Cumple Isabel II 90 años sin señales de agotamiento
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El 21 de abril, la reina cumplirá 90 años, es la de mayor edad del mundo y ninguno de sus antepasados en el trono de Inglaterra llegó a cumplir tantos.
La reina Isabel II es de mediana estatura, tiene un rostro amable y una sonrisa perfecta. Le gustan los trajes de colores intensos, los bolsos voluminosos y jamás saldría de su casa sin sombrero. No se mezcla en política, sus discursos son poco apasionados, pero en Palacio todos están convencidos de que es ella quien lleva las riendas.
El 21 de abril, la reina cumplirá 90 años, es la de mayor edad del mundo y ninguno de sus antepasados en el trono de Inglaterra llegó a cumplir tantos. Y hay algo más que está claro: no solamente está al frente, sino en buena forma.
Aunque por lo general quienes cumplen 90 años lo celebran de manera tranquila, no es el caso de Isabel II. Entre otros recibirá el 22 de abril nada menos que al presidente estadounidense, Barack Obama, en el palacio de Windsor. Ya sea que hablen de Donald Trump, el "enfant terrible" de la política estadounidense, o del referéndum sobre el "Brexit", la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), la reina jamás da una entrevista. Nunca. Por lo que sus súbditos en realidad no saben lo que de verdad piensa.
Hace poco, el diario amarillista "The Sun" publicó que la reina está a favor del "Brexit". Isabel, que se esfuerza por mantener su neutralidad, se indignó.
¿Y qué hizo el Palacio? Quejarse ante el consejo de prensa. Una muestra más de cómo han cambiado los tiempos. En el pasado, este tipo de afrentas las habría pagado el responsable con sus huesos en prisión, pero hoy Buckingham se limita a presentar una queja. La reina es amable, pero tampoco tiene verdadero poder. ¿Es este el motivo por el que los británicos la quieren?
Por ejemplo Mike O' Neill, un jubilado de Londres que tiene que seguir haciendo trabajos de limpieza para llegar a fin de mes. "En lo profundo de mi corazón soy monárquico", dice con orgullo. Cuando se trata de la reina, todo son elogios: "Está aquí desde hace tanto tiempo (...) ella mantiene todo unido". O'Neill critica a los políticos, pero no a la monarca. Las encuestas revelan que la mayor parte de los británicos piensa de forma parecida: se han acostumbrado a la reina y les gusta que esté ahí.
A ello se suman esas tradiciones totalmente pasadas de moda, el exceso y las manías de los "royals" que tanto gustan a los británicos. La web "The British Monarchy" es un compendio de este tipo de cosas, armada con mucha profesionalidad.
Por ejemplo, en el tema del "Saludo a la reina". No hay reglas fijas, pero "muchas personas quieren mantener la forma tradicional", que en el caso de los hombres es una ligera inclinación de cabeza y de las mujeres, una reverencia, comenta la página oficial.
La forma correcta de dirigirse a ella es "Your Majesty" (Su Majestad). Cuando hace un par de años Michelle Obama rompió un tabú y la abrazó ligeramente, el debate duró semanas... Hasta entonces siempre estuvo prohibido tocarla.
Se puede escribir a la reina, a la dirección de Buckingham Palace. El Palacio recomienda como fórmula de despedida la frase: "I have the honour to be, Madam, Your Majesty's humble and obedient servant" (Tengo el honor de ser, señora, un humilde y obediente servidor de Su Majestad).
Sobre todo, la reina ha vivido mucho. Siendo niña tuvo que abandonar Londres por los bombardeos alemanes y vivió la mayor parte del tiempo en Windsor. Tras la capitulación alemana bailó de incógnito en las calles en mayo de 1945.
Era muy joven cuando conoció al que sería su marido, el príncipe Felipe, con el que lleva casada nada menos que 68 años. De origen alemán, heredero de la dinastía Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg. La reina siempre dice que él es su apoyo, y él se ha quejado de su papel como "marido de". La celebración por todo lo alto del cumpleaños de la reina en junio (la fiesta siempre se pospone al verano), coincidirá con el cumpleaños 95 de Felipe (el 10 de junio).
Isabel tenía 23 años cuando murió su padre. Cuando fue coronada en 1953, la ceremonia fue televisada por primera vez en la historia. Desde entonces ha convivido con una decena de primeros ministros, desde Winston Churchill a David Cameron. Todas las semanas van a verla y hablan de los asuntos de gobierno. Las malas lenguas dicen que con quien peor se entendía era con Margaret Thatcher.
Pero pese a la simpatía que le tienen, si la reina comete el más mínimo error los británicos son implacables con ella. Por ejemplo, para el cierre de las celebraciones en junio, la reina invitará a sus súbditos a un almuerzo en el parque The Mall. Habrá 10.000 invitados sentados en largas mesas y se servirá una comida tipo picnic organizada por los almacenes Marks&Spencer.
Pero cuando se supo que los invitados pagarán 150 libras por una comida de lo más frugal, saltó la indignación. "El cumpleaños 90 de la reina amenaza con ser un desastre de relaciones públicas", señaló el diario "The Independent".
El mal paso recordó a aquel aciago verano de 1997, cuando murió en un accidente de coche Diana, su ex nuera (divorciada de su hijo Carlos). En opinión de sus súbditos, la reina mostró muy poca sensibilidad y dolor por la pérdida, algo que no le perdonaron. Arreciaron las críticas en los medios y hasta pareció que la monarquía se tambaleaba.
Desde entonces, los expertos en la realeza subrayan que la reina se muestra más blanda, accesible, cercana al pueblo en sus apariciones públicas, saluda y sonríe más que antes.
Isabel cumple 90 años, "aunque prefiere que no se lo recuerden", comentó el Palacio de Buckingham. Sufre dolores de espalda, se comenta por lo bajo, pero lleva la longevidad en los genes: su madre vivió hasta los 101.