SEMANARIO: De Portada: Colonia Omega, Tierra en disputa

Semanario
/ 2 marzo 2016

    Mientras que el Ministerio Público Federal mantiene bajo resguardo los terrenos de la colonia Omega, propiedad del narcotraficante Juan Chapa Garza, cientos de familias que viven en este sector irregular claman por un pedazo de tierra y la introducción de servicios que los saquen de la marginación.

    Pero el panorama se complica más para estas familias cuando la madrugada de este viernes la PGR devolvió la primera propiedad (Fraccionamiento Las Margaritas) a Juan Chapa Garza.

    Hechos que, para la mayoría de los pobladores del sector, aumentan la incertidumbre sobre los destinos de esta colonia de proletarios y albañiles, pero que para otros, como la Unión de Colonos Omega, significa la posibilidad de seguir lucrando con la necesidad de espacio para vivir.

    Lo cierto es que hasta ahora nadie se atreve a especular sobre el desenlace de esta historia, que empezó en 1994 con la detención de quien, por aquella época, fue premiado como el Comerciante Distinguido de la ciudad.

    "Nosotros lo que queremos es donde vivir, donde meternos", es el clamor generalizado de las más de 800 familias que desde hace 13 años llegaron para quedarse en los terrenos de la colonia Omega.

    Y es que entre las casas con muros de lámina y cartón, las calles sin alumbrado, drenaje ni pavimento de este lugar, se pasea el rumor de que el día menos pensado, "alguien" va a venir a desalojarlos.

    "He oído comentarios de que el dueño nos va a mandar desalojar", dice doña María Concepción Cerda Espinoza, que en 1997 arribó a esta colonia con su esposo y sus cuatro hijos, buscando un espacio dónde habitar.

    Como ella más de 4 mil moradores de la Omega, venidos de estados como San Luis Potosí, Zacatecas, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, y el mismo Coahuila, conviven día a día con la zozobra de perder -dicen- el patrimonio de sus hijos.



    Un mal presagio

    Todo comenzó hace algunos meses cuando a la colonia, en la que no entra la policía ni el transporte público, llegó la noticia de que el narcotraficante Juan Chapa Garza, propietario original de las 25 hectáreas, los más de 700 lotes y las 30 manzanas, en las que ahora se asienta esta comunidad, estaba libre y volvería para reclamar lo suyo.

    "Mi esposa me dijo: `no le inviertas al tejabán porque dicen que van a venir y que van a traer máquinas'", declara un vecino del sector que prefiere no dar su nombre.

    Pero esta incertidumbre de los colonos no es nueva, sentó sus reales, como uno más de los posesionarios, el día que Juan Chapa Garza, con sus más de cinco alias, fue detenido por las autoridades a finales de 1994 en La Paz Baja, California y fue extraditado a la Unión Americana.

    Desde entonces la PGR levantó un aseguramiento que ha venido frenando el desarrollo de la Omega y la ha mantenido en el peor rezago social, en comparación con sectores aledaños como la Asturias, Nazario Ortiz Garza y Valle Verde.

    "Ya queremos que Moreira se acuerde de nosotros, que nos apoye. Queremos drenaje, agua, luz, estamos colgadas de las fábricas", demanda Verónica Campos, madre de familia, mientras camina con dos tinas vacías hasta la toma de agua comunitaria que se haya en una de las tantas calles sin asfalto ni cunetas de la colonia.



    Nadie les informa

    Los colonos ignoran la situación, no entienden de litigios ni procesos legales. Denuncian que nadie se ha acercado con ellos para informarles sobre la suerte que correrá la Omega, sus predios sin servicios, sus casas de materiales precarios ni sus familias, la mayoría sumidas en la extrema pobreza.

    "No nos han dicho nada de los terrenos, no sabemos nada", explica Sergio Medina Salazar, un hombre que todos los domingos instala a las afueras de su casa un puesto para vender la ropa y los zapatos de segunda mano que le dona la gente de colonias como Las Torres.

    Don Delfino Obregón Rangel es sólo uno entre cientos de posesionarios que, desafiando a las autoridades, y acaso a los abogados del propio Chapa Garza, ha construido con sus manos -porque a parte de obrero es albañil-, una casa con piso de cemento y paredes de block, para su mujer y sus hijos.

    "Si algún día viene el dueño y nos reclama, nomás que nos diga cuánto hay que pagarle", comenta como deseando nunca regresar a la casa de Satélite Norte donde pagaba una renta de insomnio.



    La Omega, dividida

    Pero además del polvo, las moscas y el calor bajo sus techos de lámina podrida por las lluvias, los colonos de la Omega han tenido que sobrevivir entre las pugnas de las lideresas Guadalupe Olguín del PRI y Olga Lilia Santos del PAN, que mantienen divida a la colonia en dos frentes de guerra.

