Francisco Garduño Yáñez, el funcionario mexicano que cargó con la mayor parte de la responsabilidad de la crisis migratoria

México
/ 14 enero 2025

Cuando los cruces fronterizos aumentaron en 2023, Estados Unidos. presionó a México para que impusiera medidas más agresivas. Las autoridades mexicanas enfocaron su atención en Francisco Garduño Yáñez, entonces comisionado del Instituto Nacional de Migración

CIUDAD DE MÉXICO- Los estadounidenses no estaban contentos.

La situación de los migrantes en la frontera estaba fuera de control, dijeron, y México no estaba haciendo lo suficiente para detenerla, según funcionarios de ambos países.

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De hecho, la crisis era peor de lo que el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, había hecho creer a los funcionarios mexicanos.

La revelación, en octubre de 2023, llevó al secretario de la Defensa Nacional de México en ese momento a montar en cólera en una reunión de emergencia, dijeron funcionarios con conocimiento del encuentro.

El secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, le gritó a Garduño y le dijo que lo había engañado, según dos personas familiarizadas con el incidente.

$!La crisis era peor de lo que el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, había hecho creer a los funcionarios mexicanos.

El secretario informaba regularmente al entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Pero Sandoval se había enterado días antes por los estadounidenses de que la crisis migratoria era más grave de lo que pensaba.

El secretario le dijo a Garduño que le había ocultado información y que eso había provocado que le mintiera al presidente.

Fue un capítulo tenso en las relaciones entre Estados Unidos y México, según cinco funcionarios mexicanos y estadounidenses al tanto de las conversaciones bilaterales sobre migración, y Garduño, de 76 años, había quedado atrapado en el medio. Además de ser acusado de gestionar mal y minimizar la crisis migratoria, Garduño se enfrenta a cargos penales en relación con un incendio en un centro de detención de migrantes en el que murieron 40 personas en 2023.

Ahora que México se encuentra ante lo que se espera que sean conversaciones fronterizas controvertidas con el gobierno entrante de Trump, el mismo funcionario mexicano al que se culpa de gestionar mal la crisis migratoria, Garduño, será un actor fundamental en esas negociaciones. El presidente electo estadounidense ha prometido iniciar deportaciones masivas de migrantes indocumentados en cuanto asuma el cargo.

Sandoval, Garduño y la agencia que dirigía, el Instituto Nacional de Migración, no respondieron a varias solicitudes de comentarios.

El control de la frontera entre México y Estados Unidos es una tarea monumental en la que participan miles de agentes gubernamentales de ambos países. La situación se utiliza a menudo como arma política. Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos acusaron al gobierno de Joe Biden de no controlar la frontera y votaron a favor de destituir a su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

EN MÉXICO, GARDUÑO FUE QUIEN ESTUVO EN EL PUNTO DE MIRA

Garduño, excomisionado de un órgano del sistema penitenciario mexicano, ha sido criticado por recurrir a las fuerzas militares para gestionar los flujos migratorios. La agencia de Garduño también ha sido acusada de básicamente dejar pasar a los migrantes por la frontera norte a cambio de sobornos. En entrevistas, migrantes dijeron que habían tenido que pagar a agentes de migración mexicanos para atravesar el país y llegar a Estados Unidos.

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En 2022, la embajada británica también encargó un informe clasificado sobre el sistema de migración de México, del que The New York Times obtuvo una copia. En él se detectó corrupción sistémica en la gestión de los migrantes por parte del gobierno, incluidas extorsiones, abusos sexuales y connivencia con organizaciones criminales para secuestrar a migrantes y pedir rescates.

En una entrevista en 2022, Garduño defendió su desempeño y dijo que había despedido a casi la mitad de los empleados de la agencia por extorsionar a migrantes. Su agencia había expedido documentos a casi dos millones de migrantes de 2018 a 2022, dijo, ayudando a regularizar su presencia en el país.

Esto equivale a que es una política humanitaria, que es una política de integración, que es una política de hermandad”, dijo.

Pero las entrevistas con funcionarios de ambos países han dejado al descubierto el descontento de los funcionarios estadounidenses con la forma en que México estaba gestionando la migración.

