Latino: lo infernal lo trae de familia
Integrante de una extensa familia de luchadores, él se se considera el mejor de la actualidad y está dispuesto a demostrarlo contra quien sea. El próximo 28 de mayo contenderá en la función “Choque en el Norte”
Los gritos de la raza en la arena, los chiflidos, recordatorios maternales y todo lo que resulta en la arena es el alimento de todo luchador rudo. Compartir los secretos de la lucha es algo que se hace a través de las generaciones; así pasa de padre a hijo o a veces de muchos padres a muchos hijos.
Uno de los retoños de una famosa dinastía y que anda destacando con luz propia es Latino, quien no tiene empacho en asegurar que hoy por hoy es el mejor de Saltillo y la región. Así de fácil.
Mientras se prepara para la gran función del 28 de mayo en la Arena Pavillón del Norte, este gladiador se permite un momento para que la raza conozca más de él.
En entrevista con VANGUARDIA, Latino evita falsas poses. “Meterse a lucha muchos podrían hacerlo, pero para destacar en este deporte hay que amarlo y respetarlo”. Con esa disciplina podrías ser un buen luchador, de ahí juega el siguiente paso, que es ser hábil para los trancazos y llaves. La mayoría de las evoluciones en el ring las aprendió de la práctica con su padre, de quien afirma, es su máximo ídolo.
“A mí me empezó a gustar la lucha libre por parte de mi padre, Rigo, que cada vez que lo veía en un cuadrilátero “Yo decía ‘quiero ser como él, quiero ser luchador’ y creo que me inculcó a ser luchador me prepararon para ser luchador”.
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En Ramos Arizpe hay una familia que transpira vuelos, llaves, costalazos y todo el paquete que conlleva el tener en la sangre el gen de la lucha libre. Al hablar de eso, Latino proclama con orgullo que al parecer, todos querían ser luchadores al acompañar a sus padres a los gimnasios y arenas. El cuenta 16 personas que se dedican esto.
“Ahí tienes a mi tío Green Demon, Green Demon Segundo, Chavo Lomelí; por supuesto mi padre Rigo, mi tía Paty Rey, mi tía Lady Star, mi prima Maligna, mi otra prima Magnífica, mi primo Devil Boy, mi primo Infierno, mi primo Krator Junior, mi primo Guerrero Latino y su servidor, Latino”.
Desde la colonia Lázaro Cárdenas tienen para dar y repartir catorrazos a sus rivales a todos lados donde se presentan, a pesar de las dificultades que siempre enfrenta la lucha libre, siempre están atentos a las oportunidades para mostrar los recursos que traen.
HUMILDAD ANTE TODO
Latino se muestra fuerte, pero a la vez asegura que en esta profesión no vale sentirse superior a nadie, pues eso sólo se demuestra en el encordado. Debajo de éste hay que ser humildes y es un consejo que le deja claro a todas aquellas personas que quieren dedicarse a la lucha.
“Como te digo, el amor por la lucha, el respeto por ella y la humildad, creo sin estas cualidades no se puede ser un grande”.
Asimismo, Latino reconoce que hay que aprender de todo mundo, pero tener unos buenos maestros que se convierten en sus ídolos con el tiempo porque dejan en su vida un gran legado. Además de su padre, nombró a Último Guerrero y el Texano Júnior.
Esas enseñanzas lo llevan a reconocer también que en sus luchas los rivalidades generalmente quedan arriba del cuadrilátero; ahí se ve quien es quien y no hay rival fácil a la hora de darse de catorrazos. Nada como el triunfo y el reconocimiento del público.
“Ahorita no tengo principal porque todos los que me he enfrentado son difíciles creo que todos los chavos que me he enfrentado tienen la calidad, para mí todos mis rivales son difíciles, se entregan al 100 por ciento, igual que un servidor”.
SE GANA, SE PIERDE
Hablando de rivales y luchas que dejan marcado a un gladiador, Latino puede presumir tantas funciones, pero le llega la nostalgia y la sed de revancha al recordar aquella función en la que apostó la máscara y el resultado no le favoreció.
Una batalla contra el Zorro Plateado Júnior celebrada en la Arena Obreros en que las apuestas estaban parejas, pero a Latino le tocó perder y ni modo, a destaparse y declarar su identidad como los grandes, pues saber perder también es una enseñanza que lo dejó marcado del legado de su padre.
“Yo le agradezco a mi padre Rigo por siempre tenerme en el renglón de ir por el buen camino que él me metió este deporte”. Repite mientras asegura que eso lo hace ser el mejor luchador del momento en Saltillo.
Pero ser el mejor no es sólo una declaración, pues puede presumir haberse presentado en escenarios mucho más grandes e importantes del país y eso es motivo de orgullo, pues los sueños se pueden lograr si se lucha fuerte y paciente por conseguirlos.
Una presentación que puede platicar es en la mismísima Arena México, allá en la capital, donde los más grandes de todo el país aspiran a estar un día, entre otros escenarios igual de importantes.
“Creo que mi logro principal como todo luchador y que cualquier luchador quiere tener ya lo cumplí y fue a pisar el bendito ring de la Arena México con el Consejo Mundial de Lucha Libre”, afirma orgulloso.
Más logros vienen en camino, eso lo tiene claro y como sucede en la mayoría de los casos, nada se podría conseguir sin esfuerzo y en muchas ocasiones hay que pasar hambres, como le ha pasado al entrevistado.
El camino es largo y aún quedan muchas batallas por librar, mientras tanto hay que seguir dándole a la preparación tanto física como mental, al entrenamiento duro y seguir gozando de este deporte que tantas satisfacciones le ha dado.
SE GANA, SE PIERDE
Hablando de rivales y luchas que dejan marcado a un gladiador, Latino puede presumir tantas funciones, pero le llega la nostalgia y la sed de revancha al recordar aquella función en la que apostó la máscara y el resultado no le favoreció.
Una batalla contra el Zorro Plateado Júnior celebrada en la Arena Obreros en que las apuestas estaban parejas, pero a Latino le tocó perder y ni modo, a destaparse y declarar su identidad como los grandes, pues saber perder también es una enseñanza que lo dejó marcado del legado de su padre.
“Yo le agradezco a mi padre Rigo por siempre tenerme en el renglón de ir por el buen camino que él me metió este deporte”. Repite mientras asegura que eso lo hace ser el mejor luchador del momento en Saltillo.
Pero ser el mejor no es sólo una declaración, pues puede presumir haberse presentado en escenarios mucho más grandes e importantes del país y eso es motivo de orgullo, pues los sueños se pueden lograr si se lucha fuerte y paciente por conseguirlos.
Una presentación que puede platicar es en la mismísima Arena México, allá en la capital, donde los más grandes de todo el país aspiran a estar un día, entre otros escenarios igual de importantes.
“Creo que mi logro principal como todo luchador y que cualquier luchador quiere tener ya lo cumplí y fue a pisar el bendito ring de la Arena México con el Consejo Mundial de Lucha Libre”, afirma orgulloso.
Más logros vienen en camino, eso lo tiene claro y como sucede en la mayoría de los casos, nada se podría conseguir sin esfuerzo y en muchas ocasiones hay que pasar hambres, como le ha pasado al entrevistado.
El camino es largo y aún quedan muchas batallas por librar, mientras tanto hay que seguir dándole a la preparación tanto física como mental, al entrenamiento duro y seguir gozando de este deporte que tantas satisfacciones le ha dado.
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