Los casos frecuentes de violencia intrafamiliar, hacen urgente un centro de atención médica
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Estas problemáticas no son exclusivas de una colonia y tampoco de un sector de la ciudad, sin embargo, son quienes tienen menos acceso a la resolución de conflictos
Aproximadamente 15 mil personas radican en la colonia Bellavista, de acuerdo con un estimado del Inventario Nacional de Viviendas 2016 del INEGI. El lugar cuenta con todos los servicios como agua y luz, aunque en muchos sectores la presión del líquido es escasa o nula durante algunas horas del día, y la iluminación pública no llega a todas las calles.
El sector tiene negocios de alimentos, arena de lucha libre y servicios como talleres, estéticas, farmacias, papelerías, misceláneas, gimnasios privados, entre otros. Hay dos centros educativos de nivel Preescolar, cinco de Primaria y ninguno de Secundaria y Bachillerato; sin embargo, en las colonias aledañas se encuentran hasta cuatro escuelas de esos últimos niveles.
Vecinos refirieron que no hay centro de atención médica y psicológica, pero es frecuente que se presenten casos de violencia intrafamiliar y de género contra la mujer, quienes en el mejor de los casos acuden a poner una demanda al Centro de Justicia y Empoderamiento de la Mujer, pero no obtienen justicia ni acompañamiento; tampoco hay campañas o talleres que busquen empoderar a las mujeres de la colonia y que se realicen en este lugar, para que conozcan sus derechos.
Estas problemáticas no son exclusivas de una colonia y tampoco de un sector de la ciudad, sin embargo, son quienes tienen menos acceso a la resolución de conflictos o de justicia.
Otro problema que atenta contra un derecho humano básico es la falta de agua: “Son muy exactos para cobrarnos el recibo y muy caros, está muy cara el agua, y hay menos agua que antes, porque bien que te cobran el recibo exageradamente, pero en el día no hay, cae un rato en la noche o en la madrugada”, comentó Jorge Camberos, encargado de Casa San Juan Diego Albergue del Peregrino, activista que ayuda a su comunidad desde hace 20 años, de oficio tapicero y habitante de la Bellavista desde hace 55 años.
“En tiempo de lluvias se sale el drenaje. Ha estado saliendo el agua por dentro de la casa, por los baños... y de los encharcamientos en las calles, ni se diga”, agrega.
UNA PLAZA CON BASURA
Si bien es cierto que la basura y escombro que abunda en el Parque Lineal es producto de los visitantes, hay que resaltar que no hay ningún bote de basura a lo largo de los 1.5 kilómetros y que durante estos años los vecinos informaron que no ha habido un acercamiento de las autoridades con ellos para resolver problemáticas de fondo: que las personas abandonen el espacio público por falta de seguridad, mantenimiento, cohesión social.
“La percepción es que mi casa es hasta la banqueta, pero lo demás… yo me encargo de mi pedacito de banqueta, ¿pero el resto?”, reflexionó el doctor Jorge Palmer.
Sin embargo, por la mañana y durante el atardecer, cuando el sol no golpea con toda su fuerza, niños, jóvenes y adultos utilizan el Parque Lineal para pasear, jugar y ejercitarse, rodeados de restos de comida chatarra, botellas de refrescos y cerveza, colillas de cigarro, bolsas de basura, excremento de mascotas y hasta vidrios.
El lunes 6 de julio, a pocas horas de que un joven encontró a 2 gemelos (uno de ellos falleció) recién nacidos abandonados cerca de una portería del parque, el mercado sobre ruedas abrió a escasos metros del listón amarillo. Y horas más tarde, más familias siguieron jugando y ejercitándose. Al día siguiente, se instaló una torreta de vigilancia de la Policía Municipal. Las políticas públicas que garanticen la participación de la comunidad, que resuelvan problemas básicos de una zona tradicional, con habitantes que contribuyen a la economía local, siguen sin aparecer.
“Una esperanza nos conforta: que pueda llegar un gobierno con un corazón sensible, conocedor del dolor de la gente pobre”, sentenció don Jorge Camberos.