La mujer que está cambiando la cultura de los zapatos deportivos en la duela
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Dearica Hamby y Satou Sabally recibieron calzado exclusivo de la marca Nike
Por Elena Bergeron
Dos de las jugadoras de la WNBA más obsesionadas con los zapatos deportivos obtuvieron una victoria mucho antes de que empezara su postemporada.
Dearica Hamby, de Las Vegas Aces, y Satou Sabally, de Dallas Wings, recibieron sus Air Jordan 36 PE (las siglas en inglés de “exclusivo para jugadores”) diseñados por Melody Ehsani, unos zapatos que son tan difíciles de conseguir para los coleccionistas como un anillo de campeonato porque no serán lanzados al público.
“Los Air Jordan 36 de Melody Ehsani fueron importantes porque es muy difícil que en estos días a la gente le interese el calzado deportivo especializado”, opinó Brendan Dunne, uno de los conductores de “Full Size Run”, un programa sobre zapatos deportivos. “Pero ella pudo regresarnos esa energía un rato”.
Ehsani, de 42 años, tiene dos rizos rubios en su largo pelo oscuro y suele llevar varios anillos y pulseras de oro salpicados con símbolos de su herencia persa, usar uñas stiletto en un arcoíris de colores y casi siempre trae puesto un par de zapatos deportivos. Hace poco, diseñó mercancía para la gira de su esposo, Flea, y su banda Red Hot Chili Peppers, antes de anunciar por Instagram en julio que estaba esperando a su primer hijo.
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Ehsani también dirige su propia marca de ropa de estilo callejero bajo su nombre. Y como la primera directora creativa de la oferta para mujeres en Foot Locker’s, fue la diseñadora principal de un zapato especializado para baloncesto. Esto es poco común en la industria de los zapatos deportivos, en la que las mujeres a menudo son invitadas para “darles color” a las ofertas de estilo de vida de marcas importantes o para elegirles nuevas paletas de colores.
Un puñado de jugadoras de la WNBA ha hecho equipo con gigantes de los zapatos deportivos al diseñar calzado exclusivo para jugadoras, asimismo, unas pocas jugadoras de élite, como Breanna Stewart (con Puma) y Candace Parker (con Adidas), tienen sus propios zapatos especializados insignia. No obstante, en Nike y otros gigantes de los zapatos deportivos casi no se ha mencionado a las diseñadoras de calzado especializado en baloncesto, un enorme segmento de la industria de los zapatos deportivos y un área de diseño que ha sido crucial para la tradición de la cultura de los zapatos deportivos.
Nike no dio cifras específicas sobre las mujeres que han encabezado el diseño de calzado de baloncesto y la empresa sigue en un pleito legal debido a una demanda colectiva por discriminación de género que presentaron en 2018 algunas de sus exempleadas, quienes afirmaban que las mujeres recibían menores sueldos que sus colegas hombres, no participaban en los puestos claves en Nike y eran objeto de conductas inapropiadas por parte de sus supervisores.
Aunque el calzado especializado para baloncesto no tiene las ventas fenoménicas que alguna vez tuvo, los lanzamientos retro de los Jordan siguen siendo una gran parte del mercado de reventa.
Además, hay una industria próspera en la venta de la mitología del diseño de los zapatos deportivos. Los impecables libros de mesa sobre zapatos deportivos trascendentales y sus campañas de publicidad se han convertido en éxitos de ventas. Los diseñadores venerados aparecen en pódcast y en documentales sobre creatividad; dan charlas TED Talks que se vuelven virales. Para atraer a las audiencias más jóvenes, los grandes museos han montado exposiciones que muestran los zapatos deportivos como arte.