$!Cuerpos cubiertos de migrantes que murieron en un incendio en un centro de detención administrado, en Ciudad Juárez, México, el 28 de marzo de 2023.

En 2023, la popularidad del presidente Biden estaba cayendo antes de las elecciones de 2024. La migración era una de las principales preocupaciones para los votantes estadounidenses. Por esa razón, el presidente envió al secretario de Estado, Antony Blinken, y a Mayorkas a una reunión de emergencia en Ciudad de México en octubre.

Le dijeron a López Obrador que los agentes fronterizos estadounidenses habían encontrado casi 220.000 migrantes en la frontera sur de Estados Unidos en septiembre, uno de los mayores flujos registrados, dijeron funcionarios con conocimiento de la reunión.

Los agentes de la patrulla fronteriza estaban desbordados. Los trenes de mercancías de México a Estados Unidos carecían de seguridad. Los conductores corruptos, según los estadounidenses, paraban o reducían la velocidad de los trenes para permitir que los migrantes subieran.

Pidieron a las autoridades mexicanas que actuaran de forma más agresiva para disolver los grandes grupos de migrantes que se dirigían a la frontera con Estados Unidos y que ya no expidieran visados para los países cuyos ciudadanos utilizaban México para entrar ilegalmente en Estados Unidos, según las autoridades.

La realidad que reveló la delegación estadounidense era más sombría que la presentada por la agencia encabezada por Garduño, que informaba diariamente al gobierno mexicano sobre el número de migrantes interceptados en el sur de México.

Tres funcionarios que trabajan en migración y estaban al tanto de esas cifras dijeron que los números rara vez coincidían con los datos presentados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y los del gobierno de Panamá, país por el que pasan muchos migrantes para llegar a México.

El ejército mexicano informó que junto al instituto de migración encontraron cinco millones de migrantes de 2018 a 2024, pero la Secretaría de Gobernación de México reportó aproximadamente la mitad de ese número en ese periodo. Las cifras de 2023 también variaron ampliamente; la agencia de migración informó de casi 1,5 millones de encuentros ese año, mientras que la Secretaría de Gobernación informó de unos 500,000.

El gobierno de México está difuminando el panorama al emitir dos cifras ampliamente divergentes, sin siquiera explicar la divergencia”, dijo Adam Isacson, director de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, un instituto de investigación. “Es confuso, socava la credibilidad del gobierno y hace más difícil anticipar las tendencias emergentes”.

Tras el regreso de la delegación estadounidense a Washington, López Obrador convocó la reunión de emergencia de los máximos responsables de seguridad y migración de México el 13 de octubre de 2023. Se celebró en Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala y cuello de botella de los migrantes que entran a México.

La agencia de refugiados de la ciudad estaba a punto de colapsar, con unos 7000 migrantes al día desbordando sus oficinas para registrarse como solicitantes de asilo, una vía rápida para recibir un permiso de migrante.

Los permisos eran una especie de billete dorado: permiten a los solicitantes de asilo estudiar, trabajar y acceder a servicios básicos. Aunque se supone que los solicitantes de asilo deben permanecer en el estado donde lo solicitan, muchos utilizan los permisos mexicanos para llegar a la frontera estadounidense sin ser detenidos, según las autoridades.

En la reunión de emergencia, la entonces secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, se centró en los permisos, según las autoridades.

Alcalde interrogó intensamente a Garduño sobre si su agencia estaba entregando los permisos pero permitiendo que los solicitantes de asilo se dirigieran al norte, hacia la frontera con Estados Unidos, según cuatro funcionarios con conocimiento de la reunión, dos de ellos presentes.

Sí, respondió Garduño.

Mientras Alcalde lo reprendía, Garduño bajó la mirada y se quedó callado, dijeron funcionarios con conocimiento del encuentro.

Después, Alcalde anunció a los presentes que iba a despojar a Garduño de la capacidad de conceder nuevos permisos de migración sin la aprobación de otras ramas del gobierno.

Alcalde no respondió a las solicitudes de comentarios.

En cuanto los permisos a los migrantes cesaron, miles de solicitantes de asilo en México quedaron en un limbo legal.

