Risa y llanto: las dos caras de la muerte, tradición sin prevención para los gastos del viaje sin retorno
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En un país donde se le festeja, pocos en Saltillo están listos para el momento en que les toque partir
Yesika Velázquez / VANGDATA
México, país lleno de tradiciones con sus fechas conmemorativas, pero ninguna se iguala con la que se vuelve increíblemente una fiesta familiar, desde Baja California hasta Quintana Roo: la que celebra a los seres queridos que ya no están en este mundo. El 2 de noviembre, Día de Muertos, fecha en que se cree que aquellos que se adelantaron y están en el más allá, cruzan el puente que une muertos con vivos y regresan por un día a festejar entre los suyos rodeados de comida, música, el aroma del cempasúchil, entre fotografías, el pan, las velas y las calaveritas de azúcar.
PLAN FUNERARIO, ¿SE TIENE UNO?
En México, se le canta a la muerte, se ríe de la muerte y se festeja a la muerte, pero, ¿qué tan preparados estamos para el día que nos toqué ver a los ojos a la catrina?
A partir de esta interrogante, el equipo de VANGDATA realizó una encuesta para conocer qué tanto pensamos en este momento y sobre todo cómo nos preparamos para vivirlo. O a pesar de tener una cultura tan cercana a la muerte –de la que hacemos chistes y rimas– es un encuentro en el cual no nos gusta pensar y postergarlo (si está dentro de nuestras posibilidades) lo más que sea posible.
La encuesta se enfoca en saber si contamos con la cultura de prevención en cuanto a adquirir planes de servicio funerarios personal o también para cualquier miembro de la familia en caso de fallecer.
Al preguntar si tienen adquirido un plan funerario el 58% comentó que NO, de los cuales el 32% dijo que es por desidia que no lo ha hecho, un 26% que no tiene dinero para realizar dicha compra, 15 % no lo había pensado y un 11% no le gusta pensar en la muerte. Sin embargo, un 42% que dijo que Sí ha adquirido un servicio fúnebre a futuro lo hace para no dar preocupaciones y para tranquilidad de su familia.
Aunque no guste pensar en este día, hay que estar prevenidos y tener todo en orden, como la papelería, documentación y deudas para que estén al alcance de los seres queridos. A la pregunta de si en caso de fallecer de manera imprevista tiene todo en orden un 56% dijo estarlo y un 32% no lo había pensado, lo tiene a medias o ha hecho desidia respecto a esto. Así mismo un 65% está al día con sus deudas, 28% dijo no tenerlas y un 7% no se encuentra al corriente en sus pagos.
¿HAY LUGAR PARA EL DESCASO ETERNO?
En general un 39% dijo que está listo para morir, es decir, con respecto al lugar donde reposaran sus restos, la papelería, deudas y bienes, en contraste con un 61% que no lo está o no lo está del todo.
A pesar de que el 66% de los entrevistados ve como una inversión a futuro la adquisición de un plan funerario, solo el 42% cuenta ya con uno. También están los que lo ven como un gasto y es muy probable que fallezcan sin uno, dejando a su familia con un gasto inmediato en un momento tan vulnerable, que de haber sido prevenido les ahorraría desde un 15% hasta un 50% el gasto, este es un dato que un 62% dijo desconocer: el ahorro que podrían obtener en caso de ser precavidos.
La mayoría que no cuenta con un plan de servicios funerarios es porque dijeron tener un ahorro con el cual podrían hacerle frente a una situación como la muerte y todo lo que conlleva ya que un 61% dijo contar con uno para este tipo de emergencias, el 39% esperaría apoyo de su familia, un préstamo o posee de antemano un seguro que incluye servicios funerarios.
De los entrevistados el 57% reveló que cuentan con un tipo de seguro que cubriría los gastos funerarios, siendo el seguro de vida el más mencionado, al igual, dijeron conocer que este tipo de seguro cuenta una prima por muerte, un beneficio que amortiguaría un poco más los gastos a sus familiares.
Así que aunque el Día de Muertos se celebra con mucha devoción, es cierto que no nos gusta pensar tanto en la muerte o imaginarnos que nos toque ser los “celebrados” en esta fecha, así que lo mejor sería prepararnos para ese evento que sin duda alguna a todos nos tocará pasar algún día: nuestro deceso.