Por qué baja el costo de la luz y la gasolina

Dinero
/ 25 diciembre 2015

A lo largo de este año hemos escuchado en los discursos del presidente Enrique Peña Nieto, del director general de la CFE, Enrique Ochoa y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray que uno de los resultados de la reforma energética es la baja en el precio del gas, la gasolina y las tarifas eléctricas. ¿Por qué?

Por Mayra Martínez Medina para El Economista

Al amanecer de este jueves la Secretaría de Hacienda ya nos esperaba con el regalo de Navidad. A partir del 1 de enero de 2016 el precio de las gasolinas Magna y Premium constará 40 centavos menos. Esta noticia sin duda implicará beneficios para el bolsillo de los consumidores quienes tendremos un ahorro doble: uno por el consumo de luz y el segundo por el de combustibles.

Así, a partir del 1 de enero del próximo año y los años por venir quienes acudimos a las estaciones de servicio para llenar el tanque gasolina de nuestro automóvil y en general los casi 120 millones de personas que habitamos este país seremos testigos del inicio de la metamorfosis del sector energético que si bien empezó en junio de este año cuando, por primera vez después de 7 décadas, México adjudicó la exploración de yacimientos de gas y petróleo a empresas privadas no lo habíamos notado del todo por parecer una actividad lejana, que solo involucra a los empresarios millonarios. En cambio, el consumo de gasolina y de la luz nos involucra a todos y nos impacta a todos.

A lo largo de este año la Comisión Federal de Electricidad ha informado que las tarifas eléctricas han disminuido, respecto a la facturación de 2014.

Los consumidores industriales, según la empresa de clase mundial, hoy tienen tarifas más bajas entre 25 y 35% comparadas contra las de noviembre del año pasado. Quienes pagan tarifas comerciales actualmente deben erogar entre 10 y 22% menos respecto al año anterior. En tanto que, los usuarios domésticos de alto consumo debe observar una disminución de 9.6 por ciento en su recibo.

La tarifa para los usuarios domésticos de bajo consumo, que hasta antes de la reforma energética -promulgada en diciembre de 2013- nos subía 4% cada año desde enero de 2015 se ha mantenido estable, es decir sin aumentos como ocurrió en los últimos 8 años.

La disminución de las tarifas eléctricas es uno de los varios cambios que implica para los consumidores la reforma energética. Esto es, la transformación de la industria a gran escala tiene un efecto dominó para todos.

A lo largo de este año hemos escuchado en los discursos del presidente Enrique Peña Nieto, del director general de la CFE, Enrique Ochoa y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray que uno de los resultados de la reforma energética es la baja en el precio del gas, la gasolina y las tarifas eléctricas. ¿Por qué?

Empecemos por el precio del gas y la gasolina:

1.- Cuando un mercado se abre a la competencia, lo normal es que haya varias empresas interesadas en ofrecer un mismo producto, en este caso gasolina. Desde el siguiente año los empresarios gasolineros podrán comprar este combustible a Pemex o cualquier otra empresa.

2.- La lógica de mercado indica que el combustible importado puede costar más comparado con el de producción nacional entonces; es aquí es donde los gasolineros y los proveedores deberán mostrar su habilidad en los negocios porque al final todos somos consumidores y la lógica del consumidor es comprar al mejor precio y exigir un buen servicio.

3.- Si replicamos esta lógica entre los automovilistas ocurrirá exactamente lo mismo. El dueño del coche o la empresa que dispone de una flotilla acudirá a la estación de servicio que le ofrezca el mejor precio y servicio.

4.- Se estará preguntando, qué la gasolina no costará los mismo en las 32 entidades de la República Mexicana. La respuesta es sí y no. Los próximos dos años serán de transición, es decir, el precio de la gasolina quedará liberalizado "parcialmente" y para 2018, totalmente.

5.- La liberalización del precio de los combustibles: gas natural, gas LP y gasolinas es un proceso normal de los mercados abiertos donde el precio está sujeto a la oferta y la demanda. Esto usted ya lo ha vivido con el azúcar, el huevo, el jitomate y otros insumos, cuando observa un alza de precio y pregunta la razón seguramente el vendedor le responde "es que hay poco porque se echó a perder la cosecha".

6.- Estos combustibles tiene una particularidad: son derivados del petróleo. El crudo es un commodity internacional, si la cotización baja en Arabia Saudita, Kuwait o en Londres, en México también. Así, al caer el precio del oro negro el de sus derivados avanza en la misma dirección.

7.- Desde hace un año el precio del petróleo anda por los suelos. La mezcla mexicana de exportación esta semana tocó mínimos de 11 años. Esta es una de las razones por las cuales el siguiente año tendremos gasolina barata como lo informó esta mañana la Secretaría de Hacienda.

8.- Qué pasa con las tarifas eléctricas. La CFE usa gas natural para el funcionamiento de las plantas de generación, entonces si el costo de producción es bajo la empresa tiene un margen considerable para reducir el costo de las tarifas.

9.- Empresas que usan el gas natural y la misma CFE estiman que este combustible rondará los 3 o 4 dólares por unidad de medición. Este precio permite prever que las tarifas eléctricas se mantendrán bajas por un buen tiempo.

10.- La Secretaría de Energía está convencida de este comportamiento del gas natural en el mercado, tanto que prevé aumentar la importación del combustible para el 2019 a 9,000 millones de pies cúbicos diarios a fin de mantener la reducción de las tarifas eléctricas.

El mercado estima que la cotización del gas natural y el crudo se mantendrá baja -aunque no es muy bueno para el mercado petrolero- de modo que tendremos luz y gasolina a menores precios, por los menos los próximos dos años.

Por Mayra Martínez Medina para El Economista

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