Autoridades de Cataluña plantan al rey Felipe VI
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El desplante de Ada Colau y de Roger Torrent al rey de España ha recibido un alud de críticas desde el Gobierno español y de los principales partidos constitucionalistas
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, anunciaron hoy que no participarán en el recibimiento oficial que se realizará al rey Felipe VI este domingo en los actos previos a la inauguración el lunes del Mobile World Congress (MWC), el mayor congreso de telefonía móvil del mundo.
Tampoco acudirán a recibir al rey los tres representantes de la Generalitat que estaban invitados a esos actos, en la que será la primera visita del rey Felipe VI a la capital catalana tras el referéndum ilegal secesionista del pasado 1 de octubre y la intervención de la autonomía catalana por parte del Gobierno español.
El desplante de Ada Colau y de Roger Torrent al rey de España ha recibido un alud de críticas desde el Gobierno español y de los principales partidos constitucionalistas, que han advertido de que la ciudad "se juega mucho estos días" y de ello "dependerá la permanencia en Barcelona de la mayor feria de tecnología móvil del mundo".
La alcaldesa de Barcelona coincidirá con el rey tanto en la cena del domingo como en la inauguración del lunes, pero no estará en el recibimiento oficial al monarca, ya que, según justificó hoy, Felipe VI se alineó "con las posiciones más duras y represivas" que sucedieron al intento de celebración de la consulta secesionista, declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.
En declaraciones a la prensa, la alcaldesa de Barcelona aseguró hoy que "no rendirá pleitesía a un monarca que debería revisar su relación con Cataluña".
"Una cosa es el respeto institucional y la educación y otra cosa es la pleitesía, en un momento de retroceso democrático, de no normalidad" como el que, a su juicio, se está viviendo en Cataluña.
La alcaldesa justificó su plante al rey por el discurso que Felipe VI pronunció por televisión el 3 de octubre, dos días después del referéndum ilegal que había convocado el Gobierno catalán.
A juicio de Colau ese discurso "no fue el que era de esperar" al "posicionarse con las posiciones más duras y represivas" y no situarse por encima de la polémica y hacer de mediador, opinó la alcaldesa.
En aquella intervención, Felipe VI aseguró que ante la situación "de extrema gravedad" por el desafío secesionista en Cataluña, los "legítimos poderes del Estado" debían asegurar "el orden constitucional", la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de esa región, "basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía".
El rey denunció también que los líderes independentistas de Cataluña, con su referéndum ilegal del 1 de octubre, habían pretendido "quebrar la unidad de España y la soberanía nacional", comportamiento que calificó de "deslealtad inadmisible" y "conducta irresponsable".
Pocas horas después del plante anunciado por la alcaldesa, el presidente del Parlamento catalán confirmó que tampoco acudirá a la recepción del Rey, en una protesta que en su caso hará extensiva a la inauguración institucional del MWC, a la que tampoco acudirá.
Tampoco acudirán a la recepción oficial, ni en este caso a la cena, los tres representantes antiguo Gobierno regional catalán que habían sido invitados por la organización del MWC, al entender que Cataluña vive "una situación de anomalía y excepcionalidad", según explicaron en una carta al director general del GSMA, organizador del evento del telefonía móvil, Mats Granyrd.
Las declaraciones de Colau recibieron la rápida respuesta del Ejecutivo de Mariano Rajoy, que solicitó a la alcaldesa que "se deje de poses y que se ponga a trabajar por los intereses de todos los barceloneses y de la ciudad", según indicaron a Efe fuentes oficiales.
La alcaldesa también fue criticada por algunos líderes políticos catalanes, como el presidente del gubernamental Partido Popular (PP-centroderecha) en Cataluña, Xavier García Albiol, quien la acusó de haber priorizado "sus intereses electorales y su sentimiento independentista" a su función institucional.
Barcelona afronta una nueva edición MWC con la sensación de que tras la crisis política vivida en Cataluña está en juego retener el principal evento internacional de la telefonía móvil.
El pasado 13 de octubre, la organización del Mobile, emitió un escueto comunicado en el que aseguraba que estaba "monitorizando la situación en España y en Cataluña y evaluando cualquier impacto potencial" para la celebración futura del evento, que este año se estima que tendrá un impacto económico de unos 471 millones de euros para Barcelona.