‘Con cobijar a los niños y darles su café, los mantengo calientes’
Las familias que viven en Morelos Quinto Sector, enfrentan el mal clima con ingenio y fortaleza
Cubrir las casas con lonas, abrigar a los menores con 4 o 5 cobijas, el café y atole calientito; son las medidas que vecinos de Morelos Quinto Sector toman para enfrentar las bajas temperaturas y las lluvias.
El invierno aún no se hace presente, pero la familia de Lucía Cortés ya pasa frío y ni qué decir de la humedad, pues el agua penetra a su tejabán, en donde habita con su esposo y sus pequeños Jesús (4) y Citlali (1).
LLEGÓ DEL SUR
Oriunda de Veracruz, la familia llegó a la ciudad hace siete años y por fortuna encontraron un lugar en los tejabanes de dicha colonia, su hogar, desde hace cinco años.
Y es que con el sueldo de Misael Solís en una fábrica no les alcanza.
“Ni modo; hay que sufrir un poco, es el sacrificio por ahorrarnos lo de la renta. Con cobijar bien a los niños y darles un poco de café los mantengo calientes; y a la hora de dormir (lo hacemos) juntos, para darnos calor”, dijo Lucía con gran pesar.
La casa de madera y techo de láminas no es suficiente para guarecerse, ya que por las ranuras se filtra el agua de la lluvia y el frío, las láminas sudan dejando caer gotas heladas en las camas y cobijas.
La ropa, muebles y cobijas acaban húmedos luego de las lluvias, ni las lonas y hules protegen los techos de las casas de madera, por lo que pasan la noche sin poder abrigarse.
EMPRENDEDORA TAMBIÉN SUFRE
Verónica Ortiz, la única comerciante de la colonia, señaló que a causa de las recientes lluvias toda la ropa se le mojó, debido a la filtración de agua por los espacios que quedan entre las paredes y el techo.
“¡No hombre! aún tengo las cosas bien mojadas, aquí (la tienda) se inundó bien feo, pero ni modo, no podemos hacer nada, solo poner unas lonas sobre el techo para que no nos vuelva a pasar”, comentó preocupa, pues la lluvia los agarró de improviso.
Los vecinos tomaron como medida de seguridad para no dejar pasar el agua a sus viviendas el desviarla con escobas, sin embargo el remedio les resultó contraproducente, pues se formó una desviación tipo arroyo que inundó a toda la zona.
ESE BENDITO CAFÉ
Blanca Araceli vive con sus papás y tres menores; ellos también toman medidas extremas para soportar los cambios meteorológicos. “Al dormir les pongo a los niños tres cobijas sobre la colcha, dos más sobre ellos y dos en el piso”, indica.
Dedicada al hogar prepara el café para darles de beber a los menores como desayuno, el único remedio caliente para lo que les alcanza.
AFECTADOS
El 50 por ciento de las mil personas que habitan en el sitio, tienen la necesidad de moverse a los alberges temporales del DIF municipal, cuando las temperaturas se registran bajo cero pues las cobijas no son suficientes.