Evita Trump a criticar la "guerra contra las drogas" en Filipinas

Internacional
/ 13 noviembre 2017

El portavoz de Duterte, Harry Roque, señaló incluso que el tema de los derechos humanos o de las ejecuciones extrajudiciales ni se habló.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renunció durante su visita a Filipinas estigmatizar la brutal lucha contra las drogas que puso en marcha el jefe de Estado filipino, Rodrigo Duterte, con miles de muertos.
 
Según la Casa Blanca, el tema de los derechos humanos se abordó "brevemente" durante el encuentro de 40 minutos que mantuvieron ambos mandatarios. La parte filipina sostuvo sin embargo que fue una cuestión tangencial. Trump seguirá hasta el martes en Manila, la última estación de su gira por el sudeste asiático.

Al inicio del foro empresarial de la Asociación de Estados del Sureste Asiático (Asean) hubo protestas. Unos mil manifestantes desfilaron por las calles de Manila vigilados por unos 500 policías. La policía empleó cañones de agua para dispersarlos. En total 16 personas resultaron heridas, seis de ellas agentes.

Al margen de la cumbre, Trump se entrevistó durante unos 40 minutos con Duterte. Antes desde diferentes partes se había pedido al presidente estadounidense que abordase el asunto de los escuadrones de la muerte en Filipinas. Según la portavoz de Trump, Sarah Sanders, "el tema de los derechos humanos se conversó brevemente en relación con la lucha de Filipinas contras las drogas".

Se habló sobre la milicia terrorista Estado Islámico (EI)  y de comercio, agregó.

El portavoz de Duterte, Harry Roque, señaló incluso que el tema de los derechos humanos o de las ejecuciones extrajudiciales ni se habló. Duterte fue el que explicó la "plaga de las drogas" en su país.

Trump no se pronunció pero sí asintió con la cabeza varias veces, agregó el funcionario.

Al menos 3,850 personas han muerto durante operativos policiales contra presuntos implicados en el tráfico de drogas desde que Duterte llegó al poder, el 30 de junio de 2016, y el 16 de septiembre de 2017, según datos de la Policía. Según la fuente, todas esas personas murieron al abrir fuego cuando fueron arrestados.

Aparte de esos muertos, las autoridades investigan las muertes de casi 11,000 personas para determinar si esos decesos están relacionados con la lucha contra las drogas o fueron llevados a cabo por sicarios.

Duterte es uno de los jefes de Estado más cuestionados por esta política antidrogas. Pero tanto Trump como la parte filipina destacaron la sintonía entre ambos políticos.

El portavoz de Duterte citó además a Trump diciendo que él siempre había sido un amigo del Gobierno de Duterte, a diferencia de anteriores gobiernos estadounidenses. El presidente filipino llegó a calificar al anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, de "hijo de puta".

Tras ser elegido, Duterte se distanció de Estados Unidos, uno de los principales aliados del país durante décadas. El político de 72 años se acercó a Rusia y China, a pesar de que Manila mantiene una disputa con Pekín por la soberanía de unas islas. En Estados Unidos creció entonces la inquietud por perder a uno de sus más estrechos colaboradores en el sureste asiático.

Desde que Trump, de 71 años, llegó al Gobierno, esa situación cambió. No obstante, a Trump se le había pedido que, como principal representante de Occidente, situase en lo más alto de la agenda la cuestión de los derechos humanos. El hecho de que ese tema pasase a ser tangencial se puede entender como una muestra más de las nuevas prioridades de la política exterior estadounidense.

En su discurso inaugural de la Asean, Duterte instó a los participantes a apoyarse en la lucha contra el terrorismo y contra el narcotráfico. El terrorismo amenaza la paz y la estabilidad, mientras que el tráfico de drogas pone en peligro "la base de nuestras sociedades", dijo.

En el borrador de la declaración final, al que tuvo acceso la agencia dpa, los países de la Asean manifiestan una "gran preocupación por el conflicto en Corea del Norte y exigen al hombre fuerte del país, Kim Jong-un, que deje su programa de armas nucleares y que cumpla las resoluciones de la ONU.

Otro tema es la encendida disputa de los varios países de la Asean con China por territorios en el mar de la China Meridional. Para ello abogaron por adoptar rápidamente un código de conducta. "Va en nuestro propio interés evitar errores de cálculo que puedan conducir a una escalada de la tensión", se afirma en una declaración conjunta de China y la Asean. La República Popular reclama casi todas las zonas marítimas, a excepción de la costa de Vietnam y Filipinas.

Justo antes de comenzar al cumbre de la Asean, Trump ofreció una mediación en el conflicto. Filipinas reaccionó con moderación. Duterte dijo que era mejor no tocar el tema.

La grave crisis de Myanmar, que también forma parte de la Asean, no se menciona en la declaración final. Desde finales de agosto son más de 600,000 la personas, prácticamente todas musulmanas, que huyeron de la violencia y la muerte a Bangladesh. Las Naciones Unidas hablan de "limpieza étnica”.

La Asean celebra en esta ocasión su 50 aniversario. Al foro pertenecen en total diez países. El martes tendrá lugar en Manila la Cumbre de Asia Oriental (EAS, en inglés). A su término Trump regresará a Estados Unidos.

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