Después de que el diseño de Ehsani fue presentado durante las finales de la NBA en junio, cuando Jayson Tatum de los Celtics de Boston los usó antes del Juego 2, Ehsani reflexionó sobre su viaje de jugadora de baloncesto en el bachillerato y pasante de la NBA hasta diseñadora. “Poco a poco he escalado profesionalmente para tener la oportunidad de trabajar en un zapato deportivo especializado”, escribió Ehsani en una publicación en redes sociales, donde agregó que la relación entre Tinker Hatfield, el diseñador de Nike detrás de muchos Air Jordan icónicos, y Michael Jordan era su “sueño” máximo.
La mayoría de las conversaciones sobre diseño de zapatos deportivos comienza con Hatfield y Jordan, cuya colaboración en dieciséis lanzamientos entre 1993 y 2003 estableció la norma para que el baloncesto pudiera trascender al ámbito del estilo de vida. Por orden de Jordan, y a menudo contra las imposiciones de los ejecutivos de Nike, Hatfield creó zapatos para baloncesto decorados con materiales no convencionales que hacían que las personas aversas a los deportes compraran (muchos, pero muchos) pares.
Es famoso el caso de cuando Hatfield les puso charol a los Jordan XI porque Jordan dijo que quería un zapato deportivo tan hermoso que pudiera usarse con un esmoquin. En 1996, el grupo de R&B Boyz II Men los usó con esmóquines blancos en una entrega de premios.
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En 2021, cuando el Museo del Diseño de Londres montó una exposición para mostrar cómo los zapatos deportivos “se han convertido en símbolos culturales de nuestros tiempos”, se iluminaron los ojos de Fiona Adams, la vicepresidenta de diseño de calzado en Reebok de 1990 y 2000.
Adams había supervisado el trabajo de diseñadores que se volvieron el equivalente a leyendas para los obsesionados con los zapatos deportivos y estaba ansiosa de ver el reconocimiento a ese trabajo. Adams había creado un programa de capacitación interna para enseñar compostura de zapatos a diseñadores (en vez de diseñar solo en dos dimensiones o depender de los modelos computarizados en 3D) y para ella su experiencia como zapatera posibilitó sus innovaciones técnicas, como la creación de un zapato deportivo para aerobic que cubría los tobillos y fue, según ella, el primer zapato especializado en usar cierres de cremallera.
Adams señaló que se había ido molesta de la exposición. Contó tan solo a una mujer, en cualquiera de las marcas importantes, cuyo trabajo estuviera incluido en la muestra: Judy Close, quien diseñó para Reebok el zapato insignia de Shaquille O’Neal, Shaqnosis, en 1992.
“La investigación sobre el trabajo realizado fue muy, pero muy decepcionante”, opinó Adams.
Ehsani hizo notar que no hay muchos puntos de referencia para las mujeres que han trabajado en exclusivas para jugadores. “Casi me avergüenza no saber de otras mujeres”, admitió.
Debido a que las ventas de zapatos para baloncesto han bajado, las diseñadoras han encontrado ingresos diseñando otros tipos de calzados especializados, como en el área de la ropa deportiva de bajo impacto y el athleisure (ropa deportiva que crea estilos informales). Lululemon, una empresa multimillonaria de athleisure, anunció en marzo que lanzará zapatos para correr y entrenar; Adidas tiene un negocio dinámico gracias a su línea de Stella McCartney, y Allyson Felix, la corredora olímpica retirada y expromotora de Nike, tiene su propia marca de zapatos deportivos especializados, Saysh.
A pesar de algunos avances para las diseñadoras mujeres, Ehsani comentó que diseñar productos insignia para una estrella del baloncesto seguía siendo su sueño. En esa visión, no podría decidir entre LeBron James, Ja Morant o el fenómeno de las chicas de bachillerato Juju Watkins para que sea el Jordan de su Hatfield.
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“Ni siquiera estoy en un lugar en el que tenga preferencias al respecto”, admitió Ehsani, quien agregó que estaba “tan ansiosa” por la oportunidad que no le importaba el jugador. Luego, agregó una petición que evocó el famoso lema de Nike.
“Solo déjenme hacerlo, tan solo denme la oportunidad de hacerlo”.
c.2022 The New York Times Company