Saltillo: Guadiana, un hombre valiente, sin miedo a nada
COMPARTIR
Familiares y amigos despiden al político y empresario coahuilense con una misa
El sacerdote Horacio Garza, de San Juan de Sabinas, ofició la misa de despedida en memoria de Armando Guadiana Tijerina, en el Oratorio Martínez, en Saltillo, y dirigió palabras de consuelo a familiares y amigos para que en un trance de dolor y sufrimiento encuentren la paz, la tranquilidad, la aceptación y el consuelo de Dios.
Compartió que cuando empezó a cerrar sus ojos, él ya se encontraba preparado para su partida, pues semanas antes le dio la unción de los enfermos, el político y empresario se levantó de la cama con las pocas fuerzas físicas que le quedaban. Con un corazón verdaderamente guerrero, luchador, se irguió durante las últimas oraciones.
TE PUEDE INTERESAR: Dan familiares y amigos último adiós a Armando Guadiana
El sacerdote le dijo: “Ingeniero, se ganó la lotería porque la unción de los enfermos es el perdón de nuestros pecados. Sonrió en ese momento. Le dije: ya ha recibido el perdón de todos sus pecados ¿Quiere recibir lo más grande, que es a Dios mismo que ha venido a su casa en la Eucarístía? Dijo inmediatamente: ‘Sí quiero’. El aceptó la santa voluntad de Dios y dentro del sufrimiento y el momento más difícil de su vida, dijo ‘Señor, te acepto en mi corazón’”.
En ese momento, el padre le obsequió un rosario y el ingeniero dentro de su padecimiento, lo recibió, porque en el dolor está la soledad, la suavidad de Dios y la salvación.
Durante la homilía, recordó al ingeniero como una persona con muchísima alegría, una persona emprendedora, luchona, que amaba a la vida, a su familia, a sus amigos, que amaba tanto al pueblo, por el que luchó muchísimo y señaló que todas las obras que realizó a lo largo de su vida, quedarán guardadas en el corazón de familiares, amistades y de todos quienes le conocieron durante una existencia de trabajo.
Añadió que, aún dentro del dolor y el sufrimiento que se puede traer en la mente y el corazón, se debe dar gracias a Dios porque, habiendo nacido en una familia trabajadora, Armando Guadiana también fue dedicado y laborioso, que al mismo tiempo supo descubrir en la familia el valor de la unidad y la cercanía permanente con los seres queridos.
A pesar de sus muchas luchas, tareas, ocupaciones y obligaciones en el campo de la vida política y empresarial siempre fue una persona entregada a su familia, por ello, no hay palabras de reclamo ahora en que ha sido llamado ante la presencia del Señor.
“Nuestro hermano ha pasado de un lugar a otro lugar maravilloso que es estar en la presencia de Dios; nos quedamos con el gran legado que el ingeniero Armando nos dejó. Un hombre valiente, que no tenía miedo a nada, un hombre que supo dar la vida por nuestro pueblo, un hombre que amaba su lugar de origen, sus raíces”, agregó en su discurso el sacerdote.
Al final de la misa se escuchó la canción “A mi manera”, cuya letra describe la vida intensa de Armando Guadiana, mientras la familia abandonaba el Oratorio con sus cenizas para llevarlas a casa.