SEMANARIO: `Cachimbas' la venta ilegal de combustible
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En compañía de un trailero, el equipo de investigación de Semanario descubrió 14 'tienditas' de diesel. En el último operativo realizado hace algunos días, la PFP sólo encontró una. Aquí le presentamos los detalles de la ruta oscura del combustible, el modus operandi de las llamadas "cachimbas" y las historias de quienes viven bajo estas bombas de tiempo
En la carretera Saltillo-Monterrey hay 14 lugares de compra-venta de diesel clandestino. Les llaman "cachimbas" y operan a plena luz del día burlando la ley y sus instalaciones son una bomba de tiempo; familias enteras viven entre el combustible, inclusive, menores de edad.
En los últimos 4 años la PFP sólo ha realizado igual número de operativos, con un saldo mínimo de 25 detenidos y 13 mil litros de diesel asegurado. Además, a pocos días de que ocurren las detenciones, las cachimbas se vuelven a instalar.
Antonio lo sabe bien: y al volante de su camión de carga decidió mostrar a Semanario cómo trabajan abiertamente las "cachimbas" que compran y surten al 30 por ciento de los tráilers en Coahuila que laboran bajo la informalidad.
"Mire, esa es otra. Y esa otra, y esa también, aquella de allá también es una cachimba", explicó el conductor, señalando un tejabán donde jugaba un niño descalzo, de aproximadamente dos años de edad, había camiones, tambos y mangueras a su alrededor.
Ahí en el kilómetro 24, donde días después de esta visita hubo un operativo, hay un restaurante llamado Esmeralda y es una "cachimba" semi escondida. Antonio pidió que ordeñaran su tanque de diesel para poner al descubierto esta red: "Aquí no es mi ruta, hoy ando desviado, no hay problema si nos cachan", dijo.
Tráileres esperaban el turno de ser "ordeñados" mientras una mujer joven, robusta y con ropa holgada atendía a un trailero y corría de un lado a otro cargando garrafas y una manguera de aproximadamente metro y medio de largo.
La operación fue sencilla: succionar con la boca para extraer el diesel del tanque del trailer y llenar un garrafón de 25 litros. Lo repitió una y otra vez.
Mientras tanto, a unos pasos de ahí, diez garrafones fueron inyectados a un trailer con ayuda de un embudo. Un hombre flaco surtía, cobraba la venta al conductor, y estacionaba su unidad para luego encaminarse al restaurante.
Cuando toca el turno a Antonio, él acomoda el camión para hacer la negociación:
- ¿Cuántos?, pregunta el vendedor.
- Nomás uno, contesta Antonio.
La mujer otra vez succionando el diesel: se escuchó un silbido.
- ¡A ver!, fíjate qué quieren los Tovares-, dijo señalando hacia la carretera. Desde allá, un sujeto sobre una camioneta blanca hacía señas. Al darse cuenta de los mensajes, exclamó:
- ¡Híjole. ya nos chingaron!
Los "Tovares" dieron el "pitazo" de la ubicación de un fotógrafo que capturaba la escena a metros de distancia. Los trabajadores retiraron los garrafones ordenando a los traileros que se fueran. Antonio también se movilizó: 90 pesos es el precio por un garrafón.
Dos días después, un operativo de Protección Civil y Desarrollo Urbano de Ramos Arizpe llegó al mismo punto, lo clausuró por falta de permiso de uso de suelo para vender diesel y no contar con las medidas de seguridad. Su dueño, José Guadalupe Requena Saldaña, no opuso resistencia: 400 litros dediesel le fueron decomisados. No hubo ningún detenido.
Como este punto de compra-venta, Antonio guió al equipo de Semanario por 13 sitios más entre el kilómetro 24 y el 32 de la carretera Saltillo-Monterrey. Todos localizables a simple vista, algunos disfrazados de vulkanizadoras o restaurantes, los menos junto a casas habitación.
Luego de la "cachimba" antes mencionada, le sigue otra en el kilómetro 27 hecha de simple madera, después un conjunto de tres junto a casas de adobe en el kilómetro 28. Quinientos metros más adelante, está la sexta, posteriormente, una en el kilómetro 30, ubicada frente a un restauran y mil metros adelante, la última antes del límite entre Coahuila y Nuevo León.
En dirección de Monterrey a Saltillo, la primera está en el kilómetro 32. Quinientos metros más, se observa un complejo de tres, separadas por negocios de comida y vulkanizadoras. Todas frente a un paradero de traileres. Le sigue una en el kilómetro 29, la más pequeña de todas, de menos de dos por dos metros y finalmente la del kilómetro 21, que según Antonio, sólo abre de noche.
Fue notable la falta de presencia de elementos de la Policía Federal Preventiva durante todo el recorrido, pero llamó más la atención, que una vez ingresando a territorio neolones, no existen más "cachimbas", al menos en los siguientes 50 kilómetros.
