Saltillo: con agua gracias a conservación de la sierra de Zapalinamé

Saltillo
/ 5 abril 2022

Sin embargo, la sobreexplotación de los mantos acuíferos es una realidad que deja consecuencias negativas no solo en la capital de Coahuila, sino en todo el norte del país

Saltillo tiene agua para uso doméstico y todavía no entra en una crisis tan severa como Monterrey gracias a los más de 20 años de trabajo para conservar la reserva natural estatal de la sierra de Zapalinamé, aseguró Sergio Marines, director de Profauna.

Aunque reconoció que existen problemas de sobreexplotación de los mantos acuíferos, no solo en la capital de Coahuila, sino en todo el norte de México, que ha dejado consecuencias negativas en el ecosistema.

“En el caso de Saltillo es diferente porque ya se empieza a notar todo el trabajo que durante más de 20 años ha hecho Profauna en la sierra de Zapalinamé y el trabajo que está haciendo Aguas de Saltillo en cómo administra la extracción de agua de los acuíferos”, explicó Sergio Marines, director de la asociación civil encargada de la conservación de la reserva natural estatal.

A pesar de las temporadas anuales de sequía, que el año pasado alcanzó su periodo más crítico en al menos la última década en la región Sureste, pues la sequía severa se prolongó durante dos meses, Saltillo tiene agua potable y no ha necesitado aplicar medidas extremas para racionar el suministro de líquido.

“La protección tiene sus frutos, lógicamente no a corto plazo, sino a largo plazo”, afirmó Sergio Marines, de Profauna.

Mientras la ciudad vecina de Monterrey enfrenta una crisis muy seria de agua, cuyas autoridades analizan medidas extraordinarias para regular el consumo del líquido, Saltillo todavía no ha llegado a ese nivel aunque sí tiene problemáticas.

“No se ha agotado porque se está protegiendo su principal fuente de captación de agua”, afirmó Marines.

DISMINUYEN ESPECIES POR CALOR

La principal consecuencia del aumento de calor, producto del cambio climático causado por la actividad humana, ha sido la reducción de vegetación afín al frío, como los bosques de oyamel en las cumbres de la sierra de Zapalinamé.

“Al cambiar el clima a uno mucho más cálido, toda la vegetación de pinos y algunos encinos también sufrirían consecuencias. No es tanto el calor lo que va afectar, incluso la sequía, sino la mayor recurrencia de incendios forestales por las condiciones de calor y falta de humedad”, explicó Sergio Marines, director de Profauna.

La asociación civil, en coordinación con autoridades locales, estatales, organismos de la sociedad y académicos han reforestado estas zonas como un preparativo para enfrentar condiciones más severas de sequía.

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