Relatos y Retratos de Saltillo: de cómo la imprenta revolucionó la ciudad
COMPARTIR
Históricos personajes están involucrados con la llegada de la primera imprenta que existió en Saltillo. El padre de la historiografía coahuilense, don Vito Alessio Robles, realizó hace años una investigación sobre la primera prensa Coahuila, propiamente en Saltillo, porque fue donde se instaló.
La información encontrada por don Vito proviene de panfletos que existen en los archivos de Béxar de la Biblioteca de la Universidad de Texas. Alessio Robles narra su hallazgo: “Existe un folleto, cuyos ejemplares son rarísimos, el primero, lleva el siguiente título: ‘LOS CAPITULADOS DE ZARAGOZA DESARMADOS POR EL SR. CORONEL DON FELIPE DE LA GARZA GOBERNADOR DEL NUEVO SANTANDER Y OBLIGADOS A EMBARCARSE POR TAMPICO. IMPRENTA DE LA COMANDANCIA GENERAL. SALTILLO AÑO DE 1822. SEGUNDO DE LA INDEPENDENCIA Y DEL YMPERIO.”
“Es este un folleto de 10 páginas de 21 por 16 centímetros, numeradas solamente de la 5 a la 9. Se refiere al desarme del regimiento español de Infantería de Zaragoza, efectuado en Tampico, y al embarque del personal del citado regimiento en el mismo lugar para que se trasladara a la Habana”, detalla Vito Alessio Robles.
Otros documentos impresos hallados en la Universidad de Texas fueron decretos y circulares, todos impresos en Saltillo en 1822.
El historiador tuvo en sus manos una proclama de don Agustín de Iturbide impresa en Saltillo el 27 de mayo y que lleva por título, Viva nuestro emperador don Agustín de Iturbide; una copia de la Gaceta Extraordinaria del Gobierno Imperial de México de fecha domingo 27 de octubre, reimpresa en Saltillo; un ejemplar de la Gaceta Extraordinaria del Gobierno Imperial de México del 10 de noviembre, además de documentos y proclamas del general José M. Lobato.
El impresor de este material fue el estadounidense Samuel Bangs.
LA LLEGADA DE BANGS
Londres, Inglaterra, fray Servando Teresa de Mier se encuentra desterrado de la Nueva España, puesto que el 8 de noviembre de 1794 pronunció una oración fúnebre por Hernán Cortés y el 12 de diciembre puso en duda las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
Mier pasó años escribiendo en favor de la Independencia de México y siempre tuvo la intención de regresar a ayudar a los insurgentes de la Nueva España.
En Inglaterra, fray Servando convence al general español Francisco Javier Mina y a un grupo a unirse a la expedición con rumbo a México.
Mientras dura su estancia en Inglaterra, Mina y/o fray Servando adquieren una imprenta portátil, la cual servirá para imprimir en México, proclamas y folletos de propaganda.
La excursión partió de Liverpool, hacia Virginia, Estados Unidos, de ahí, Mina siguió por tierra hasta Baltimore, Maryland, en esa ciudad Mina contrata a Samuel Bangs, un impresor de Boston, quien trae consigo tinta y familias de caracteres tipográficos.
Largos días de travesía en alta mar hubieron de pasar antes de desembarcar en Soto la Marina, Tamaulipas, en mayo de 1817.
En ese puerto, Bangs imprimió la proclama que describía los motivos del general Mina de la intervención en la Nueva España. Un mes más tarde, Bangs es capturado por el general Joaquín de Arredondo, quien también confisca la imprenta, es trasladado como prisionero a Monterrey, donde trabajó como impresor sin pago y tras cuatro años preso, Bangs recuperó su libertad.
Alessio Robles sostiene que don Miguel Ramos Arizpe, diputado por Coahuila en las Cortes de Cádiz, que acababa de llegar a Saltillo, influyó y gestionó ante el comandante de las Provincias Internas de Oriente, don Gaspar Antonio López, para traer la imprenta y a Bangs a Saltillo.
A mediados de 1823, Samuel Bangs regresó a Estados Unidos, cuatro años más tarde volvió a México y trajo consigo dos imprentas, llega a Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde el gobierno de ese estado terminó por comprar una de las dos imprentas, después viajó a Saltillo y logró vender la segunda imprenta al Gobierno de Coahuila y Texas y se comprometió a ser el encargado de la misma.
El cargo lo desempeñó hasta los primeros meses de 1830, solicitó carta de ciudadanía, la cual se le otorgó en mayo de 1830 y fue así que se convirtió en ciudadano del Estado Coahuiltejano.
La primera imprenta de Saltillo fue reclamada por Servando Teresa de Mier y se regresó a Monterrey, donde aún existe.
En gran parte debemos a Don Miguel Ramos Arizpe la instalación de la primera imprenta en Saltillo que operó de 1822 hasta la primera mitad del año de 1823.
