Fallece Charles Jenkins, exsoldado de EU que desertó a Pyongyang en los 60
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Jenkins, original de Carolina del Norte (EU), cruzó en enero de 1965 las alambradas de la Zona Desmilitarizada que separa ambas Coreas con el objetivo de eludir un supuesto traslado a Vietnam.
Tokio.- El exsargento estadounidense Charles Robert Jenkins, que desertó a Corea del Norte en los sesenta y actualmente residía en Japón, falleció el lunes a los 77 años, informó hoy una fuente cercana a la agencia de noticias Kyodo.
Jenkins, original de Carolina del Norte (EE.UU.), cruzó en enero de 1965 las alambradas de la Zona Desmilitarizada que separa ambas Coreas con el objetivo de eludir un supuesto traslado a Vietnam.
Durante los casi 40 años que vivió en Corea del Norte, Jenkins participó como actor en películas de propaganda antiestadounidense y trabajó como profesor de inglés en instituciones norcoreanas.
En una de esas clases conoció a su esposa, Hitomi Soga (58 años), una de las japonesas secuestradas por los espías de Corea del Norte en los sesenta con el fin de adiestrar agentes secretos norcoreanos, con la que se casó en 1980 y junto a la que tuvo dos hijas.
Soga fue puesta en libertad en 2002, poco después de la visita a Pyongyang del entonces primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, para recabar información sobre los japoneses secuestrados por Corea del Norte para servir de profesores de japonés a sus espías.
La mujer regresó a Japón junto a dos parejas de secuestrados, cuyos hijos, nacidos en Corea del Norte, fueron finalmente autorizados por el régimen para reunirse con sus padres tras una segunda visita de Koizumi a la capital norcoreana dos años más tarde.
El regreso de Jenkins y las dos hijas de la pareja, Mika y Brinda, se vio retrasado por el temor del exsargento a ser arrestado por las autoridades estadounidenses a su llegada a Japón.
Finalmente, en julio de 2004 Jenkins llegó a este país y fue juzgado por deserción por un tribunal militar de Estados Unidos.
La edad, la mala salud del exsargento y el tiempo transcurrido desde que se produjeron los hechos influyeron en la levedad de la pena que se le impuso, 30 días de confinamiento y baja deshonrosa.
"Los primeros quince años en Corea del Norte viví como un perro", sufriendo palizas de los militares norcoreanos, explicó Jenkins, quien cumplió la pena impuesta por el Pentágono en la prisión militar de Yokosuka, cerca de Tokio.
La familia residía en la isla de Sado (prefectura de Niigata, centro), de la que es natural Soga, desde diciembre de 2004.