Saltillo: el mecánico de autos que prefiere andar en bicicleta
El mecánico que no maneja automóvil recorre 20 kilómetros al día con el impulso de su cuerpo para ir y regresar del trabajo: avanza a la derecha de los carros sobre una bicicleta de ruta, bella y ligera. Él tiene 62 años, se llama Luis Manuel Mendoza Villarreal y ella, la bici marca Centurion, tiene más de 50 años.
Luis Manuel sale de casa por la mañana, atraviesa su barrio de toda la vida, el Centro Histórico de Saltillo, rumbo al norte hasta el taller. Su día transcurre entre motores, frenos, suspensiones, transmisiones, clutch y ruido de carros, metales, combustión y potencia. A la hora de comida se sube en la bicicleta y circula tranquilo sobre las dos ruedas de rines blancos, cuadro amarillo, sillín blanco y manubrio con los extremos curvos envueltos en cintas verdes. De lejos parece que levita, como si avanzara montado en una nube. La postura y el gesto plácido de Luis Manuel esconden el esfuerzo de pedalear una subida.
El movimiento circular hacia adelante es como un hechizo: cualquier que vea a Luis Manuel no pensaría que ese hombre de barba blanca, lentes y gorra roja, suéter gris, pantalón café y zapatos negros tuvo un problema cardiaco y por eso dejó de rodar distancias superiores a los 100 ó 150 kilómetros los domingos y que fue atropellado en 2 ocasiones en las esquinas con el letrero “Alto. Ceda el paso”, donde los automóviles que se debían detener no lo hicieron.
“La gente no tiene conciencia de las esquinas. Ni al peatón le dan chance. Todo eso lo ve uno a diario que anda en bici; no aman a su prójimo, no lo respetan”, sostiene.
Luis Manuel aprendió a andar en bicicleta de niño, cuando pagaba 20 ó 50 centavos para rentar un equipo un par de horas. Era su pasatiempo y después lo dejó. Empezó a jugar basquetbol de estudiante, luego salió de la preparatoria y comenzó a correr, duró casi 20 años trotando todos los días.
En 2002 regresó a la bicicleta.; desde entonces no se ha separado de ella. Lo único que cambió en estos 20 años rodando fue que Luis Manuel ya no recorre más de 50 kilómetros al día, pero la bicicleta sigue siendo su transporte y el motor de su bienestar.