Saltillo: se necesitan un programa integral de arroyos e infraestructura verde para frenar inundaciones, consideran expertos

Ante el rápido llenado y crecimiento de los cauces de los arroyos en Saltillo, la arquitecta Griselda Salas Alemán consideró necesario que exista un programa integral de conservación y mantenimiento de dichos cuerpos de agua.

La docente de la Universidad Autónoma de Coahuila sostuvo que si bien las administraciones municipales han realizado acciones de limpieza y desazolve de los arroyos urbanos, los resultados son parciales.

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La experta en desarrollo urbano planteó que esto se debe a diferentes factores, siendo el primero y más importante que aunque existen instrumentos de diagnóstico y propuestas de intervención, se quedan en eso.

En los primeros seis meses del 2024, la Dirección de Medio Ambiente y Espacios Urbanos recogió 90 toneladas de basura de los arroyos.

La propia dirección informó en 2023 que la acumulación de basura provoca que los arroyos del Cuatro, del Pueblo, Ojitos, La Tórtola, El Charquillo y de la Madre son los que presentan mayor riesgo y por lo tanto mayor atención en la ciudad.

“Al momento de la ejecución de los trabajos no se consideran la totalidad de los factores externos que son precisamente la causa de los taponamientos”, mencionó Salas, integrante de la Asociación Mexicana de Urbanistas en Coahuila.

Añadió que entre los factores externos, la intervención antropogénica es la más importante, es decir, los usos y costumbres de los ciudadanos que intervienen de manera negativa al medio ambiente con el depósito de residuos de todo tipo en los arroyos, así como con edificaciones que ponen en riesgo a numerosas familias de la capital coahuilense.

Salas Alemán consideró que otro de los factores que influyen en que los resultados de las acciones sean parciales es que no se tiene control sobre la vegetación riparia, es decir la que se desarrolla alrededor de cuerpos de agua.

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“Si bien la vegetación es necesaria para la infiltración del agua y frenar la velocidad de las corrientes, también es cierto que existe vegetación invasora como es el caso de los carrizos, que no sólo obstaculizan las corrientes, sino que se convierten en represas de residuos, principalmente textiles, que al enredarse entre las plantas generan barreras que a su vez provocan el aumento del nivel del agua”, explicó la urbanista.

En ese sentido consideró que el programa integral no solo debe concentrarse en limpiezas temporales, sino que también incluya sensibilización y educación ambiental, así como la participación ciudadana con el fin de crear un sentido de pertenencia y modificar el imaginario urbano con respecto a los arroyos, buscando a la vez rescatar las unidades de paisaje que en ellos existen.

“De igual forma es necesaria la participación de especialistas en hidrología, geología, biología, ingeniería, arquitectura y urbanismo, para tener un inventario actualizado de la vegetación y fauna que habita en los arroyos, tener un control de la calidad del agua y del crecimiento de vegetación invasora, así como de la transformación del cauce y las riberas”, estableció Salas.

La urbanista también señaló que es necesario considerar que los arroyos prestan servicios ambientales muy importantes a la ciudad, ya que contribuyen principalmente a mejorar la calidad del aire, a bajar los niveles de radiación, a mejorar el confort térmico de las zonas debido al microclima que en ellos prevalece, son área de descanso para la fauna urbana y pueden ser una parte muy importante para el desarrollo de actividades recreativas y deportivas, como lo fue en el pasado el Arroyo del Pueblo.

Salas también mostró su reconocimiento a colectivos ciudadanos y ciclistas que contribuyen a la conservación de los arroyos El Mimbre, Agua Azul y Ceballos.

PARQUES INUNDABLES, ALTERNATIVA

Para José Ruiz Fernández, presidente de la AMU en Coahuila, otra alternativa para mitigar el impacto de las lluvias y evitar inundaciones son los parques hundidos o inundables, espacios a nivel inferior al del entorno que, cuando llueve, captan el agua de los escurrimientos, y cuando no, pueden ser usados como parques y como espacios de convivencia comunitaria.

El también docente de la UAdeC, señaló que también deben considerarse las intervenciones con infraestructura verde, que consisten en fosas de captación pluvial que son dotadas de plantas de ornato dando forma a pequeños jardines urbanos.

Explicó que para ello se aprovechan los espacios de las banquetas y los camellones, abonando también a mejorar la imagen urbana.

“Otra alternativa es la implementación de sistemas de captación pluvial en inmuebles públicos y privados, para después aprovechar el agua de lluvia en riego, limpieza, entre otros usos.

“Es importante tener en cuenta que se requiere de un número importante de intervenciones de infraestructura verde y de sistemas de captación pluvial en inmuebles para lograr un impacto sensible en el control del impacto de lluvias”, detalló Ruiz.

Ruiz Fernández señaló que es necesario considerar que no se debe pensar en una sola solución, sino en un sistema urbano de captación y control pluvial diversificado, que cuente con varias acciones que funcionen simultáneamente.

“Adicionalmente, una de las medidas más necesarias y que no precisan de mayor infraestructura, es prevenir y sancionar que se tire basura en la vía pública, ya que la eficiencia del drenaje pluvial se verá comprometida de manera importante si no se mantienen limpias las alcantarillas y las conducciones de desagüe, por lo que se requiere de contar con sanciones severas y aplicarlas de manera efectiva para garantizar el funcionamiento óptimo de la infraestructura pluvial con la que ya cuenta la ciudad”, señaló el urbanista.

El docente destacó que Saltillo tiene la ventaja de estar sobre una pendiente, por lo que consideró que la implementación de un conjunto de soluciones puede reducir de manera importante los efectos negativos de las lluvias y ayudar a la recarga de acuíferos subterráneos, que es de donde se obtiene el agua de consumo humano.

En ese sentido coincidió el también urbanista Héctor Laredo, quien señaló que es importante desarrollar obras de captación y reabsorción de escurrimientos pluviales en todos los nuevos desarrollos de la ciudad.

“No podemos seguir urbanizando sin regresar el agua superficial a los mantos freáticos que cada vez tienen menos recarga por la acelerada urbanización”, apuntó.

PRESAS DE GAVIONES AYUDAN PERO NO BASTAN

Para Enrique Salazar, asesor de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (Ceas), la presencia de presas de gaviones en la ciudad contribuye al cauce y retención de la lluvia, aunque no son suficientes para evitar inundaciones.

Tal como comentó para VANGUARDIA en junio de este año, las 76 presas no evitan las inundaciones, pues los desarrollos habitacionales han tapado el flujo natural del agua.

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“Las colonias como Morelos, Zaragoza, Fundadores, todo lo que está en ladera de la sierra de Zapalinamé, son colonias que fueron ganándole a los arroyos y ahora cuando vienen las lluvias que se precipitan en la cuenca alta, pues el agua tiende a bajar y encontrar sus antiguos cauces.

“Por eso muchas veces las avenidas de las colonias como la Juan Navarro, la 17, la bulevar Morelos, son avenidas de agua porque eran los arroyos, lo que pasa es que lo taparon”, detalló.

Asimismo, Salazar ahondó que las presas de gaviones son una especie de cubos de piedra con estructuras de malla de jaula que se armaron con piedra al interior.