Agua contaminada: La crisis en un puñado de colonias de la CDMX podría influir el resultado electoral
Parte de la red de suministro fue infiltrada con algún combustible y ha dejado al descubierto las torpezas de un gobierno que, con sus mentiras a mitad de las campañas políticas, convierte en noticia nacional un tema que afecta a menos de 100 mil personas.
La última semana de marzo los teléfonos y redes sociales del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) recibieron los primeros reportes sobre alteraciones en el suministro. El agua olía a gasolina y era turbia. Pero los reportes quedaron en el vacío hasta el dos de abril, cuando la dependencia debió emitir una primera ficha informativa al acumularse llamadas de alerta en 389 viviendas de cuatro colonias de la demarcación Benito Juárez. “No se encontraron evidencias de que el agua esté contaminada”, decía el parte de la Sacmex. “Es viable para su uso y consumo”. La alcaldía, en manos del Partido Acción Nacional desde el 2000, es uno de los cuatro bastiones que se mantuvieron firmes ante el voto en cascada que llevó a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador, y le dotó de una representatividad en el Congreso que no se veía desde los años de mayor esplendor del viejo PRI. Con una población apenas superior a los 430 mil habitantes, el porcentaje afectado por la toxicidad del agua parecía irrelevante, hasta que el paquete de dudas estalló y el gobierno de la ciudad -a cargo de Martí Batres, un histórico cuadro político de Morena que entró en sustitución de Claudia Sheinbaum- no atinó a despejar las preguntas más elementales ni operó códigos de emergencia sanitaria. Los vecinos se organizaron para cerrar un tramo de la avenida Insurgentes, una de las principales arterias de la ciudad, y de pronto la crisis que enfrentaban se volvió tema nacional. Y político.
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“No tengo dudas de que ganará Morena, no solo en el país, sino en la ciudad”, dice convencido el antropólogo Héctor Tejera, cuyos trabajos etnográficos en los procesos electorales de 2018 y 2021 son materia de estudio académico. “Pero la pregunta necesaria es la siguiente: ¿Con quién van a tener que lidiar? Aquí es donde el tema se vuelve complicado. Concretamente en Ciudad de México, es posible que hasta se recuperen algunas alcaldías perdidas en 2021, pero tendremos que considerar los tres temas principales que influirán sin duda en el resultado del proceso: la seguridad, el agua y la economía. En los últimas días, la crisis del agua se convirtió en el tema más agobiante, porque además se junta con el registro histórico de calor. Así que una crisis local, totalmente imprevista, en una demarcación que estuvo a cargo de Santiago Taboada, el candidato de la alianza PAN-PRI-PRD al gobierno de la ciudad, no solo habrá de estrechar la diferencia en la contienda con Clara Brugada, la candidata de Morena, sino que puede provocar la pérdida de posiciones en el Congreso federal y en el Congreso local”.
Pero, ¿por qué el resultado de una elección en la Ciudad de México debe importar al resto del país? Por las repercusiones que suscita en la composición de las cámaras legislativas. En 2018, la alianza de Morena, PT y PES fueron una aplanadora electoral. O mejor dicho, lo fue el efecto López Obrador. La capital le aportó dos millones 657 mil votos, y en términos generales garantió la victoria por el gobierno de la ciudad, que conduciría Sheinbaum hasta junio de 2023, así como en 11 de las 16 alcaldías y una mayoría calificada en el Congreso local, donde el PRI fue borrado y la alianza de PAN, MC y PRD debió conformarse con cinco escaños. Fue una onda expansiva. En el vecino Estado de México, que concentra el mayor padrón electoral, el actual presidente recibió 4.3 millones de votos y llevó a Morena a conquistar municipios que estuvieron bajo dominio del PRI y el PAN, lo mismo que el cuerpo legislativo, compuesto por 75 diputados, 30 de los cuales son de representación proporcional. El panorama cambiaría sustancialmente en las intermedias de 2021, en la que Ciudad de México quedó dividida casi a partes iguales con la oposición liderada por el PAN, y se nivelaron un poco el Congreso federal y el local. La relatividad de ese equilibrio, a la que se suma la figura de Clara Brugada, quien se hizo de la candidatura por cuota de género ante Omar García Harfuch, líder absoluto en todas las encuestas, hace pensar a muchos en una batalla cerrada con Taboada. Es ahí en donde la crisis del agua puede influir y generar un efecto expansivo.