    "Ya se calmaron. Antes había pleitos entre la misma gente, aquellos con éstos. Como quiera está dividida la colonia, aquí hay una lideresa y allá hay otra. No hay ni a cuál irle, hay que aguantar ¿pos qué más?

    "¿Yo? con ninguna, ellas no me mantienen", relata Sergio Martínez Salazar.



    `no existen'

    La falta de agua o luz no son las únicas carencias que enfrentan a diario los vecinos de la Omega. Su estancia ilegal dentro de la colonia les ha impedido obtener también documentos de identificación personal como es la credencial para votar, sin la cual no pueden acceder a programas sociales como el Oportunidades.

    "No puedo registrar a mi niña porque no tengo documentos de aquí donde estoy", comenta otro vecino.



    El imperio del poder

    Y mientras la Procuraduría General de la República resuelve levantar o no el aseguramiento de los predios de la Omega, algunos colonos siguen padeciendo las amenazas de la lideresa Guadalupe Olguín Romero, quien se ha dicho dueña absoluta del sector y beneficiaria de los más de 28 millones pesos que pretende cobrar a los posesionarios por los 700 lotes.

    "Cuando me posesioné aquí vino la líder y me dijo `a mí me vas a dar 5 mil pesos, si no ¿sabes qué?, te tumbo el pinche tejabán y te lo quemo'. Y le digo `no ¿sabe qué? yo también soy mexicano y tengo mis derechos y mis obligaciones y aquí todo es ilegal'.

    "Le digo `nomás deme chanza de sacar a mis hijos y túmbeme el tejabán'", platica un ex militar que vino a la Omega hace nueve años y trabaja como operario en una fundidora del rumbo por un sueldo de 750 pesos a la semana.

    Su martirio, como el de otros vecinos, empezó cuando en 2003 el juez civil Arturo Javier Cavazos Cadena entregó la posesión de la colonia a Olguín Romero y su Unión de Colonos Omega, convirtiéndola así en una de las terratenientes más grandes de la ciudad.

    "Una vez vino aquí conmigo y dijo que le desalojara. Ha corrido injustamente a familias que están dentro de los tejabanes, manda desalojar y mete gente a la brava", narra la vecina María Concepción Cerda al tiempo que retira el sartén con la sopa que coció a fuego de leña porque no tuvo para el gas.

    Desde entonces la lideresa Olguín empezó a cobrar diversas cuotas a los vecinos de la Omega y a vender los terrenos en 18 y 23 mil pesos, predios que ahora quiere cobrar a 40 mil pesos.

    "Hay muchos que siguen dándole cuotas y están pagando lo del terreno.

    "Yo di cuota cinco años, que 10, 30 pesos y fue aumentando. A veces que para el cable de la luz, que porque salía ella a viajes a México. eran 60, 80 pesos", afirma Gabriela Covarrubias Martínez, otra madre de familia.

    Encima los moradores de la Omega han tenido que soportar por más de 11 años los desmanes de la lideresa priísta que ha sido acusada de quemar tejabanes, repartir terrenos entre sus incondicionales y regalar las esquinas de las calles a sus familiares.

    "Los hijos de ella tienen terrenos aquí. Uno tiene cinco, otro tiene tres, otro dos, otro cuatro, porque como ella es la que manda aquí pues... `a mis hijos las esquinas', puras esquinas, bien elegantes", cuenta María Concepción Cerda Espinoza a quien los miembros de la Iglesia Metodista "Torre Fuere", que llegó a la colonia Omega en 2002 le construyeron, como a otras familias del sector, un cuarto de block y techo de lámina galvanizada.



    `Que nos regresen el dinero'

    El temor de que algún día los abogados de Juan Chapa se presenten en la colonia para reclamar la propiedad de los terrenos, es todavía mayor en el ánimo de las ocho familias que "con muchos sacrificios" han logrado liquidar su lote a la lideresa Guadalupe Olguín.

    "Yo ya pagué, Si nos saca el señor pos... que nos regresen el dinero", dice un hombre que raya los 60 años y que tuvo que vender su pequeño rancho en Zacatecas para cubrir los 23 mil pesos de su terreno, construir unos cuartos y poner aquí su estanquillo de refrescos.



    Un botín político

    En esta colonia que antes fuera botín político para el PRI y que representó votos duros en las elecciones que dieron el triunfo al gobernador Moreira y el alcalde De las Fuetes, ningún funcionario se para.

    "Ni el Gobernador, ni `El Diablo' han venido para acá, tampoco Rubén Moreira. Vienen, sí, para sacar votos cuando hay elecciones. Aquí cada quien se rasca con sus propias uñas", se duele el colono Sergio Medina Salazar.

