Del éxtasis a la decepción: ¿Cuál es el Barcelona real?
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El conjunto de Luis Enrique fascinó el miércoles al ofrecer la remontada más importante en la historia de la Liga de Campeones levantando un 4-0 en contra con su victoria 6-1 ante el PSG.
Si hay un equipo de fútbol difícil de diagnosticar ese es el Barcelona, un conjunto que en apenas cuatro días pasó de vivir el éxtasis de su histórico partido ante el Paris Saint-Germain a caer ante un modesto rival que lucha por la permanencia en la Liga española de fútbol.
Fue una semana de contrastes en el Barcelona. En realidad, como viene siendo toda la temporada de un equipo que abandonó la regularidad de antaño para vivir en una permanente montaña rusa. Lo que sucede es que ahora cada tropiezo se paga muy caro.
El conjunto de Luis Enrique fascinó el miércoles al ofrecer la remontada más importante en la historia de la Liga de Campeones levantando un 4-0 en contra con su victoria 6-1 ante el PSG. Entonces se habló de "un equipo eterno" que de nuevo se situó a la cabeza de los pronósticos para ganar la Liga de Campeones.
Aquel fue un Barcelona épico y constante, un equipo que no se rindió a pesar de tenerlo casi todo perdido. Fue un conjunto mágico.
Pero todo lo contrario ocurrió el domingo con su derrota 2-1 en campo del Deportivo de La Coruña, un rival que acababa de cambiar de entrenador y que se movía por las arenas movedizas del descenso. Y se encontró con un Barcelona de resaca.
Los integrantes del plantel no acertaron a ofrecer los motivos de tan inesperada derrota. Mientras un futbolista como Luis Suárez descartó que hubiera pesado el festejo del miércoles, Luis Enrique era consciente de que algo así podía pasar.
"Preveíamos que esa dificultad iba a existir", admitió el técnico azulgrana. Lo contrario expresó Suárez: "No nos ha pasado factura el partido ante el PSG, para nada. Hemos descansado y recuperado bien".
Sea como fuere, el Barcelona pagó cara su derrota para quedarse a dos puntos del Real Madrid, que es el nuevo líder de la Liga española y además tiene un partido más por jugar. Ya no depende de sí mismo para revalidar el título.
El equipo azulgrana sumó en Riazor su tercera derrota en el torneo español. Antes cayó ante Alavés y Celta de Vigo, dos equipos muy alejados de la punta. Quizá haya algo de falta de tensión en el Barcelona cuando afronta un encuentro ante un rival no demasiado llamativo.
Aunque el Deportivo sin duda mereció el triunfo, el conjunto azulgrana volvió a mostrar una imagen hipotensa, muy alejada del entusiasmo que generó a su alrededor desde el primer minuto ante el PSG. Otra vez se vio a ese equipo con problemas para gobernar el encuentro, para manejar el balón con rapidez y para defender los balones aéreos.
Además, se volvió a apreciar un recurrente síntoma que ofrece el equipo en las derrotas: los suplentes no responden. Así, jugadores como André Gomes o Arda Turan tuvieron su oportunidad ante el Deportivo y volvieron a ofrecer actuaciones insustanciales.
Con todo, uno de los aspectos más preocupantes que exhibió el Barcelona ante el Deportivo fue el bajo nivel de actividad de Lionel Messi. Ante el PSG tampoco brilló y fue Neymar quien se llevó todos los elogios individuales. Y el domingo el argentino, todavía pendiente de su renovación, tampoco supo liderar al Barcelona en un momento difícil.
El conjunto de Luis Enrique echó mucho de menos al brasileño, quien se perdió el partido por unas pequeñas molestias físicas, según el departamento médico del club. Ahora mismo, es un jugador imprescindible para un equipo imprevisible y alejado de toda fiabilidad.