Rescatan de ‘cruceros’ a seis niños por semana; buscan sustento por crisis
Durante la pandemia, el DIF Saltillo sacó hasta seis niños por semana de cruceros y calles que trabajaban vendiendo dulces, como franeleros o acompañaban a sus padre.
La presidenta del DIF Saltillo, Liliana Salinas Valdés, señaló que el alarmante incremento de niños que salieron a las calles o cruceros fue debido al confinamiento, pasando de dos o tres por año, a seis a la semana, pues algunos padres de familia se negaban a dejarlos en casa mientras que trabajaban.
“Podíamos encontrar casos recurrentes, familias que regresaban a los mismos cruceros, incluso mamás que nos retaban diciendo: “A ver, quítamelos”, pero no se trata de eso, sino de velar por su seguridad para evitar un accidente u omisión”, manifestó.
En el caso de los adolescentes eran ellos quienes tomaban la iniciativa de salir a buscar un ingreso mientras sus padres salían a trabajar, sin embargo, gracias a los patrullajes se logró retirar de las avenidas a los menores, aseguró la presidenta.
“Ante esto redoblamos el esfuerzo y patrullajes explicándoles a los papás que sus hijos no podían estar en las calles, si había una situación económica se les integraba en un programa social o se les brindaba el apoyo”, comentó Salinas.
Destacó que una gran parte de los menores encontrados en cruceros, banquetas o camellones eran parte de familias centroamericanas de paso por la ciudad, a quienes también debían explicarles que su labor era resguardar y asegurar a todos los niños, niñas y adolescentes que se encontraran en condición de calle.
Aseguró que previo a la pandemia había un par de casos, sin embargo, la cifra de niños en los cruceros incrementó durante el confinamiento para bajar nuevamente, aunque no en su totalidad, gracias al regreso a clases presenciales, consideró.
¿POR QUÉ TRABAJAN?
Entre las principales razones que llevan a algunos adolescentes y jóvenes a buscar un empleo, según dijeron a VANGUARDIA, se encuentran cubrir cuotas escolares y comprar útiles para la escuela, pero también para aportar a sus hogares.
Algunos de ellos eligieron trabajar para costear su ropa, celulares o tenis, los cuales no podrían recibir de sus padres, quienes reciben casi los mismos sueldos.
En un recorrido por la zona centro, algunos trabajadores señalaron que aunque no se cuenta con el permiso necesario, sus patrones respetan las obligaciones laborales establecidas en la ley.
En Coahuila para que un menor de edad trabaje debe pedirse permiso antes a la Secretaría del Trabajo.