El desastre de Bahía de Cochinos ensombrece hasta hoy a EU
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1,500 exiliados cubanos participantes en la operación no pasaron de la playa. La población cubana estaba lejos de querer un levantamiento y la mayoría apoyaba a la revolución que había triunfado en 1959 con Castro a la cabeza.
Nueva York, EU.- La Bahía de Cochinos está de nuevo en boca de analistas y políticos, aunque no la mencionan con motivo del próximo 50 aniversario de la fracasada invasión de Cuba. Más bien tratan de establecer paralelismos con el norte de Africa.
"¿Se convertirá Libia en la Bahía de Cochinos de Barack Obama?", se preguntan estos días los diarios estadounidenses.
En la escena política estadounidense, el concepto geográfico de "Bay of Pigs" tiene varias connotaciones, como la de injerencia norteamericana en la política de América Latina, la lucha contra Fidel Castro, y la de un desastre recordado en Washington y que hasta hoy ensombrece al radiante John F. Kennedy.
El joven presidente acababa de asumir el cargo, cuando, el 17 de abril de 1961, la llamada "Brigada 2506" desembarcó en Playa Girón, en el límite oriental de Bahía de Cochinos. El plan era el de, con fuerte apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), iniciar un levantamiento contra Fidel Castro y que luego los "insurgentes" solicitaran ayuda militar a Estados Unidos.
Pero los cerca de 1.500 exiliados cubanos participantes en la operación no pasaron de la playa. La población cubana estaba lejos de querer un levantamiento y la mayoría apoyaba a la revolución que había triunfado en 1959 con Castro a la cabeza. Y Kennedy, molesto y afectado, se negó a intervenir militarmente. En tres días había acabado todo. Y pese a todo, los efectos duran hasta hoy.
Kennedy, quien no llevaba ni cien días en la Casa Blanca, perdió la confianza en la CIA, que le prometió que los cubanos esperaban ansiosos un gesto desde el exterior. Al mismo tiempo, el presidente se convirtió en un traidor para el exilio cubano y la derecha, por negar la prometida ayuda militar.
Es por ello que después del asesinato de Kennedy en 1963 se multiplicaron las teorías de conspiración que señalaban como responsables a grupos del exilio cubano, mafiosos con buenas relaciones con la isla o incluso el mismo Castro.
El exilio anticastrista de Florida dispone de fuertes influencias en la política estadounidense. Sus miembros exigen una y otra vez una "Cuba libre", aunque ninguno parece creer de verdad en ello.
Los líderes cubanos de Miami no tienen mucho en común con los luchadores pacíficos por los derechos civiles de otros países. La mayoría de ellos preferiría no esperar a mañana para liberar a la isla, pero eso sí, con la espada en lugar de con una rama de olivo.
No se limitan a organizar manifestaciones o al trabajo político. También pasan a la acción. Algunos lanzaron sobre Cuba panfletos desde avionetas. Otros introducen de contrabando en la isla libros críticos con el gobierno cubano. Y no faltan tampoco los que han recurrido a los explosivos y las armas para luchar contra su odiado enemigo en La Habana.
La respuesta de las autoridades cubanas no es menos radical, y el 24 de febrero de 1996 derribaron dos avionetas pilotadas por exiliados cubanos. Estados Unidos responsabilizó de la muerte de los cuatro ocupantes a cinco agentes cubanos que se habían infiltrado en grupos del exilio en Florida -según La Habana, para evitar atentados contra la isla- y los condenaron a altas penas de prisión.
En la prensa oficial cubana, "Los Cinco" aparecen mencionados como "héroes antiterroristas injustamente presos", pero en Estados Unidos los acusan de espionaje, y entre el exilio anticastrista algunos no vacilan en llamarlos terroristas o asesinos.
En Cuba, al igual que en Venezuela o en Rusia, se preparan para celebrar el 50 aniversario del desastre estadounidense de 1961, pero en Washington, la fecha es más bien un motivo de reflexión.
"Esperemos que la operación en Libia no tenga el mismo resultado", afirma Warren Trest, cuyo libro sobre Bahía de Cochinos acaba de ser reeditado. Según Trest, la fracasada invasión no hizo más que granjearle simpatías a Castro a nivel mundial, algo que Estados Unidos no desea tampoco que ocurra con Muamar al Gadafi.
También en referencia a Libia, George F. Will recordó en el "Washington Post" un discurso de Kennedy de diciembre de 1962 en Miami en el que dijo, con una bandera de la "Brigada 2506" en la mano: "Les prometo que esta bandera regresará con la brigada a una Habana libre". Pero los invasores de Playa Girón siguen esperando medio siglo después.