El delito
A simple vista, el negocio está en comprar el diesel en 3.60 pesos y venderlo en 4, eso no parece tan lucrativo. Antonio explicó: "Ellos ordeñan con un garrafón de 25 litros y lo pagan en 90 pesos y al que le venden, le surten con uno de 19 litros, y como venden por garrafón, no por litro, o sea que se vienen ganando unos 6 litros por cada garrafón. ¿Hágale la cuenta?". 21.60 pesos por garrafón es la ganancia.
- ¿Cómo los traileros sacan algo para ellos?, pregunto.
- A los que todavía les dan dinero para el diesel, por ejemplo, en vez de ir a comprarlo a la gasolinera, van a la "cachimba" y lo compran más barato, ellos se quedan con la diferencia.
- ¿Es un robo?
- Pues sí, le roban al patrón.
El delito es muy claro, dijo Jorge Eduardo Dávila, Delegado en Coahuila de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga: "A un trabajador le das un bien y le provees los medios para que desarrolle su actividad, entonces, todo lo que tiene que ver con ese medio o ese bien, es propiedad de la empresa, independientemente de si sobra o no sobra. Es un robo con quebrantamiento de la confianza".
El delegado explicó que son prácticas existentes en todo el país, unidades de empresas serias que están en contubernio con gasolineras establecidas: "Al camión le echan cien pesos de diesel en vez de echarle dos mil, le dan cincuenta pesos al despachador y este les regresa efectivo de los vales o el cheque, y con lo que compraban dos mil pesos en la gasolinera, allá (en la cachimba) lo compran con mil".
En esos lugares - agregó - se puede ver dos tipos de unidades: las de empresas serias que le están robando el diesel a los camiones y las de empresas informales que están comprando el diesel para sobrevivir: "Sí, hay empresarios informales que dan estas facilidades a sus empleados, de que hagan este tipo de marrullerías, se hacen de la vista gorda, porque saben que les pagan muy poquito a sus choferes".
Declaró que el colmo es que este tipo de delitos suceden a la vista de las autoridades, sin que haya verdaderos esfuerzos por erradicarlos.
Mario Galicia Yépez, miembro del consejo directivo del Comité Nacional de Estudios de la Energía A.C., no coincide con esta opinión: "Es imposible pensar en que no esté involucrada la autoridad, si es evidentísimo el robo".
Refirió que la mayoría de los casos que le ha tocado conocer en el país, es común que autoridades, ya sea de Seguridad Pública o de Pemex, se encuentren involucradas en el tráfico ilegal de combustible: "Si no están involucradas, realizan mal su trabajo, y la verdad, no sé que es peor, decir que son corruptos o que son ineptos".
La situación legal
Febrero del 2007. Durante un operativo conjunto entre autoridades federales y estatales, detuvieron a cuatro vendedores de diesel que operaban cachimbas en la carretera Saltillo - Monterrey; dos días después fueron puestos en libertad.
Pemex había presentado una denuncia de robo a propiedad de la nación, amparándose en el artículo 368 del Código Penal Federal, que dice: "Comete el delito de robo. quien sustraiga o aproveche hidrocarburos o sus derivados, cualquiera que sea su estado físico, sin derecho y sin consentimiento de la persona que legalmente pueda autorizarlo".
Pero el Ministerio público federal no pudo fincar responsabilidad contra los cuatro detenidos, debido a que la Paraestatal no acreditó que el diesel había sido sustraído de vehículos o ductos de su propiedad. Se turnó el caso al fuero común.
Con la hipótesis de que el combustible había sido ordeñado de tráileres del servicio público y que esto suponía el delito de venta de material robado, según los artículos 415 y 416 del Código Penal coahuilense, esperaron a que hubiera denuncia de empresarios transportistas, pero como nadie se presentó a ratificar los cargos, los detenidos fueron eximidos de toda culpa.
El delegado de la Canacar en Coahuila, Jorge Eduardo Dávila, manifestó que el problema está en la legislación, y citó como ejemplo la tipificación de robo de diesel en el Código Penal de San Luis Potosí, que es más específico al describir el tipo de delito, lo que no sucede en el Código coahuilense.
La parte a la que se refiere el delegado de la Canacar es el artículo 195 de la legislación potosina, donde se equipara el robo. "al aprovechamiento de una línea telefónica, de energía eléctrica o de cualquier otro fluido, ejecutado sin derecho y sin consentimiento de la persona que legalmente pueda disponer de estos.".
Javier Aguirre Luna, miembro del foro de abogados de San Luis Potosí, comentó que la diferencia estriba en que las autoridades de aquel estado han podido combatir el problema de las "cachimbas", interpretando que el diesel es un tipo de "fluido. Aclaró que de nada sirve tal especificación, sin embargo si no hay una denuncia de por medio.
