‘Todas las familias son hermosas’: pareja LGBTQ+ de Saltillo narra su proceso de fertilidad

Naty siempre ha soñado con ser mamá. Cuando conoció a Chicha hicieron “click” muy fácil y al poco tiempo de hablar, textear y salir juntas decidieron casarse en Saltillo. Las dos hicieron su pedida --muy a su estilo cada una--, pero la más especial que siempre van a recordar es la que ocurrió en su restaurante favorito donde Naty pidió la mano de Chicha con algo muy significativo para las dos:
Mandó grabar la plaquita de su mascota Lía con la frase “¿te quieres casar conmigo?” porque ella fue intercesora para que se conocieran. Luego falleció a causa de moquillo.

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Hasta el día de hoy conservan las cenizas de Lía, en la casa donde viven juntas, donde han construido un hogar y donde sueñan tener a su bebé.

“Estuvimos investigando mucho sobre los métodos de fertilización y vimos que hay estados donde en casos como el nuestro en los que son dos mamás, la mamá que no es biológica tiene que obtener un amparo para poder registrar al niño o bebé, pero a veces no se otorgan los amparos y se tiene que recurrir a un proceso de adopción porque la otra mamá no tiene los genes del bebé”, expone Naty.

Señala que, afortunadamente, la situación de Coahuila no es similar y permite que las parejas LGBTIQ+ puedan registrar a sus hijos o hijas, siendo único requisito que estén casados.

“Con el acta de matrimonio se puede comprobar que las dos son mamás, que voluntariamente quisieron hacer el proceso de inseminación o in vitro que son los más comunes, y ya con esto te dan oportunidad de ejercer las maternidades”, comenta.

EL TRATAMIENTO

Para someterse al tratamiento de fertilidad, Naty tuvo que dejar al menos tres de sus trabajos y dedicarse por completo al descanso y a la ingesta de medicamentos que le ayudarán a generar un mayor número de óvulos que podrían ser fecundados a través de la inseminación artificial.

Se trata de una técnica de reproducción asistida que consiste en la colocación de una muestra de semen previamente preparada en un laboratorio que se introduce en el útero con el fin de incrementar las posibilidades de fecundación.

“Decidimos introducirnos al tratamiento con el doctor Juan Pablo Reyes Olivans que es una extensión de la Clínica IECH de Monterrey de Biología de la Reproducción, pero aquí en Saltillo, él nos ha guiado en el camino;

“A cada paciente le hace una recomendación de acuerdo a lo que necesita su cuerpo, yo empecé con anticonceptivos y entre otros medicamentos e inyecciones que me han ayudado a generar más óvulos”, dice.

ELEGIR LA MUESTRA

Seleccionar al donador de esperma en el proceso de fertilidad por el que atraviesan Chicha y Naty fue toda una experiencia, relata la pareja, ya que tuvieron acceso a un listado de 25 opciones de donadores funcionales que incluyen solamente datos personales como la nacionalidad, color de piel, ojos, cabello, tipo de sangre, la profesión del donador y entre otros, sin fotografías.

“La indicación que nos dieron fue que eligiéramos tres opciones de donadores, el acceso fue gratuito porque ya se incluye en el paquete que pagamos, afortunadamente en el primer intento dimos con el donador;

“El Banco de Esperma del IECH utiliza fotografías de la infancia de los donadores para proteger su identidad y nosotros elegimos a un pequeño de ojos grandes y pestañas largas, es mexicano y toda su información personal nos convenció”, comenta Naty en entrevista para VANGUARDIA.

Y es que resulta que el Banco de Esperma recopila información como pasatiempos, metas personales, descripción de la personalidad de los donadores, su estado civil, edad, antecedentes médicos y familiares, además de todos los estudios de salud física y mental que se aplican previo a la donación de semen.

La muestra para iniciar con el procedimiento de inseminación ya fue colocada en el útero de Naty y ahora la pareja permanecerá en espera de resultados positivos para dentro de 15 días.

“Si llego a quedar embarazada ya me dijo el doctor que tendré que estar tomando progesterona porque esto hace que el revestimiento del útero se vuelva más grueso y que el óvulo pueda implantarse, y que empiece la gestación”, explicó Naty.

En todo el tratamiento Chicha y Naty han invertido 19 mil pesos más 10 mil pesos del costo de la muestra de esperma.

¿CONSECUENCIAS?

La inseminación artificial se asocia comúnmente con pocos riesgos, las únicas consecuencias que pueden llegar a darse es que en el 80 por ciento de los casos las mamás tienen un bebé, y el otro 20 por ciento puede llegar a tener gemelos o hasta trillizos, de acuerdo con la pareja.

“Si nos ponemos a pensar, la inseminación o los procedimientos de fertilidad si le dan un empujón de muchas formas en comparación con un proceso normal porque te están monitoreando, revisan tu ovulación y el mejor momento para hacer la inseminación”, reflexiona Naty.

LAS ILUSIONES

Pese a los nervios y las expectativas de lo que ocurrirá en el futuro, Chicha y Naty se sienten emocionadas y confían en que los resultados serán positivos.

También tienen la confianza de que sus familias las apoyará, pese a los prejuicios que pudieran darse en torno a ser una familia LGBTIQ+.

“He visto que hay muchos cuentos sobre diversidad de familias y lo que yo quisiera es que mi hijo, hija o hije reciba esa educación, esa formación en cada etapa de su vida, enseñarle que todas las familias son especiales y que la suya está formada con bases de mucho amor;

“Chicha es muy presente, siempre está ahí y es muy fácil imaginar maternar con ella, siento que no me va a dejar sola con la tarea, con la responsabilidad, sé que ella es muy comprometida y dispuesta, me cuida mucho y siento que son nuestro hijo, hija o hije será igual, me da tranquilidad y por eso digo que sí me quiero lanzar a este emprendimiento con ella”, concluyó Naty.