusión de la información que sirve de sustento para la toma de decisiones; en suma, que se apropie del espacio público”.
De acuerdo con el informe, la educación cívica es un proceso orientado a construir valores y prácticas democráticas en una sociedad. Requiere de medios y actores fundamentales, pero debe advertir que las y los destinatarios forman un universo plural, diverso y complejo que reacciona y se adapta al entorno político en el que actúa.
“En una democracia que va más allá de los procesos electorales, el actor principal no es el electorado, sino la ciudadanía. Es decir, la participación política, entendida como acciones orientadas a incidir en la toma de decisiones en el ámbito político gubernamental”.
La autoridad electoral considera crucial que la ciudadanía logre apropiarse del espacio público al vigilar los actos de autoridad por medio de la deliberación y la toma de decisiones, sobre la base de la argumentación, la discusión racional y el respeto a las libertades y los derechos.
“Fortalecer el espacio público podría auspiciar la formulación de mejores políticas públicas e iniciativas sociales; ayudaría a revitalizar las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones públicas, así como a incrementar la responsabilidad de los medios de comunicación y generar certidumbre y seguridad”.
La Estrategia Nacional de Cultura Cívica señala los bajos niveles de aprobación de los partidos políticos, la percepción de baja calidad de los gobiernos, y la falta de información objetiva y verificable, como la explicación del problema.
“Solo el 19 por ciento de la ciudadanía confía en los partidos políticos. La percepción ciudadana de los gobiernos es de corrupción e inseguridad, captura política de los puestos públicos, y bajos niveles de satisfacción con la calidad de los servicios públicos ofrecidos por la administración pública. De los medios de comunicación, la ciudadanía percibe limitada independencia, y México ha calificado como un país en el que no existe libertad de prensa desde 2010.. ”.
El documento asevera que las instancias obligadas a promover los valores y prácticas para incidir en la formación de la ciudadanía son la Secretaría de Educación Pública, las universidades, el INE, los organismos públicos locales, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, la Secretaría de Gobernación y sus derivados en las entidades federativas, así como los canales del Congreso y del Poder Judicial.
El año que cursa, 2023, es crucial para esta estrategia planteada, los resultados derivarán de los procesos electorales en curso y de otros ejercicios democráticos llevados a cabo desde 2017, regidos en los tres ejes: verdad, diálogo y exigencia.
La autoridad electoral ha planteado como resultados que la sociedad incremente su conocimiento en cuanto a derechos y obligaciones; que aumenten las capacidades de investigación y reflexión en distintos espacios públicos y sociales y que la capacidad ciudadana para exigir rendición de cuentas y transparencia se incremente.