"El problema es que en este caso el robo es a un particular, y sí, la ley es más específica en cuestión de hablar de fluido, pero como el delito no se sigue de oficio, da lo mismo si la venta es de un líquido o un sólido, o si lo hacen de noche o a plena luz del día. Si no hay un denunciante, no hay nada que hacer", expresó Aguirre Luna.
Alfonso Ramos Vásquez, litigante saltillense, especificó que en el caso de robo a particulares, aunque sea diesel, la autoridad no tiene facultades para actuar si no hay querella de por medio: "Tendría que ser un delito que afecte a bienes públicos o de la nación, para que se siga de oficio".
Mario Galicia, miembro de la Comisión Nacional de Estudios de la Energía A.C., dijo que la única forma de combatir el problema desde el punto de vista legal, es que los empresarios transportistas interpusieran denuncias contra sus propios empleados.
"Es muy difícil, estoy consciente, porque esto tiene que ser en flagrancia, pero si se hace un esfuerzo se puede lograr", dejó claro el especialista.
En esto coincidió Jorge Eduardo Dávila cuando agregó: "Es necesario que los empresarios ratifiquemos y presentemos nuestras denuncias contra quien resulte responsable, en este caso el operador y la persona que esté comprando el diesel". También propone un trabajo conjunto con las autoridades Federales, Protección Civil, Semarnat y Hacienda para combatir el problema.
Los más afectados
Según datos aportados por la Cámara Nacional de Auto Transporte de Carga, la inversión que cada empresario destina a comprar diesel, representa el 20 por ciento de sus gastos netos, y una cantidad similar en mantenimiento y refacciones; por eso, el negocio de las "cachimbas" impacta directamente en su economía.
"Si los motores están mal por culpa de este diesel contaminado, los camiones se andan descomponiendo a media carretera, no llegan a su destino y nosotros perdemos, porque no se cumplió con el pedido", explicó Joel Colunga, administrador de una empresa de auto transporte, quien desde hace años ha implementado una serie de candados para impedir que sigan extrayendo diesel de sus tráileres, lo que ha reducido las pérdidas en el último año.
En su propio establecimiento Joel, suministra el combustible a las unidades, calculando el gasto de acuerdo al viaje que se va a realizar; luego coloca un sello de plástico que sólo se puede retirar destruyéndolo.
Joel Colunga contó una alternativa que usaron sus trabajadores para extraer el combustible: "Buscaron otra manera, usando el agujero del respiradero del tanque de combustible para sacar por ahí el diesel, entonces también mandé soldarles una trampa". También cuenta con un sistema de monitoreo por satélite, que permite saber la posición exacta de los camiones, detectando si se detienen en puntos donde existen establecimientos ilegales.
Pero no todos cuentan con los recursos para implementar estas medidas de seguridad. De acuerdo a la Canacar, el 55 por ciento de las empresas en México, que aglutinan el 30 por ciento de la flota vehicular del país, son las llamadas Hombre-Camión; es decir, con cinco o menos unidades: negocios que apenas sobreviven con sus ganancias.
A esto se le agrega que el diesel no es deducible de impuestos, si no se hace por medio de tarjeta electrónica; según datos de la página de la Unión Nacional de Trabajadores de la Industria Petrolera en México (UNTCIP), sólo el 38 por ciento de las gasolineras, de las 7 mil 500 ubicadas en todo el país, cuentan con este sistema.
Jorge Eduardo Dávila expresó: "Cómo quieren que le hagan todas esas empresas para pagar de forma electrónica, si viven al día, por eso prefieren irse a la semi informalidad y permitir la compra de diesel más barato y si hay oferta, hay demanda, y es el cuento de no acabar".
El delegado observó un panorama desalentador, al referirse al problema que está provocando la implementación del Impuesto Empresarial de Tasa Unica (IETU), que prevé el pago de contribuciones más altas, lo que provocará que esas empresas se den de baja y se vayan a la informalidad total, fomentando prácticas ilegales, como la existencia de las "cachimbas" y por consiguiente, competencia desleal con el gremio.
Y lo peor de todo es que en las "cachimbas" lo que se esta vendiendo ni siquiera es diesel, agregó. Estudios químicos de la Canacar revelan que es una mezcla de combustible, combustoleo, aceite hidráulico, aceite de motor, gasolina, turbosina, petróleo, incluso aceite comestible, provenientes de las "bachas" o residuos de pipas y la ordeña de ductos de Pemex.
Jorge Eduardo Dávila afirmó que el problema se agrava, porque en estos negocios compran y venden todo lo que se puedan robar de los camiones. Dijo que es ahí donde se vende "perico" a los transportistas, remató: "Yo siento que la venta ilegal de diesel es como un cáncer, y a lo mejor hasta Sida, porque el cáncer en ocasiones tiene cura, y para este problema hasta hoy no parece haber solución".