Tensión al máximo, se llegó la hora para renegociar el TLCAN

Dinero
/ 16 agosto 2017

Bajo todos los riesgos, EU, México y Canadá tendrán en la mesa a sus mejores expertos para lograr un futuro económico promisorio para sus países

WASHINGTON.- De todos los acuerdos comerciales que fustigó durante su campaña electoral, diciendo que son dañinos para los trabajadores estadounidenses, Donald Trump reservó su mayor desdén para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El TLCAN con México y Canadá fue “el peor acuerdo comercial de la historia”, declaró Trump cuando era el candidato presidencial. Acusó al pacto de elevar el déficit comercial de EU con México, de haber hecho que muchas fábricas de mudaran a su vecino del sur y con ello haber eliminado empleos estadounidenses.

Trump prometió renegociar el tratado que entró en vigor hace 23 años o de plano abandonarlo. Ahora llegó el momento. Hoy comenzarán cinco días de conversaciones para reformarlo. Las negociaciones empezarán primero en Washington y luego seguirán en México y Canadá.

Estados Unidos jamás ha intentado reformar un acuerdo comercial de gran envergadura, por lo que los analistas no saben con certeza qué esperar de las conversaciones.

Sin embargo, está claro que para los funcionarios comerciales de EU será difícil cumplir las promesas de campaña de Trump. Una nueva versión del TLCAN necesitaría la aprobación del Congreso, que está dividido, y un TLCAN modificado no ofrece la certeza de lograr lo que esperan Trump y sus partidarios: el regreso de millones de empleos a las fábricas de Estados Unidos.

Los economistas y analistas comerciales dicen que sí es posible mejorar el TLCAN, que eliminó la mayoría de las barreras comerciales entre los tres países. Uno de los campos más prometedores para actualizarlo es para reflejar el crecimiento de la economía digital.

No obstante, una reformulación tecnocrática difícilmente satisfará a los partidarios de Trump y los detractores del TLCAN, que buscan una reformulación tal del acuerdo que reduzca el déficit comercial estadounidenses y lleve empleos a Estados Unidos.

Una estrategia más asertiva y dinámica -por ejemplo, exigir que los productos que califiquen para estatus libre de impuestos del TLCAN tengan más contenido hecho en Estados Unidos- conlleva el riesgo de privar a los estadounidenses de algunos beneficios que el acuerdo les ha ofrecido.

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Los agricultores estadounidenses, por ejemplo, temen perder el acceso casi irrestricto que tienen ahora al mercado mexicano. Muchas empresas de manufactura han creado líneas de suministro que atraviesan las fronteras y temen perder sus inversiones. Si Estados Unidos decide alzar sus barreras comerciales, Canadá y México seguramente tomarán represalias.

Las elecciones
Además, el tiempo corre. El próximo año hay elecciones presidenciales en México y elecciones legislativas en EU. Renegociar un acuerdo tan complicado será sumamente difícil en medio de una intensa retórica electoral.

El mes pasado, el gobierno de Trump enumeró sus objetivos para la renegociación y algunos ya se han topado con férrea resistencia de México y Canadá.

Por ejemplo, Washington irritó a Canadá al decir que desea eliminar un mecanismo de resolución de disputas establecido bajo el TLCAN. El mecanismo le permite a México y Canadá apelar decisiones desfavorables emitidas por tribunales y agencias comerciales estadounidenses. Actualmente pueden apelar a paneles establecidos por el TLCAN, formados por cinco integrantes: dos de cada país de la disputa y uno que se alternaría entre ellos. Las decisiones de tales comisiones son obligatorias.

Sin embargo, el problema es que esas comisiones tienen la reputación de volcar las decisiones comerciales estadounidenses, como pasó con la disputa sobre la madera canadiense. Estados Unidos se queja de que Canadá subsidia a su industria maderera, con lo que su producto se hace artificialmente barato en el mercado estadounidense.

“Perdemos muchas ventas”, alega Jason Brochu, copresidente de la firma Pleasant River Lumber en Dover-Foxcroft, Maine. “No es justo que la madera subsidiada llegue sin control”, agrega. Los fallos de las comisiones, dice, carecen de “un proceso apropiado de resolución de disputas”. Dice que le gustaría que sean eliminadas.  Esa idea levanta ámpulas en Ottawa.  

Antes de que pudieran confiar en las comisiones, los canadienses “sentían que no estaban recibiendo una salida justa” en los tribunales y los procedimientos administrativos estadounidenses, afirma Daniel Ujczo, un abogado comercial para Dickson Wright en Columbus, Ohio. “Ellos ven (las comisiones) como algo que se ganaron”.

