Había hecho de las suyas en Torreón la supuesta monja desterrada de Chihuahua

Torreón
/ 8 julio 2020

También fue denunciada de que en el 2017, en Cortázar, Guanajuato, de robar infantes, usurpación de funciones y robo a casa-habitación

Torreón, Coahuila.- La mujer que en 2005 se vistió de monja, abusó de una familia y mantuvo privada de la libertad a una señora y a un menor, hizo la misma operación en Naica y en Camargo, Chihuahua, donde fue detenida y enviada a su tierra en el Estado de Guanajuato.

El hábito de monja que vestía, lo robó en esta ciudad de una casa-hogar atendida por religiosas, para disfrazarse y hacer creer que ella podía ayudar a la señora de la casa en su enfermedad y apoyarla en lo que necesitara.

Duró varios días viviendo en ese hogar de las calles Uno y Amanecer, del fraccionamiento Bosques del Valle, para luego de ganarse la confianza de los dueños e intentar quedarse con algunas pertenencias.

Al ser descubierta, amenazó los moradores y los privó de su libertad por un día, situación de la que un familiar se percató y la denunció en la policía.

Ahora, la monja fue retirada de un domicilio de personas de la tercera edad el fin de semana en Camargo y antes en Naica, Chihuahua, en donde fue puesta en manos de la policía para que abandonara el pueblo,  porque si no la linchaban.

Ella también fue acusada de robar infantes en el 2017, en Cortázar, Guanajuato, usurpación de funciones y robo a casa-habitación.

“Ya no queremos que la suelte, ahí déjela, si no la vamos a linchar” gritó la gente a un policía municipal de Naica, debido a la presunta agresividad de la religiosa, quien apedreó a varias personas luego de haberles ofrecido sus servicios de sanación con sus manos.

Vecinos de Naica aseguraron que Minerva Delgado Herrera, de 49 años de edad, tenía varios días de haber llegado al pueblo, junto con un hombre, quienes se quedaban en el domicilio de una persona de la tercera edad; sin embargo en la noche del viernes 12, al ver que su comportamiento se tornó agresivo, las mismas personas la pusieron en manos de la policía y un agente se la llevó a la comandancia para que no fuera lastimada.

Sin embargo, en lugar de irse a Guanajuato, se fue a Camargo, en donde también ofreció los mismos servicios sólo a personas de la tercera edad, por lo que a un par de ellas las inyectó y les puso ventosas en sus rodillas y espalda, provocándoles grandes moretones e hinchazón.

Los familiares de ambas personas solicitaron la presencia policiaca debido a que la supuesta monja ya no se quería ir de su casa, por lo que una vez retirada del domicilio, el jefe de la policía municipal, Luis Alberto Ríos, aseguró que ya la habían regresado en un autobús a Cortázar.  

No obstante, algunos vecinos del centro de la ciudad aseguraron ayer por la mañana haberla visto deambular por la avenida Centenario, cerca del Seguro Social, por donde también se ubica la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

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