En sencilla ceremonia se casa pareja de saltillenses; coronavirus les impide festejar en grande

Saltillo
/ 15 junio 2020

Se casaron por lo civil, y aunque no hubo boda con iglesia rebosante de flores, salón adornado, entrada triunfal ni vals, ellos estaban felices

Ésta no es una historia de amor más, esta es la historia de amor, una historia de amor en tiempos del coronavirus.

El sábado por la tarde Roberto Maciel y Perla Itzel Guerrero se juraron amor eterno y acudieron al gran jardín, al jardín de senderos que se bifurcan de la Gran Plaza, para tomarse la fotografía del recuerdo.

Un recuerdo que durará para siempre.

Se casaron por lo civil, y aunque no hubo boda con iglesia rebosante de flores, salón adornado, entrada triunfal ni vals, ellos estaban felices.

“Bueno… un poco tristes por no poder festejar a lo grande, como nosotros queríamos…”, dijo Roberto visiblemente afectado.

Terminando la sesión de fotografía que transcurrió en el marco de una tarde primaveral, el sol por todo lo alto en la bóveda celeste, un viento fresco que arrullaba los árboles, los nuevos esposos se fueron a casa.

Ahí los aguardaban unos 25 parientes, de los más allegados, los principales, como dicta la etiqueta impuesta por el coronavirus, para disfrutar con la feliz pareja de una sencilla, pero significativa, cena.

“Nos duele no haber invitado a mucha gente, familiares o amigos”, dijo otra vez Roberto.

Todo hubiera sido tan diferente si no fuera por el COVID-19, porque Perla Itzel y Roberto ya lo tenían todo previsto antes de esta pandemia que vino a dar al traste con todo: la ceremonia religiosa, la recepción, el banquete, el baile y el viaje de boda.

“Ya teníamos todo y se canceló por lo de la pandemia”, comentó Roberto.

En fin, que ya tendrán algo que contarles a sus hijos y a los hijos de sus hijos, cuando los tengan.

Y se acordarán, entre risas, que ellos se casaron en medio de una pandemia histórica, que puso al mundo de cabeza, más no a su amor, Porque Roberto y Perla se han demostrado otra vez que a su amor no lo destruye nada ni nadie, ni siquiera el coronavirus.

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