Estados Unidos también busca más margen de acción para imponerle aranceles a las importaciones que dañan a la industria estadounidense. Por ahora, el TLCAN limita la capacidad de Estados Unidos de usar ese poder en casos que involucren a Canadá y México. Si Estados Unidos impone aranceles a las exportaciones de sus vecinos, ¿Canadá y México tomarán represalias aplicándole sus propios aranceles a las importaciones estadounidenses? 

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Las 10 claves

1. ¿Qué se negocia?
Los tres gobiernos buscan actualizar un tratado firmado en 1992  que fijó una zona de libre comercio de bienes y servicios entre los tres países sin aranceles o tarifas. 

2. ¿Por qué se negocia?
Ya se requería actualizarlo y cuando Trump ganó las elecciones, fue uno de los ejes de su mandato.
Quiere que vuelvan a su país miles de fábricas y empleos en México por el menor coste de la mano de obra. 
 México como Canadá se han visto arrastrados a una mesa de negociación en la que preferirían no estar.

3. ¿Qué está en juego?
-Una de las relaciones comerciales más maduras del mundo. Canadá y México son el segundo y tercer socio comercial de EU, únicamente por detrás de China. 
-Para Canadá, EU y México son su primer y tercer socio. 
-México tiene en sus dos compañeros de viaje en el TLC a sus dos primeros socios comerciales por volumen de intercambios. 
-México tiene una docena de tratados comerciales firmados con hasta 46 países a lo largo y ancho del mundo, su dependencia de EU y Canadá sigue siendo total. 

4. ¿Cómo será el proceso?
-Serán cinco días de reuniones del diálogo trilateral, donde definirán temas sobre los que girará el diálogo futuro y fijarán las posturas de cada país. 
-Las rondas de negociación tendrán una duración entre tres y cuatro semanas, y serán rotatorias: la primera en EU, México y Canadá albergará la tercera en octubre. Serán “siete u ocho rondas”.

5.  Temas en la mesa
-El déficit comercial, las reglas de origen y los asuntos laborales parecen que condicionarán los primeros compases de la negociación. 
-El desequilibrio entre lo que EU importa y exporta de México.
-La nueva Administración de EU busca disminuir el déficit comercial con México y Canadá. 
-Asuntos como el comercio electrónico y la propiedad intelectual ocuparán un papel central en las conversaciones.

6. ¿Es posible llegar a un acuerdo?
-Sobre el papel, aunque muy difícil, es posible. México quiere dejar cerrado un acuerdo antes de la campaña electoral para las elecciones federales de julio del año que viene. 
-Para eso, los negociadores tendrán que darse prisa. No obstante, cabe recordar que el mayor interés de México es que el tratado no acabe hecho trizas. 
-La debilidad y el incierto futuro político de Trump invita a esperar a ver qué sucede en la arena política estadounidense antes de cerrar el trato.
-Canadá —con un horizonte electoral despejado— es el país que menos prisa debería tener en el proceso.

7. ¿Quiénes negociarán?
-Por EU, el máximo responsable será Robert Lighthizer y por México Keneth Smith, representante económico en la Embajada mexicana en Washington.
-También Salvador Behar, director general para América del Norte de la Secretaría de Economía. 
-El jefe de los empresarios, Juan Pablo Castañón, viajará a Washington para acompañar a Smith y a Behar.

8. ¿Se rompería el TLC?
-Sí, aunque en los últimos meses este riesgo se ha ido mitigando. 
-Desde  la toma de posesión de Trump, analistas situaron la posibilidad de ruptura por encima del 50%. Desde entonces, la situación ha cambiado.

9. ¿Qué repercusiones tendría su ruptura?
-Los intercambios comerciales entre los tres países quedarían en el aire. 
-Las transacciones comerciales entre los tres países se regirían por la normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC). 
-En la práctica, esto supondría que los productos estadounidenses entrarían a México con un arancel medio del 3,5%. 
-El mayor problema sería el mensaje de inseguridad jurídica que enviaría a los inversores.

10. ¿Qué sectores se juegan más?
-Los sectores automotriz EU importa cada año casi dos millones de vehículos ensamblados en México, muchos de ellos con insumos estadounidenses.
-Si se descontase esta partida, Washington tendría superávit comercial con su vecino del sur, electrónico y de bebidas se juegan una porción importante de su negocio.

Con información de AP- El Universal

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