Ebrahim Raisi, presidente de Irán, muere a los 63 años en accidente de helicóptero
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Raisi iba acompañado de una comitiva que había participado en la inauguración de una presa en Azerbaiyán junto al presidente azerí, Ilham Aliyev
El Gobierno de Irán confirmó la muerte del presidente del país, Ebrahim Raisi, del ministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahia, y del resto de acompañantes en el accidente de helicóptero sufrido durante la tarde del domingo en una zona montañosa y de difícil acceso de la provincia de Azerbaiyán Oriental, en el extremo norte de Irán.
“El ayatolá Ebrahim Raisi, presidente de la República Islámica de Irán, ha sido martirizado mientras servía al pueblo. El helicóptero que transportaba a Raisi, (...) debido a las condiciones meteorológicas adversas, sufrió un accidente”, reza un comunicado del Gobierno iraní en su canal de Telegram.
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Raisi regresaba de un evento en la frontera con Azerbaiyán en un grupo de tres helicópteros cuando su nave se estrelló. Había una densa niebla en la región, lo que dificultaba las condiciones para los equipos de rescate.
La muerte del presidente de Irán ocurre en un momento de tensión en Medio Oriente. En abril, Irán lanzó un ataque sin precedentes con misiles y drones contra Israel, mientras el Estado judío se encuentra en su séptimo mes de guerra para expulsar a las fuerzas de Hamás respaldadas por Irán de la Franja de Gaza.
Raisi, que ganó las elecciones en 2021 para convertirse en el octavo presidente del país, asumió el cargo durante una crisis económica provocada por la retirada de Estados Unidos de un acuerdo nuclear histórico y el peor brote de COVID-19 en Oriente Medio.
Aunque tuvo poca influencia en las instituciones más importantes de Irán, como el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, en Irán era ampliamente visto como el favorito para suceder eventualmente al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que ronda los 80 años. Su muerte elimina al único rival serio del hijo de Jamenei, Mojtaba, para ocupar el puesto más alto.
Raisi ganó la presidencia con una participación récord en una encuesta que excluyó principalmente a reformistas y políticos veteranos. Asumió su cargo prometiendo poner fin a los esfuerzos por construir vínculos comerciales con Occidente y centrarse en cambio en desarrollar vínculos con China y Rusia. Su presidencia puso fin a un período en el que el Ministerio de Asuntos Exteriores estaba dirigido por diplomáticos multilingües que favorecían mejores relaciones con Estados Unidos y un comercio más fuerte con Europa.
¿QUIÉN ERA EBRAHIM RAISI?
El presidente, nacido en 1960 en Mashhad --la segunda ciudad más grande del país y que acoge el principal mausoleo chií de Irán--, había participado en las protestas contra el shah que derivaron finalmente en su derrocamiento en la Revolución Islámica de 1979, tras lo que entró a formar parte de las filas del aparato judicial, en un inicio como fiscal.
De hecho, se convirtió en 1985 en vicefiscal de Teherán, una etapa en la que llegó a ser parte de los tribunales secretos creados en 1988 para juzgar a miles de presos políticos, muchos de ellos miembros de la Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI). Los procesos, criticados por su opacidad, arrancaron poco antes del final de la guerra con Irak (1980-1988) y se saldaron con miles de ejecutados. A pesar de que la cifra de ejecutados sigue siendo desconocida, el número oscila entre los 2.800 y los 30.000, con Amnistía Internacional cifrando en 2018 en “entre 4.500 y 5.000” el total de ajusticiados.
El hecho de que Raisi fuera uno de los cuatro jueces que supervisaron el proceso --lo que le llevó a ser conocido como ‘El carnicero de Teherán’-- volvió a salir a la luz durante la campaña electoral de 2021, si bien rechazó las denuncias y argumentó que se limitó a defender la seguridad nacional.
El historial de Raisi en el seno del sistema judicial derivó además en que el expresidente de Estados Unidos Donald Trump impusiera sanciones contra él en 2019 --cuando era ya fiscal general de Irán-- por la ejecución de personas por delitos cometidos cuando eran menores de edad y por la represión de las protestas prodemocráticas del Movimiento Verde tras las elecciones de 2009, en las que se impuso Mahmud Ahmadineyad entre denuncias de fraude de la oposición.
Además, Raisi fue designado en 2019 vicepresidente de la Asamblea de Expertos --encargada de elegir al líder supremo-- y fue custodio de la fundación Astan Quds Razavi, la más grande en el mundo islámico, lo que le llevó a acumular un gran poder que le llevó a situarse como uno de los principales candidatos a reemplazar a Jamenei, segundo líder de la Revolución Islámica, cargo que ocupa desde 1989, a raíz del fallecimiento del ayatolá Jomeini, líder de la revolución de 1979.
