"Bye bye" América, empresas estadounidenses huyen de los impuestos

Dinero
/ 28 septiembre 2015

En Estados Unidos las empresas tienen que pagar hasta un 35 por ciento de sus ingresos en impuestos nacionales, a los que hay que sumar los impuestos locales.

Nueva York, EU.- El comerciante de bananas Chiquita ya lo ha hecho, la empresa de técnica Medtronic también, y la farmacética Pfizer lo ha intentado. Son empresas estadounidenses que compran a un rival en un país con menos impuestos y acaban estableciéndose allí.

En Estados Unidos las empresas tienen que pagar hasta un 35 por ciento de sus ingresos en impuestos nacionales, a los que hay que sumar los impuestos locales. Se trata de una de las mayores presiones fiscales del mundo, explica durante una conferencia la experta Joan Arnold, del despacho de abogados Pepper Hamilton.

En Irlanda, actual destino favorito de las empresas que se marchan de Estados Unidos, sólo se paga un 12.5 por ciento en impuestos. Y al contrario que otros países, el fisco estadounidense reclama una parte de los ingresos que las empresas norteamericanas tienen fuera de sus fronteras y que después transfieren a Estados Unidos.

Ante esta situación muchas firmas se plantean emigrar, al menos sobre el papel, ya que las fábricas y la administración continúan en Estados Unidos. El truco es comprar a un pequeño rival en el extranjero, fusionarse con él y trasladar su residencia a dicho país.

"Apenas pasa una semana sin que haya noticias de otra empresa que quiere trasladar su residencia a ultramar, sólo para librarse de pagar su justa parte de impuestos en Estados Unidos", afirma el congresista Sandy Levin. Según un análisis del Congreso estadounidense, en los últimos diez años se trasladaron 47 empresas, mientras que en los 20 años anteriores lo hicieron sólo 29.

Antes las empresas emigraban a Las Bermudas o a las islas Caimán. Y "no por el clima", apunta Arnold. Pero una nueva legislación restó atractivo a estos países a partir de 2004, así que las empresas se trasladaron más lejos, a Suiza. "Hoy las compañías también se van de aquí (Suiza)", explica Cia McCourt, del despacho de abogados irlandés A&L Goodbody. El principal motivo es el límite a los sueldos de los directivos introducido en el país helvético.

Así que el destino favorito es ahora Irlanda. Además de que los impuestos sean más bajos, McCourt cree que hay otros motivos: un sistema legal similar al estadounidense, los grandes impedimentos para adquisiciones hostiles, la posibilidad de mantener el sistema de contabilidad estadounidense o de seguir cotizando en la Bolsa de Nueva York. Razones similares a estas son las que hacen que Reino Unido y Holanda estén también entre los destinos preferidos de los empresarios estadounidenses.

Las firmas que se están apuntando a esta tendencia pertenecen sobre todo al sector farmacéutico o de la biotecnología. Como Perrigo, Salix, AbbVie o Medtronic, apenas conocidas para el gran público pero muy valiosas. Una de las pocas excepciones ha sido la compañía de fruta estadounidense Chiquita, que se fusionó con su rival irlandesa Fyffes.

Por su parte, la farmacéutica Pfizer fracasó en su intento por hacerse con la británica AstraZeneca. El fabricante de la Viagra ofreció hasta 117.000 millones por su rival, que sin embargó rechazó la cantidad.

Levin y otros congresistas quieren poner freno a esta tendencia, exigiendo que la empresa extranjera sea al menos tan grande como la estadounidense para que Hacienda le permita trasladarse. En la actualidad, es suficiente con que la adquirida suponga el 20 por ciento de la nueva firma.

"Si se llega a ello, todo cambiará", reconoce Arnold, ya que una medida así podría afectar también a algunas fusiones de forma retroactiva. Aunque según esta experta, "las empresas siguen adelante".

Por Daniel Schnettler/DPA



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