    Prueba de ello es que los vecinos de la Omega han tenido que organizarse por su cuenta para negociar con Agsal la instalación de tomas comunitarias y dividirse entre todos el pago mensual del agua, tal y como lo explica la vecina Gabriela Covarrubias Martínez.

    "Nosotros en esta calle nos cooperamos para comprar el poliducto y traer el agua. La toma es comunal y estamos pagando según como venga el recibo, nos dividimos entre 32 que somos los de esta calle", Con todo y que la colonia está catalogada por la Secretaría de Desarrollo Social federal dentro de los 15 polígonos de pobreza que existen en Saltillo, hay quienes aseguran que la Omega ha evolucionado tras la paulatina desaparición de chozas de lámina y la construcción de cuartos de block.

    Sólo una pregunta surca el aire enrarecido por el tufo que despiden las letrinas y el olor a leña quemada de la colonia Omega: "¿Nos van a dejar aquí?".



    De un plumazo

    Para el ex senador panista Luis Rico Samaniego la solución del conflicto por las tierras de la Omega es más sencillo de lo que parece, toda vez que José Alberto Montes Hernández, Juez Primero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, resolvió a principios del año pasado liberar y restituir todos sus bienes a Juan Chapa Garza.

    Así lo revela Rico Samaniego, y señala que su propuesta es que el Gobierno del Estado o el Gobierno Federal negocien con el propietario la venta de los terrenos a un precio accesible.

    "Es tiempo de que se sienten a hacer una propuesta al dueño del terreno, que el dueño puede vender de un plumazo y no esperar a que la gente que está posesionada se lo pague en 10, 15, 20 ó 30 años, que no se lo va a pagar porque es gente que tiene ingresos muy bajos y regulares".



    Ya hay dueños

    En medio de las pugnas que ha generado la propiedad de los terrenos de la Omega, el abogado Alfonso Ríos Gamiño se pregunta qué pasará con las mas de ocho familias que han terminado de liquidar su predio a la lideresa Guadalupe Olguín.

    "Las personas que han acabado de pagar esos lotes son materialmente los dueños, hay contratos, hay recibos".

    El representante legal de la lideresa Olguín, hace referencia a un juicio civil en que la PGR, siendo depositaria de los bienes de Juan Chapa, perdió ante Unión de Colonos Omega los terrenos de la Omega.

    Explica que a Chapa Garza sólo le queda el derecho de reclamar al Fideicomiso de Bienes Asegurados de la PGR el valor, en pesos y centavos, de esta propiedad.



    `Que se acerque Chapa Garza'

    Por su parte Olga Lilia Santos lideresa del PAN en la Omega aprovechá el espacio para hacer un llamado a quien se refiere como el dueño legítimo de los terrenos, Juan Chapa Garza.

    "Por medio de la prensa a mí me gustaría hacerle un llamado a Chapa Garza o llámese cómo se llame, que sí queremos pagar, pero queremos un precio justo y no a través de terceras personas, no, directo con él".

    -Pero, advierte, que el Gobierno del estado debe intervenir en el proceso y agilizar la entrada de servicios básicos a la colonia.

    -No será difícil, se dice que la Omega es una de las colonias más queridas del Gobernador, acota el reportero.

    "No pos sí, qué será de la que no quiere", revira Olga Lilia Santos.



    `¡Tienen que pagar!'

    La lideresa Guadalupe Olguín, quien en los últimos años ha acumulado más de ocho denuncias por los delitos de amenazas, fraude, robo, daños y lesiones, advierte que en breve su Unión de Colonos Omega reanudará la venta de los predios a los posesionarios bajo la consigna de desalojar al que no pague.

    "Van a tener que acercarse y pagar o de otra manera no sé qué pase con ellos, porque si tienen conflictos conmigo, yo les digo que sí las golpeo o las trato mal, no van a estar tan tranquilos".

    - ¿Y el dinero será de su asociación por su supuesto?-

    "Yo soy la presidenta y es mi asociación, claro que sí".

    Por su parte, el director del Registro Público de Saltillo, Gustavo Adolfo González, informa que no ha recibido ninguna notificación de la PGR sobre el retiro del aseguramiento que pesa en la Omega.

    "No hay ninguna orden por parte de ninguna autoridad".



    Un panorama desolador

    Pese a la evolución que ha registrado la colonia, Jesús Salas Jáuregui, maestro investigador de la Facultad de Arquitectura de la UAdeC, subraya que la mayoría de sus calles siguen presentando un rostro desolador.

    Así lo muestra un diagnóstico gráfico realizado en años recientes por estudiantes en servicio social de este centro universitario.

    "Hay un panorama bastante desolador. La mayor parte de las viviendas son hechas a base de deshechos industriales. Estos materiales que se usan para empacar los productos de la industria y que la gente utiliza para hacer sus viviendas".

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