Saltillo: entre velas y caprichos; lo que sí y lo que no en los ‘trabajos’ de brujería

Saltillo
/ 25 octubre 2025

Odeth, vidente con más de 30 años, asegura que en Halloween y Día de Muertos aumentan las consultas, pero nunca realiza trabajos que dañen a otros, pues advierte que forzar lo que no toca trae consecuencias

El consultorio de Odeth está lleno de luz. En los estantes hay velas de colores, aceites, frascos de esencias y plantas que crecen entre piedras y cuarzos. “La gente llega porque cree que por estas fechas todo surte más efecto”, comenta, sentada junto a una mesa iluminada por la reflexión de la luz natural. “Pero no es la fecha, es la intención”, dice.

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Se presenta como vidente y clarividente. Dice que ve y escucha a las almas desde niña y que el oficio, aunque antiguo, hoy se mira con otros ojos. Conoce la brujería, la hechicería y la magia, sin embargo comenta: “Yo no hago trabajos que hagan daño a otros. Lo conozco, sé practicarlo todo, pero lo practico solo cuando hay que quitarlo porque está afectando a alguna persona”.

$!En su consultorio, velas, cuarzos y esencias acompañan las sesiones de Odeth, quien enfatiza que la intención es más poderosa que la fecha y que forzar deseos puede generar karmas que afectan a generaciones.

Confirma que en octubre y noviembre las visitas aumentan. “Como clarividente veo si lo que me piden empata con su propósito de vida”. A veces, dice, las almas mismas “filtran” quién puede llegar con ella. “Las almas son muy sabias. Ellas saben quién debe de llegar conmigo y quién no”. Entre quienes llegan hay de todo: quienes buscan amarrar a alguien, quienes piden alejar a un rival o simplemente abrirse paso en el trabajo o el dinero.

“Analizo a la persona y lo que me está pidiendo. Si veo que es algo destinado, seguimos; si no, y aparte es con intención de hacer daño, lo tomo como un capricho y les explico lo que representa aferrarse a eso”. Repite: “La vida no concede caprichos”.

Según Odeth, los deseos que se imponen por fuerza dejan rastro. “Regularmente se crean karmas... y a veces no lo pagas tú; lo pagan tus hijos, tus nietos y tus bisnietos. Se paga tres a cinco generaciones después”. Por eso, cuenta, muchos cambian de idea después de escucharla. “Mejor optan por una limpia, por regresiones o por contactar a un ser querido que ya trascendió”.

Cuando se le pregunta por los llamados “brujos”, habla firme. “Si ustedes van con una brujita o un brujito, cuando no son buenos siempre tienen una debilidad física. Siempre se les nota”. Para ella, esa es la consecuencia de manipular energías sin conciencia. “Hay personas muy buenas, pero también quienes disfrutan hacer daño. Todo se refleja en el cuerpo”.

Explica que el límite está en la intención. “Sí hacemos trabajos de brujería, pero nunca lastimamos a nadie; siempre es para quitar lo que otras personas les hicieron.” Lo llama “ayuda espiritual”: un acompañamiento para liberar lo que bloquea. “El propósito debe ser transformarse, no vengarse”.

Odeth asegura que los rituales pueden hacerse en cualquier momento del año. “El motivo por el que este periodo se siente más fuerte es porque la gente pone intención, se organiza, lleva flores, prende velas. Eso hace que la energía se concentre.” En realidad —insiste— el poder no está en el calendario, sino en la intención colectiva.

También recuerda que esta creencia viene de mucho antes: “Desde los egipcios y los paganos, las noches de octubre eran para honrar a los dioses, rendir homenaje a las energías y preparar las cosechas o reservas para el invierno”.

Hoy, dice, la costumbre persiste, aunque transformada. “El consumismo hace que creas en Halloween, pero lo importante es poner la intención y estar abiertos a cualquier mensaje”.

Entre los pedidos más comunes están los que llama “caprichos amorosos”. “A veces conocen a personas que, por las circunstancias, les provocan mucho daño, mucha tristeza, pero terminan también siendo sus grandes maestros. Sin embargo, hay ocasiones en que no lo ven así y llegan queriendo embrujar al otro: que le vaya mal, que no vuelva a tener pareja. Eso no se puede”.

Cuando nota que la petición busca venganza, la rechaza. “Aquí tu misión de vida me dice que eso no tienes permitido hacer y no lo voy a hacer”.

También hay consultas más nobles: quienes buscan agradecer o invocar a sus muertos. “Solo es tener objetos que representen a los cuatro elementos, hacer una oración, intencionar todo y esperar que esa alma no haya trascendido a otra vida u otro plano.”

Sobre la mesa, los elementos se ordenan con un sentido: las veladoras representan el fuego y el aire; el agua simboliza el flujo y la pureza; la tierra se manifiesta en las flores, en especial el cempasúchil, que marca el camino; y el fuego del copal completa el ciclo. “El agradecimiento es clave. Intencionar la entrega, lo aprendido y la huella que dejó esa persona a la que se busca honrar”.

Al despedirse, Odeth deja una última reflexión. “En estas fechas la gente cree que porque es Halloween o Día de Muertos el trabajo pega más.” Hace una pausa antes de seguir. “Yo les digo: piensen primero en las consecuencias. ¿Cómo quieren morir?”

Explica que no se trata de una metáfora, sino de una consecuencia espiritual. “Todo lo que hagas en vida se refleja en el tránsito hacia la muerte. Si obras desde el daño, la muerte será dolorosa; si obras desde el amor, tu paso será ligero. Si quieren transformar algo, háganlo desde su misión de vida. La vida no concede caprichos”.

Reportera de Saltillo con experiencia en medios de radio, televisión y prensa digital desde el 2017. Ha sido reconocida con el Premio al Periodismo Cultural Armando Fuentes Aguirre y participado en diversas exposiciones, talleres y proyectos académicos relacionados con la comunicación, la historia y el arte.

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