La medida los convirtió en “presa fácil para los grupos delictivos”, dijo Dana Graber Ladek, jefa de la misión en México de la Organización Internacional para las Migraciones. Y añadió que “los migrantes se quedaron básicamente sin opciones de poder trabajar legalmente en el país”.

Con el tiempo, México reanudó la expedición de permisos migratorios, pero actualmente son un número menor de lo que una vez fueron. El año pasado solo se expidieron unos 3500 permisos, frente a los casi 130.000 de 2023.

Tras la reunión, Garduño se apresuró a demostrar que su agencia era capaz de controlar los flujos migratorios, según los funcionarios.

Sus agentes dificultaron el acceso de los migrantes a la frontera estadounidense y reforzaron la seguridad en los trenes que muchos utilizaban para viajar al norte. El número de encuentros con migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México descendió casi un 13 por ciento de septiembre a noviembre, según las estadísticas de noviembre de 2023 de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.

Pero justo cuando las cifras comenzaron a bajar, una filtración llevó a funcionarios de alto nivel a convocar otra reunión de emergencia sobre migración en México.

En noviembre de 2023, la Secretaría de Hacienda de México suspendió temporalmente la financiación de partes del gobierno, incluida la agencia de Garduño, debido a restricciones presupuestarias. Pero en lugar de presionar a la Secretaría de Hacienda para que liberara fondos, como hicieron otros funcionarios, Garduño detuvo proactivamente las operaciones de su agencia.

El 1 de diciembre, envió un memorando en el que ordenaba a su agencia que pusiera en pausa los vuelos de deportación que transportaban a migrantes indocumentados, retirara personal de los puestos de control y cerrara el programa de transporte en autobús que había aliviado la presión en la frontera norte.

EL MEMORÁNDUM SE FILTRÓ RÁPIDAMENTE Y SE HIZO PÚBLICO

Los migrantes se precipitaron a la frontera estadounidense, muchos de ellos sin el obstáculo de los agentes de migración mexicanos. Ese diciembre, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos registró el mayor número de encuentros con migrantes en la frontera de la historia: casi 250,000 migrantes.

Agentes de la patrulla fronteriza estadounidense, desbordados, cerraron los pasos fronterizos terrestres de Lukeville, en Arizona, y San Diego. La agencia estadounidense de protección de fronteras suspendió varios pasos ferroviarios en Texas.

El gobierno de México, tratando de contener las consecuencias, prometió públicamente más fondos a su instituto de migración. Blinken regresó a Ciudad de México el 27 de diciembre, con una delegación aún mayor.

Al mes siguiente, enero de 2024, después de que México y Estados Unidos comenzaron a cooperar para aplicar medidas más estrictas, el flujo de migrantes en la frontera estadounidense se redujo a la mitad.

La presión de Washington ha seguido funcionando; los cruces fronterizos ilegales han disminuido. El pasado mes de junio, Biden emitió una orden ejecutiva para impedir que los migrantes indocumentados recibieran asilo en la frontera.

México ha desplegado integrantes de la Guardia Nacional en los puestos de control de migración y ha trasladado en autobús a migrantes más al sur del territorio nacional, agotando sus esfuerzos por dirigirse al norte. Las autoridades también han desarticulado caravanas de migrantes para que ya no lleguen a la frontera estadounidense.

En octubre, Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México. Nombró a un nuevo comisionado de migración, quien sustituyó a Garduño este mes, pero afirmó que Garduño continuaría asesorando al gobierno para crear una “profunda transformación” de su instituto de migración y para ayudar a lidiar la tormenta después de que Trump asuma la presidencia el 20 de enero.

Garduño aún se enfrenta a un proceso penal por el incendio del centro migratorio. Varios funcionarios mexicanos y estadounidenses dijeron que pensaban que dimitiría tras la tragedia. Sin embargo, ha sido hombre de confianza de López Obrador por décadas.

Garduño no está detenido, pero cada dos semanas debe presentarse ante un juez.

Emiliano Rodríguez Mega y Paulina Villegas colaboraron con reportería.

Maria Abi-Habib es corresponsal de investigación en América Latina y reside en Ciudad de México. c. 2025 The New York Times Company.

Por Maria Abi-Habib, The New York Times.

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