Con mega altar llega la huesuda a Saltillo
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El mega altar colocado en las escalinatas del barrio Santa Anita cumplió su cometido: integrar a la comunidad en el festejo a los muertos
El olor a copal y el color amarillo del cempasúchil, inundaron al barrio de Santa Anita para rendir tributo a los queridos difuntos.
Una catrina esperó en la esquina rondando las escalinatas de uno de los barrios más antiguos de Saltillo, mientras la comunidad entera aprovechó la ocasión para tomar un champurrado y desenvolver un tamal de dulce como parte de la tradición, hecho a mano por el club de las Cocineras tradicionales.
Entre cientos de figuras de papel picado y enormes flores de papel china, colectivos artísticos y vecinos dieron la bienvenida a sus santos difuntos con el altar monumental que fue instalado en las escalinatas del barrio Santa Anita, muy cerca del centro de la ciudad, como parte del primer festival del Día de Muertos “Ánimas del Desierto”.
Los más de 70 escalones icónicos del Barrio, se convirtieron por fin, en los siete niveles con los que se recibe a los muertos en esta noche donde las ánimas llegan para recibir por última vez sus ofrendas, antes de llegar al descanso eterno.
El altar que fue instalado desde días antes, tenía en su convocatoria el objetivo de ser comunitario; es decir, que cualquiera de las personas que tuviera el deseo de rendir tributo a uno de sus difuntos, tenía la oportunidad de colocar la foto que completara el sentido de esta tradición 100 por ciento mexicana, que miles de saltillenses luchan por rescatar.
Para dar la bienvenida a los difuntos que viajan a la tierra desde el inframundo en este día, los penachos de los matlachines decoraron el lugar, y le pusieron ritmo a la tradición con sus tambores.
La coordinación artística del altar se llevó a cabo por los jóvenes integrantes del Estudio 280, quienes en su representación dentro del evento inaugural, expresaron que el objetivo siempre fue integrar a la instalación del altar a los vecinos del barrio, como un reflejo de la apropiación de los espacios públicos.
“Es un proyecto que consideramos era ambicioso, pero estando aquí nos dimos cuenta que no. Esto fue comunitario, y todas las personas pusimos de nuestra casa lo que pudimos. Aquí no hay colores ni partidismo, esto es para la comunidad y ojalá que se disfrute”, expresó Ismael Cárdenas, de Estudio 280.
Antes de una declamación de poesía y “calaveritas” donde recordó a Agustín Jaime y Rosita Alvírez, Ivonne Orozco, de Las Delicias de mi General, una de las principales organizadoras, aseguró sentirse orgullosa de que las autoridades hayan colaborado para lograr este proyecto que conjuntó a diversos negocios del Centro de Saltillo que ya tenían tiempo celebrando esta tradición.
“La intervención de los espacios públicos a través del arte logran revelar la identidad de una ciudad; la gente se vio reflejada e identificada por sus verdaderas tradiciones y orígenes: nosotros venimos de los tlaxcaltecas, que tienen sus orígenes bien arraigados con esta tradición”, expresó Ivonne Mónica Orozco.
Dijo, que una de las cosas más importantes fue que por fin el Barrio de Santa Anita se sintió integrado y la gente se sentió honrada por el hecho de que se les viera como el lugar que realmente ocupan; una piedra angular para la historia de Saltillo.
Por su parte, Dina Gabriela Gaona, de Estudio 280, expresó que la idea comenzó desde el año pasado junto a Ivonne Orozco, mientras desarrollaban proyectos distintos.
“Ivonne se contactó con nosotros para este festival desde el año pasado, que en un inicio teníamos pensado para el Parque Las Maravillas, pero por distintas razones no se hizo. A partir de ahí hicimos el contacto y este año lo realizamos después de tocar varias puertas”, dice.
Expresó que fue un regalo comunitario donde se sentía una especie de nostalgia entre los colonos al ser éste uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.
“Las señoras nos decían que se les venían muchos recuerdos de la infancia. Hubo una de las vecinas que estuvo constantemente aquí con nosotros, y nos llevaba cosas junto con su nieta y nos ayudaron a poner las flores y el papel picado. El señor de la tiendita de la esquina también vino a apoyar”, expresa.
Expresó que incluso cuando se concluyó el evento inaugural, los vecinos empezaron a llevar cada vez más fotografías, por lo que el montaje tuvo que permanecer hasta el día de hoy para quienes desearon rendir tributo a sus seres queridos dentro del Día de Muertos.
Dina Gabriela Gaona recalcó que dentro de esta iniciativa colaboraron alumnos de la Universidad Carolina, UVM, UANE, Turismo de Saltillo y la Secretaría de Cultura, con aspectos técnicos, y de instalación del primer mega-altar que ha tenido Saltillo.