Un año de Hilos de Luz: la iniciativa ciudadana que abriga a Saltillo
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Con contenedores rosas en distintos puntos de Saltillo y Piedras Negras, la organización cumple un año recolectando ropa, calzado y cobijas para familias en situación vulnerable.
En Saltillo, una iniciativa ciudadana celebra su primer aniversario demostrando que la solidaridad puede sostenerse en el tiempo. Hilos de Luz nació como un esfuerzo individual y hoy se ha convertido en un canal colectivo para donar ropa, calzado o cobijas y hacerlas llegar a comunidades que lo necesitan.
Fernanda, fundadora del proyecto, explica que la idea surgió de una inquietud personal que la acompañó desde la infancia. “Desde niña sentí la inquietud de apoyar a otras personas; siempre buscaba maneras de hacerlo, aunque fueran acciones pequeñas”, dijo. Hace un año instaló el primer contenedor rosa y desde entonces el proyecto no ha dejado de crecer.
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El mecanismo es sencillo. Las personas depositan prendas en buen estado dentro de los contenedores, que son vaciados cada semana. Posteriormente, la ropa y los artículos son distribuidos en colonias y ejidos de la región. “Ponemos una mesa y la gente toma lo que necesita; la respuesta ha sido de mucho agradecimiento”, comenta Fernanda.
Actualmente, Hilos de Luz cuenta con cuatro contenedores en Saltillo y uno más en Piedras Negras. Los puntos están en: Plaza Santa Rosa, a un costado de Starbucks; otro cerca de la Secundaria General No. 16, sobre Venustiano Carranza; uno más a un costado de Nautilus, en Musa de León; y el último dentro del complejo Parque Centro, el más reciente en colocarse.
Durante este año, la iniciativa ha logrado llegar a colonias como la Ladrillera, Teresitas, Guayulera, Francisco Villa, Pueblo Insurgentes y Óscar Flores Tapia, entre otras. También se han entregado uniformes escolares en primarias como la Gabriela Mistral, gracias a la donación de negocios locales.
Pero sostener un proyecto de este tipo no ha sido sencillo. La logística para vaciar los contenedores, trasladar la ropa y organizar las entregas demanda tiempo y apoyo. “Yo empecé sola y gracias a Dios ahora hay más personas colaborando, pero sí es pesado. Por eso invito a más personas a sumarse como voluntarios”, comenta Fernanda. En Piedras Negras, el trabajo lo coordina una joven junto a su madre, aunque con mayores retos por la falta de manos.
Más allá de la ayuda inmediata, Hilos de Luz también impulsa un cambio cultural: rescatar la ropa en buen estado, reducir el desperdicio y fomentar la reutilización. Cada prenda depositada en los contenedores es una oportunidad de aliviar necesidades y al mismo tiempo evitar que artículos aún muy útiles terminen en la basura.
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El lema que guía el proyecto es simple pero poderoso: “Ser una luz en este mundo”. Con esa frase, pintada en cada contenedor, Fernanda busca invitar a más personas a sumarse, ya sea donando o como voluntarias en la entrega de artículos en colonias.
Un año puede parecer poco, pero en un entorno donde muchas iniciativas se diluyen, Hilos de Luz demuestra que la perseverancia y la empatía pueden mantenerse vivas. Lo que comenzó como el impulso de una joven por ayudar hoy se traduce en cientos de donaciones que se convierten en abrigo y esperanza para familias de la región.