Gallos Blancos de Querétaro deben ser desafiliado
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Amparándose en el Artículo 66 del reglamento de la Liga MX, en el que —al pie de la letra— se dice:
CAUSALES PARA LA PÉRDIDA DE LA AFILIACIÓN. UN AFILIADO A LA FMF PERDERÁ SU AFILIACIÓN SI:
A. Incumple con cualquiera de sus obligaciones financieras y/o económicas para con la FMF y/o cualquiera de sus miembros, incluyendo jugadores y/o cuerpo técnico, empleados, personal, proveedores, prestadores de servicio y/o asimilados, entre otros.
B. Cometa una falta grave y/o viole o incumpla en más de una ocasión cualquier disposición de este reglamento, el estatuto social, las directivas o las decisiones de FIFA, Concacaf, y/o la propia FMF.
C. Incumpla con cualquiera de sus obligaciones como miembro de la FMF.
D. Que ponga en riesgo la viabilidad de cualquier competencia organizada por la FMF.
Y continúa este artículo con más incisos, aunque ya no tendría nada que ver con lo sucedido en Querétaro. Claro que tienen las condiciones para desafiliar a Gallos Blancos; de hecho, sería lo correcto. Es momento de mostrar ese valor que deben tener los directivos para tomar una decisión conforme a reglamento.
Pero no acaba ahí el problema. Claro que desafiliar al equipo de Gabriel Solares sería un golpe en la mesa, pero deben mejorar los sistemas de seguridad de los estadios si quieren que la gente regrese con confianza, la cual hoy no existe.
No quieren invertir los equipos, les vale tres reverendos pepinos la seguridad de los aficionados. De nada servirá negar el acceso a las barras visitantes si no tienen control de nada. Los estadios mexicanos son un nido de delincuencia y seguirán así mientras no haya inversión.
Detectores de metales, venta de boletaje sabiendo quién es el comprador, detectores dactilares para saber que efectivamente sea el que entra al inmueble y —por supuesto— no corrupción de quienes están en la entrada.
Para el México contra Estados Unidos, el jueves 24 de marzo por la eliminatoria mundialista, ya se dará un paso importante en ese tema. Sabrán quiénes son y dónde se sentarán los 50 mil aficionados que acudan.
Si alguien hace algo prohibido, se detectará de inmediato y se le sacará del estadio; además, no volverá a entrar a uno. ¿Por qué no aplicarlo en todos los estadios? La violencia que tanto han querido ocultar en la Liga MX explotó, ahora sería lo mejor que por fin se pongan a trabajar en la seguridad de quienes realmente van a los estadios con el deseo de ver a su equipo favorito, sin intención de agredir a los rivales, ni mucho menos desatar la barbarie que se vivió el sábado. Los directivos lo tienen en sus manos. Es momento de actuar.