Saltillo: con flores y cantos honran a sus madres fallecidas


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Hijos honran a sus madres que ya no están aquí, en este Día de las Madres
Lucrecia, madre de Jesús Valdés, falleció hace 28 años y desde entonces su hijo único le lleva flores a su tumba con las que intenta decirle que todavía no la ha olvidado.
Ella era originaria del ejido El Jagüey de Ferniza, de Saltillo, y vino a vivir a la ciudad en cuanto supo que estaba embarazada y aquí en la capital creció Jesús, quien recuerda a su madre como una mujer maravillosa y excepcional.
“Ella me lo dio todo, hizo todo por mí, ella era muy buena, estoy agradecido”, comparte con VANGUARDIA.
Por eso, por el recuerdo, acude en todas las fechas especiales para limpiar su tumba y conversar con su espíritu que todavía se hace presente en la vida de Jesús Valdés.
“Cada diez de mayo vengo a visitarla, también en su cumpleaños, el Día de los Difuntos y el Día de su Santo, ella me dio todo lo que pudo y yo era su único hijo”, manifiesta.
UN CANTO DE AMOR
Para los hijos, nueras y el esposo de María del Carmen Colunga Martínez, esta es la primera fecha en la que la recuerdan en vida y le llevan serenata hasta su tumba.
En vida, le encantaba que sus hijos le cantaran con guitarras y que la visitaran en su casa, donde solía reunirse toda la familia.
María del Carmen fue una mujer ejemplar, amorosa, que dio a luz a diez hijos varones y los crió junto con uno de sus nietos, al lado de su esposo, formándolos como hombres de valores, caballeros, a decir de una de sus nueras.
“Ninguno se le fue por mal camino a pesar de que eran puros hombres, ella era una matriarca, una gran señora, lo que ella decía era lo que se hacía, siempre, una mujer justa, llena de amor, mis respetos para ella porque sus hijos nos tratan maravillosamente”, dice.
Aunque permaneció dos años en silla de ruedas a causa de un accidente que le ocasionó la pérdida de la movilidad, María del Carmen falleció a los 84 años a causa de un padecimiento que le provocó agua en los pulmones y el fallo de sus riñones, muriendo el pasado viernes 15 de abril.
“Se nos puso malita el Lunes Santo y para el Viernes Santo falleció; está todo muy reciente y nosotras como nueras acompañamos a nuestros esposos y les ayudamos a ver a su papá que se quedó viudo y hoy la estamos recordando en vida”, comparte.
También, dice que María del Carmen siempre fue una mujer fuerte que nunca se quejó de ningún dolor a pesar de las complicaciones de salud que ya tenía.
“Los pocos días que la tuvimos internada, lo único que ella decía era “Ay Dios mío”, solo decía eso, nunca salió de ella una queja, un llanto, nada. Mis respetos para la señora y todos sus hijos”, reitera una de sus nueras.
Sus hijos y su esposo le dedicaron canciones de serenata como “Buenos días paloma blanca” y “El cielo en tu mirada” acompañadas con guitarra, le ofrecieron flores y le limpiaron su tumba en este Día de las Madres.