Esperando los juguetes
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En los cinturones de miseria, como el barrio de la Ampliación Morelos, los niños tienen ilusiones
Fotos y Texto: MAYRA FRANCO
“¿Traes juguetes?”, escucho desde afuera de una de las casas hechas, en su mayoría, de lámina y madera. La voz de la niña apenas se distingue por los ladridos y las risas infantiles que se mezclaba y hacen eco entre las viviendas aledañas.
-¿No traes?, vuelve a preguntar.
-No, respondo.
Y se aleja para sentarse en la tierra con su hermana menor, quien ya juega con una muñeca vieja sin cabello y una bañera llena de tierra.
Más adelante, en otra de las manzanas que conforma la Ampliación Morelos quinto sector, y donde más de una docena de familias carece de servicios básicos como luz y agua, otra niña cuestiona tímidamente si traigo juguetes. En seguida, una mujer de piel morena y arrugas en el rostro sale del interior de la casa y hace la misma pregunta. Digo otra vez que no.
-Ya me habían preguntado en las calles de allá atrás lo mismo.
-Ah, mire -dice chiveada la mujer-, es que el año pasado para estas fechas vinieron unas personas a traerle juguetes a los niños y ora’ no han venido.
Como aquí todos nos conocemos, pos yo creo si llega alguien… los niños luego luego piensan que ya les traen juguetes. El año pasado vino una empresa a traer porque aquí hay muchos niños, pero este año no le ha llegado a ninguno nada.