SALTO A LA POLÍTICA
La aplastante victoria de Raisi en las elecciones de 2021 supuso la materialización de sus aspiraciones políticas, reveladas en primera instancia en 2017, cuando se presentó como candidato frente a Hasán Rohani, quien sin embargo logró un segundo mandato en primera vuelta tras recibir cerca del 57 por ciento de las papeletas.
Los comicios de 2021 supusieron una victoria del sector ultraconservador tras dos mandatos de Rohani, considerado un político moderado, que se materializó tras el bloqueo de las candidaturas de muchos de los candidatos moderados y reformistas en las urnas.
A su llegada a la Presidencia iraní prometió reforzar la lucha contra la corrupción y hacer frente a las sanciones impuestas por Estados Unidos tras abandonar en 2018 el histórico acuerdo nuclear de 2015 --firmado durante el mandato de Rohani--, lo que llevó a Teherán a fortalecer su polémico programa, si bien las autoridades iraníes defienden que tiene únicamente fines pacíficos.
El presidente iraní mantuvo además una línea dura durante las protestas desatadas en septiembre de 2022 a raíz de la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, una joven de la minoría kurda detenida por supuestamente llevar mal puesto el velo, y apoyó la represión de las movilizaciones a manos de las fuerzas de seguridad.
Raisi, que llegó a describir la muerte de Amini como “un incidente” un año después del fallecimiento de la joven, denunció además una “guerra híbrida” por parte de países occidentales, encabezados por Estados Unidos, con el objetivo de desestabilizar a las autoridades y defendió las investigaciones llevadas a cabo para esclarecer el suceso.
EL CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO
Raisi encabezó un proceso de aproximación entre Irán y Arabia Saudí --países que no mantenían relaciones diplomáticas desde 2016-- materializado en un acuerdo para restablecer lazos firmado en marzo de 2023 con la mediación de China que dio un espaldarazo a la normalización de las relaciones entre Siria y los países de la región y a las conversaciones de paz en Yemen, sumido en una guerra desde 2015.
Sin embargo, los últimos meses de su mandato han estado marcados por el conflicto desatado en Oriente Próximo a raíz de los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras milicias palestinas contra Israel, que llevaron al Ejército israelí a desencadenar una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza.
La amenaza de expansión del conflicto en la región llegó a su punto álgido el 1 de abril, cuando un presunto bombardeo israelí al Consulado de Irán en la capital siria, Damasco, mató a siete miembros de la Guardia Revolucionaria, lo que llevó a Teherán a lanzar cerca de dos semanas después un ataque con cerca de 300 misiles y drones contra territorio israelí.
Los ataques iraníes, que se saldaron sin víctimas mortales, se vieron seguidos días después por un ataque con drones por parte de Israel contra la ciudad de Isfahán (centro), si bien las autoridades iraníes descartaron víctimas, tras lo que aparentemente desecharon cualquier otra respuesta, al tiempo que mantuvieron su apoyo a Hamás y pidieron el fin de la ofensiva contra Gaza y consecuencias contra las autoridades israelíes por sus actos.
Bajo su mandato, Irán reforzó su apoyo a Hamás y otros grupos armados de la región, entre los que destacan el partido-milicia chií libanés Hezbolá, los rebeldes hutíes de Yemen y diversas milicias en Irak y Siria, lo que ha llevado a Estados Unidos, Israel y otros países occidentales a condenar lo que describen como una “influencia maligna” del país en Oriente Próximo.
LA FIGURA DE AMIRABDOLAHIAN
Junto a Raisi ha muerto Amirabdolahian, su ministro de Exteriores desde 2021, cuando fue nombrado para el cargo tras la victoria del mandatario en las urnas. Desde entonces, había sido la cara de los esfuerzos diplomáticos de Teherán para romper su aislamiento regional, reforzado por las sanciones de Estados Unidos.
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El fallecido ministro, nacido en 1964 en Damghan, fue embajador en Irak y Bahréin antes de ser designado viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y Africanos (2011-2016), puestos desde los que reforzó sus lazos con la Guardia Revolucionaria de Irán.
De hecho, desde entonces defendió en público el apoyo de Irán al conocido como ‘eje de resistencia’, integrado por Teherán, Damasco y sus grupos aliados en la región, que tiene como principal objetivo hacer frente a Israel, principal enemigo de las autoridades iraníes en la región.
Entre los principales focos de trabajo de Amirabdolahian figuran el citado acuerdo con Arabia Saudí y el acercamiento con Rusia, principalmente en materia económica y militar en el marco de la guerra de Ucrania, desatada en febrero de 2022.