A 50 años de la autonomía universitaria, ¿cuál es su relevancia?
Ya son 50 años de la autonomía universitaria de la Universidad Autónoma de Coahuila; un principio de independencia política y administrativa que debe regir a las universidades públicas.
Para la generación de la lucha estudiantil por la autonomía de la máxima casa de estudios, este precepto que se estableció desde los años 70 conlleva la promoción del pensamiento crítico, de la acción ciudadana, la defensa de los derechos humanos, el acceso a la educación, la salud y a las organizaciones de la comunidad docente y estudiantil.
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El investigador Alejandro Dávila Flores recordó que la lucha se generó por la sordera de la Junta de Gobierno que en 1973 era presidida por el gobernador Eulalio Gutiérrez Treviño y el exsecretario de gobierno, Óscar Villegas Rico, quienes no desoyeron la petición de la Federación de Estudiantes de Saltillo de la Universidad de Coahuila (FESUC), de la que, Armando Fuentes Aguirre, “Catón” fuera nombrado rector.
El movimiento duró 11 días. Inició con la toma del edificio de la Rectoría y la petición de que “Catón” fuera nombrado como rector se cambió por la exigencia de autonomía.
A la media noche del 24 de marzo de 1973 la explanada de la Rectoría se encontraba repleta de universitarios, todos amontonados en grupos que distinguían la presencia de todas las escuelas universitarias de Saltillo.
El 4 de abril se decretó la autonomía de la Universidad de Coahuila, a través de la que el Estado otorgó a los universitarios la facultad de autolegislarse y de elegir a sus autoridades de manera independiente.
“Se estableció el Consejo Universitario, que es una piedra angular para que los administrativos, directores y rectores puedan regirse a través de este mecanismo que permite que no se politice el desarrollo y generación del conocimiento;
“Esta forma de llevar la vida universitaria marca el rumbo para el cumplimiento de sus fines sustantivos, como lo es la docencia, investigación, difusión de la cultura y estos deben ser los elementos que rijan el funcionamiento universitario autónomo, además de la forma en que se toman las decisiones y cómo se administran los recursos públicos”, comenta el investigador.
¿RIESGOS EN LA AUTONOMÍA?
Para el académico José María González, la autonomía garantiza la libertad de pensamiento, el ejercicio del conocimiento, la búsqueda de la filosofía, además de la búsqueda de la realidad a través de la investigación, la cultura y el arte.
El riesgo, dice, cabe en la vulneración de la autonomía cuando existen intereses políticos y económicos por parte de quienes se mantienen al frente de la Universidad.
Por otro lado, opinó que la autonomía se pone en práctica todos los días, al compartir con los estudiantes la libertad de enseñar y debatir sin que existan límites a partir de doctrinas instituidas.
“La lucha por la autonomía es permanente y los poderes políticos y económicos no tienen por qué intervenir en este quehacer de la Universidad: los docentes nos preparamos y trabajamos todos los días por la libertad del conocimiento y con este trabajo diario uno ya está poniendo en práctica la autonomía universitaria”, expuso el investigador José María González.