Cerrando el año
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El pasado viernes 25 de febrero se difundieron las cifras revisadas del PIB correspondientes al cuarto trimestre del 2021, así como de la Balanza de Pagos para el mismo período. Con esa información ya tenemos el panorama completo de lo que sucedió durante todo el año pasado en dos de los indicadores macroeconómicos más relevantes.
En lo que compete al PIB, se dio a conocer que no hubo variación alguna en el último trimestre del año anterior respecto al tercer trimestre. En su comparación anual, respecto al mismo período del 2020, se registró un avance del 1.1% durante el período octubre-diciembre. Con estos datos la economía habría experimentado una expansión del 5% durante el 2021.
¿Qué tan buena o que tan mala es esta cifra? Depende del cristal con que se mire. Si consideramos que, durante el año 2020, experimentamos una contracción del 8.3% y que el ritmo de crecimiento a tasa trimestral ha venido estancándose, el dato no luce nada halagador. Por otra parte, atendiendo a la estimación del Paquete Económico 2021, la cual se basó en un crecimiento del 4.6%, el dato final a todas luces es hasta cierto punto positivo.
En el frente externo, es la Balanza de Pagos la que nos revela nuestra posición comercial y financiera frente al resto del mundo. En lo que respecta a este tema, tal parece que las cosas volvieron a su cauce moral. Después de un año 2020 atípico, en el que registramos un superávit en cuenta corriente por 26,210 millones de dólares, el año pasado volvimos a anotarnos un déficit de una magnitud de 4,866 millones de dólares. Un desequilibrio nada preocupante, si consideramos que representa apenas el 0.4% del PIB.
Las importaciones repuntaron un 32% respecto al 2020, lo que da cuenta de una relativa recuperación en la actividad económica, en tanto que las ventas al exterior lo hicieron en un 19%
Pasando al frente de la Inversión Extranjera Directa (IED) se captaron 31,621 millones de dólares durante el 2021, cifra superior en 13% a los 27,934 millones de dólares que ingresaron por esta vía en el año 2020, pero aún por debajo de los 34,207 millones de dólares registrados en el 2019.
En suma, puede concluirse que efectivamente fue un año de una recuperación, pero que a todas luces ha sido parcial y en el cual es un hecho que el efecto rebote ya se nos terminó. A partir de aquí tendrá que ser la propia economía la que deberá generar sus propios motores de crecimiento.
En un contexto de incertidumbre ante una escalada bélica a nivel mundial y ante el mismo discurso de hostilidad hacia inversionistas con una visión de la economía de hace sesenta años, el futuro no luce nada promisorio.
Economista y Catedrático
de la Facultad de Economía
de la UAdeC
Twitter: @guillermo_garza