Trump encara su Presidencia enfrentado a las agencias de inteligencia

Internacional
/ 17 diciembre 2016

El Gobierno de Barack Obama prevé publicar una investigación exhaustiva sobre el alcance de los ciberataques rusos al Partido Demócrata para favorecer el triunfo de Trump el pasado 8 de noviembre.

"Esta es la misma gente que decía que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva (en Irak). La elección terminó hace mucho tiempo con una de las mayores victorias en el Colegio Electoral de la historia. Ha llegado el momento de seguir adelante"...

Donald Trump asumirá la Presidencia de Estados Unidos el 20 de enero enfrentado a las agencias de inteligencia del país tras desestimar sus informes sobre la interferencia rusa en las elecciones.

Antes de la investidura, el Gobierno de Barack Obama prevé publicar una investigación exhaustiva sobre el alcance de los ciberataques rusos al Partido Demócrata para favorecer el triunfo de Trump el pasado 8 de noviembre.

Obama, que está desde hoy de vacaciones navideñas en Hawai hasta el 2 de enero, prometió "tomar medidas" contra Rusia por esos ataques en el mes que le queda como presidente.

Su sucesor, quien tendrá en su mano anular o mantener esas medidas, no ha expresado ningún atisbo de duda sobre Rusia sino al contrario: ha cargado contra las agencias de inteligencia que tendrán que ayudarle a gobernar.

"Esta es la misma gente que decía que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva (en Irak). La elección terminó hace mucho tiempo con una de las mayores victorias en el Colegio Electoral de la historia. Ha llegado el momento de seguir adelante", fue la primera reacción del equipo de Trump, en un comunicado, a las informaciones sobre los ciberataques.

La noticia saltó el día 9, cuando el diario The Washington Post publicó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha concluido que el Gobierno ruso interfirió este año en las elecciones estadounidenses no solo para desestabilizar el proceso, sino para favorecer la victoria del magnate.

Rusia niega estas acusaciones alegando que no tienen fundamento ni hay pruebas, pese a que las 17 agencias de inteligencia de Estados Unidos comparten la misma conclusión.

Trump, en un movimiento insólito, se ha situado del lado ruso, ignorando la preocupación generalizada, incluso entre importantes miembros de su partido en el Congreso, sobre la interferencia rusa en las elecciones.

Ni las últimas revelaciones sobre una supuesta implicación directa del presidente ruso, Vladímir Putin, en los ciberataques, han hecho que el magnate cambie de postura.

Obama, en su última rueda de prensa del año, dijo el viernes que su "esperanza es que el presidente electo (Trump) se preocupe del mismo modo (que su Gobierno) sobre este asunto" y que ambos partidos acuerden una investigación en el Congreso.

Por el momento, Trump no solo no ha expresado preocupación por el "asunto" sino que ha cuestionado su veracidad.

"Si Rusia, u otra entidad, estaba pirateando, ¿Por qué la Casa Blanca esperó tanto para actuar? ¿Por qué solo se quejaron después de que Hillary perdiera?, escribió el presidente electo en su Twiter el jueves.

El argumento de Obama y de todos los estamentos de su Gobierno durante esta semana ha sido que tuvieron que medir cómo gestionaban la información en un momento de recta final de campaña, donde, en palabras del mandatario, "todo se mira desde la lente de la política".

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"El presidente advirtió de lo ocurrido a los ciudadanos, pero tenía que ser cuidadoso de que no pareciera que apoyaba a un candidato", dijo el jueves el secretario de Estado, John Kerry.

Fuentes del Gobierno explicaron a la NBC que la respuesta no fue más contundente porque el Ejecutivo quería evitar que pareciera que estaba interfiriendo en las elecciones y, además, confiaba en que ganara la demócrata Hillary Clinton.

Contra todos los pronósticos, Trump venció en los comicios con posturas poco ortodoxas como su simpatía hacia Rusia, país con el que además han tenido estrecha relación algunos altos cargos de su futuro Gobierno.

En esa misma tónica, el magnate ha aireado su falta de confianza en las agencias de inteligencia que liderará a partir del 20 de enero, lo que genera a su vez recelos, miedos e incertidumbre entre el personal de estos departamentos, según exagentes y analistas.

Falta por ver si, como Obama insiste, la llegada a la Casa Blanca "pone los pies en el suelo" a Trump y este reconsidera su actitud hacia las agencias y su cuestionada decisión de no recibir informes diarios de inteligencia.

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