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Martí Batres emitió un primer comentario ante la contaminación del agua en la Benito Juárez el seis de abril, casi dos semanas después de las primeras quejas de los vecinos. Habló sobre el envío de inspectores a los domicilios donde se generaron los primeros reportes. Tomaron muestras y lo mismo se hizo en el tanque Santa Lucía y tres pozos que operan en la zona, que colinda con la alcaldía Álvaro Obregón, en el centro-poniente de la ciudad. Las pruebas de laboratorio no dieron positivo a la presencia de hidrocarburos. El agua, en síntesis, “viene limpia. No tiene ningún tipo de afectación”, dijo el jefe de gobierno. Reculó parcialmente un par de días más tarde, cuando aceptó que el agua se hallaba mezclada con alguna sustancia que “pertenece a la familia de los aceites y los lubricantes” y ubicó el punto de contaminación en un lugar donde existen 65 obras en construcción, hay estaciones de gasolina y establecimientos que probablemente podrían ser las fuentes de contaminación. Omitió decir que por allí corre parte de la red de Pemex, pero sobre todo, no ofreció indicaciones a los ciudadanos afectados, que hasta hoy siguen sin saber con qué y cómo se infectó la red hídrica.
El descontento creciente causado por tal desatino no iba a desperdiciarlo el alcalde con licencia de la Benito Juárez. “No es casualidad [que] en 1997 el jefe de gobierno vendía leche contaminada en esta ciudad [y] 27 años después le está dando agua contaminada a los vecinos de la ciudad”. Taboada se refería al escándalo de finales de la década de los 90´s desatado por la venta a bajo costo de la leche Betty, contaminada con heces fecales, algo de lo que se acusa a Batres. El contendiente de Brugada ha hecho del agua uno de sus temas clave en la contienda. La actual crisis hídrica obedece al mal manejo de los gobiernos de izquierda, que en vez de construir plantas tratadoras perfora pozos y agota los mantos, dice. El discurso se pasaría por alto a no ser que, efectivamente, el tema del agua genera ansiedad colectiva y ello se acentuó con la contaminación del sistema en parte de la alcaldía y la mala política de comunicación adoptada por el gobierno de Batres.
El jueves 18, la Sacmex emitió un tercer comunicado para abordar el asunto. Esta vez para informar que interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por el “delito de sabotaje, tras los hallazgos de un compuesto de aceites degradado en el agua extraída del Pozo Alfonso III”. Justo una semana antes, la idea del sabotaje fue rechazada por el presidente López Obrador, a cuya conferencia matutina llegó el tema. López Obrador dijo además que en esa crisis, el gobierno de la ciudad se estaba conduciendo correctamente. En la denuncia, la Sacmex dice que los estudios ordenados hasta hoy hacen “presumir la realización de una conducta delictiva generada en contra de la prestación del servicio público de distribución y abastecimiento de agua potable, trayendo como consecuencia el trastorno a la vida económica, política, social o cultural en la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México”. Pero sigue sin decir a la población si el contacto con el agua contaminada tiene efectos negativos en la salud, por ejemplo.
“Es muy probable que el mal manejo de esta crisis termine por influir en el proceso electoral. No tanto para que Morena pierda el gobierno de la ciudad, sino escaños en el Congreso y que no logre también recuperar algunas alcaldías. Como sea, no deja de resultarles un factor de preocupación”, dice el antropólogo Tejera.
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Si existe un antagonismo encarnado en la política, el de Clara Brugada y Santiago Taboada es uno de ellos. Brugada ha sido dos veces alcaldesa de Iztapala, uno de los enclaves de Morena en la ciudad -y en su momento del PRD comandado por López Obrador. El proceso interno del partido la situó muy por debajo en el vis a vis con Omar García Harfuch, secretario de seguridad pública en el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien a decir de los analistas habría garantizado un triunfo aplastante. Pese a todo, cualquier encuesta publicada hasta hoy concede a Brugada entre 12 y 16 puntos por arriba del alcalde con licencia de la Benito Juárez. Si bien la idea de un voto diferenciado en la ciudad tiene poca posibilidad, la ventaja entre una y otro candidatos puede reducirse las semanas que quedan antes del 2 de junio, e impactar los momios.
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Primero, señala Héctor Tejera, anticipándose a escepticismos, “hay que decir que el problema de muchos de los analistas es que piensan que su racionalidad es la racionalidad que tienen los ciudadanos. Entonces, hacer proyecciones con base en su sentido común no tiene mucho sentido en términos de lo que va a ser el comportamiento ciudadano. La capacidad analítica que encuentras a la gente cuando hablas con ella, no es la de diferenciar por candidatos; más bien piensa en partidos, y luego piensa en las personas. Así que siempre habrá de pensar en las personas que son más importantes o que piensa que son más determinantes en su vida. Y el presidencialismo en este país sigue siendo un elemento central. La gente sigue pensando que el presidente determina tu vida, no el jefa o la jefa de gobierno. Esa es una figura que todavía queda difusa. Bajo esa concepción, la lógica les deja claro que si la que gobierna o el que gobierna la ciudad está peleado con el presidente, no habrá dinero. Además aquí tienes a los poderes federales. Hablas de la casa del presidente cuando hablas de la Ciudad de México, así que la figura de quien la gobierne, queda en un segundo plano”.
Es verdad que el efecto López Obrador difícilmente se repita este 2024. Pero el antropólogo está claro que Claudia Sheinbaum será la figura de mayor peso el 2 de junio, y con ella se dará un voto en cascada que terminará por beneficiar a Brugada, con todo y crisis del agua.