El gol, el gran problema de la España de Del Bosque
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A poco más de dos meses para el inicio de la Eurocopa de Francia, la España que en los últimos años maravilló con su fútbol de toque y su facilidad para generar peligro en ataque tiene serias dificultades a la hora de marcar.
Justo cuando medio mundo reconoció la influencia del holandés Johan Cruyff, el recién fallecido profeta del gol, en la selección española de fútbol, el grupo dirigido por Vicente del Bosque constató que es precisamente el gol uno de sus principales males de hoy.
A poco más de dos meses para el inicio de la Eurocopa de Francia, la España que en los últimos años maravilló con su fútbol de toque y su facilidad para generar peligro en ataque tiene serias dificultades a la hora de marcar.
"Somos un equipo que no tiene el sello de (ser) defensivo y, sin embargo, apenas encajamos y sí tenemos problemas con el gol", asumió no sin cierta perplejidad el propio Del Bosque, después de que España cerrara el domingo su semana de amistosos con un decepcionante 0-0 frente a Rumania.
"No es que haya sido un desastre, pero nosotros también esperábamos algo más; nos ha faltado profundidad. No estamos conformes con lo sucedido", añadió el seleccionador español.
Dos días antes, la cosa no había ido mucho mejor para los bicampeones de Europa: un 1-1 frente a Italia, gracias al oportunismo del incombustible Aritz Aduriz.
Seis años después, el delantero del Athletic de Bilbao regresó a la convocatoria de Del Bosque y, a la primera oportunidad, se mostró más resolutivo que el hispano-brasileño Diego Costa, el hombre en el que el seleccionador español había depositado casi todas sus esperanzas de gol en los últimos dos años.
Con el tanto marcado ante los italianos, Aduriz igualó ya los registros de Costa en sus diez encuentros con la camiseta de "La Roja": un único gol.
"Aduriz ha estado bien y se adapta bien a nuestro estilo", señaló Del Bosque sobre el veterano goleador vasco.
A sus 35 años, Aduriz suma 31 tantos en lo que va de temporada en todas las competiciones con el Athletic. Costa, en cambio, no pasó de los 13 goles esta campaña, pese a la mejoría que experimentó desde que el holandés Guus Hiddink asumió el mando el Chelsea.
Así las cosas, Del Bosque tiene apenas dos meses y otros tres amistosos justo antes de la Eurocopa para resolver un problema que no es nuevo.
En el último año de la fase de clasificación para el torneo continental que del 10 de junio al 10 de julio se celebrará en Francia, España ya saldó cuatro de sus seis duelos por un ajustado 1-0. Y en dos de ellos, el goleador fue David Silva, un mediocampista ofensivo.
Ahora, el seleccionador español debe decidir si se lleva a cuatro delanteros a Francia o si elige a tres entre Costa, Aduriz, Álvaro Morata, Paco Alcácer y Nolito, los principales candidatos hoy día.
Del Bosque siempre valoró la profundidad y la potencia que, considera, da Costa al equipo.
Aduriz cuenta con el apoyo popular que no tiene el hispano-brasileño y, como señaló el propio técnico español, hizo hasta ahora "méritos" suficientes para disputar su primera Eurocopa: goles, poderío aéreo, buen juego de espaldas y oportunismo.
Morata lleva una bastante discreta temporada con la Juventus, pero Del Bosque valoró "la frescura" que aportó a la selección.
Alcácer, del Valencia, es un delantero distinto a los demás, con facilidad para asociarse y pescar los balones que se pierden por el área, mientras que Nolito, del Celta, destaca por su desequilibrio, su regularidad y sus uno contra uno.
El delantero del Valencia ha sido un habitual en la lista de Del Bosque en los últimos tiempos. Nolito entró más puntualmente y, tras un largo mes de lesión, sólo cuenta con el tramo final de la Liga española para ganarse una plaza en Francia.
En los últimos años, Del Bosque siempre fue fiel a los hombres que encumbraron a España en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en las Eurocopas de 2008 y 2012. Y así se explica la presencia en sus últimos llamados de Pedro y Cesc Fàbregas, dos jugadores que apenas han brillado con sus equipos esta temporada.
Está por ver si, ante el reto de convertirse en el primer equipo en alzar tres trofeos continentales consecutivos, el seleccionador español emprende una pequeña revolución y apuesta por la renovación.